Editorial
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Una de las demandas cotidianas que escuchamos de diversos grupos de la sociedad es la transparencia en la administración pública.
Más de un ayuntamiento ha sido demandado ante los órganos respectivos para exigirle cuentas claras y precisas, para que informen qué hacen con el dinero público, en qué se lo gastan y quiénes venden productos o prestan servicios al municipio.
Uno de los ayuntamientos que desde hace tiempo está envuelto en graves problemas económicos y que ha sufrido el atraco de sus finanzas es el de Tecomán.
Presidentes municipales van y presidentes municipales vienen y a cual más resulta igual de indecente para manejar las finanzas públicas.
En esta ocasión, la queja la ha puesto el regidor priista Flavio Castillo, quien ha denunciado que el oficial mayor de ese ayuntamiento, Inocencio Espinoza, podría estar tomando decisiones al margen de la ley para beneficiar a un grupo de amigos del funcionario en cuestión.
La denuncia fue concreta, al señalar que una de las adquisiciones presuntamente realizadas al margen de la ley fue la de 25 computadoras, así como de un número no determinado de cámaras de vigilancia.
Además, el denunciante aseveró que el oficial mayor ha dado información incompleta a la Comisión de Hacienda respecto de los proveedores que están participando en las licitaciones que realiza el gobierno municipal, porque sólo ha proporcionado el nombre de la persona o la empresa, sin especificar domicilio, ni cuánto se le ha comprado o qué tipo de servicios provee al Ayuntamiento, es decir ha entregado un simple listado de nombres, sin valor documental alguno.
El asunto es grave y más porque hay antecedentes de la pésima forma en que los panistas suelen administrar los recursos públicos de los ayuntamientos y si no, basta recordar al propio Elías Martínez y el lamentable estado en que dejó las finanzas de Tecomán, así como lo realizado por Virgilio Mendoza en Manzanillo.
Los panistas suelen ser buenos para exigir que los demás rindan cuentas claras, pero suelen ser los primeros en cometer tropelías y latrocinios con las finanzas públicas y de tender cortinas opacas para ocultar sus fechorías.
Las pruebas allí están.
Y usted, amable radioescucha, ¿qué opina al respecto?
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