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jueves, julio 30, 2009

La Disputa Por Las Pluris

Varios partidos políticos quedaron inconformes con la asignación de las diputaciones plurinominales realizada por el Instituto Electoral del Estado. Tanto el PAN, como el PT, el Verde y ¡hasta el PRD!, protestaron por la manera como fueron distribuidas las nueve diputaciones de representación proporcional.

Quien expresó primero su molestia fue el dirigente del Verde en Colima, Mariano Trillo, porque, según sus cuentas, al PRI se la “contaron doble los votos” y, en consecuencia, les fue “arrebatada” la posición plurinominal que, en caso de habérsele otorgado, hubiera sido para el propio Trillo.

Cabe destacar que también los miembros del partido ADC brincaron de coraje, pero esto lo hicieron contra los panistas, porque sólo les fue entregado lo que decía el convenio que firmaron: el dos por ciento de los votos obtenidos, poco más de cinco mil 400 votos. Suficientes para mantener el registro local, pero que los dejan lejísimos de la probabilidad de obtener una diputación plurinominal.

En este caso puede hablarse de una decepción mutua, porque los adecistas juraban que ellos “valían”, por lo menos 10 mil votos. Así, por lo menos, lo anunciaban a bombo y platillo al momento de signar el convenio de coalición total con los panistas. Los hechos demostraron la falsedad de tales afirmaciones triunfalistas.

Los panistas sembraron la idea de que había habido un arreglo al margen de la ley en la repartición de las “pluris”, debido a que previo al acto realizado por el IEEC, se reunieron en un restaurante el secretario general del PRI estatal y el presidente del Tribunal Electoral del Estado. Lo quisieron ver como si fuese algo turbio, prohibido, al margen de la ley, cuando nada hay de extraño o de ilegal que los dirigentes de los partidos se reúnan, en privado o en público, con miembros de las instituciones electorales.

La asignación de los diputados plurinominales está normada por el código electoral del estado y basta seguirlo punto a punto, coma a coma, artículo tras artículo, para darse cuenta de que lo realizado por el consejo general del IEEC se ajusta cabalmente a la norma citada.

El asunto no está en “creer” tal o cual cosa, sino en aplicar estrictamente el código electoral. Nada más, pero nada menos. No pueden hacerse asignaciones al gusto de los partidos, sino ajustadas a la ley.

Ahora bien, que el PRI tenga mayoría absoluta y que el PRD no vaya a tener diputados locales, por primera vez desde que ese partido existe en Colima, no tiene nada de ilegal, sino que ese es el resultado de la decisión electoral ciudadana. Así son la política, la democracia y sus vericuetos.

Ahora bien, que el Verde haya obtenido la mayor votación de su historia local y que, a pesar de ello, no vaya a formar parte del congreso local, también son asuntos de la democracia. Para haber superado al PT, debieron haber obtenido casi un 30 por ciento más de los votos que lograron.

En este caso, resulta normal la frustración de Mariano Trillo, el dirigente estatal: hicieron una campaña casi sin recursos económicos y obtuvieron buenos resultados y tan lo son, que en varios municipios tendrán regidores plurinominales, incluyendo el municipio capitalino. Pero Trillo sabe que los inicios suelen ser difíciles y, en su caso, puede estar orgulloso, porque sus cuentas son mejores de lo esperado.

Pero hay un hecho que resulta evidente: el PAN, ya sin los votos entregados a la ADC conforme al convenio, el PAN obtuvo poco más de mil votos que en 2006. En cambio, el PRI, incrementó su votación con respecto al 2006, al llegar a casi 122 mil votos, es decir, casi 22 mil votos más que la ocasión anterior, cuando se alió al Verde, precisamente.

Pero los resultados fueron total y absolutamente desastrosos para el PAN, porque en el 2006, cuando fue solo a las elecciones, ganó siete distritos de mayoría y ahora, aliado a la ADC, apenas pudo ganar cuatro. Fue una alianza perdedora. Los hechos lo demuestran.

Mire usted: el padrón electoral creció entre el tres y el cuatro por ciento, lo que significa que la alianza PAN-ADC fue poco productiva, porque apenas pudo obtener 107 mil votos, ello significa que, en términos reales, la aportación de la ADC a la alianza fue de poco menos de tres mil 500 votos. Nada realmente.

Más aún, los candidatos provenientes de la ADC, Antonio Ramos Salido y el fundador de ese partido, Carlos Vázquez Oldenbourg, lograron resultados francamente mediocres, pues el primero sacó apenas seis mil 454 votos, lo que significó un retroceso brutal, porque en el 2006, el candidato del PAN a ese distrito, ganador de la elección, obtuvo ocho mil 514 votos, es decir, dos mil 60 votos más que ahora. En el caso del distrito tres, donde Vázquez Oldenbourg fue barrido por el candidato del PRI-PANAL, apenas pudo obtener 151 votos más que Jorge Luis Preciado, quien en 2006 también estaba incluido en la lista de candidatos a diputados plurinominales panistas en un lugar privilegiado, lo que aseguraba su inclusión en el congreso local.

Pero el retroceso más evidente para el PAN fue en Manzanillo, porque en los tres distritos obtuvieron menor cantidad de votos de los alcanzados en 2006. Fue una masacre.

En su descargo, debe reconocerse que el PAN mejoró notablemente en Armería, donde casi cuadruplicó la votación obtenida en 2006 y en Tecomán, donde rebasó la línea de los 10 mil votos en el distrito 15 y la de los nueve mil en el distrito 16. En esos tres distritos, la alianza PAN-ADC obtuvo casi el 25 por ciento del total de votos obtenidos en los 16 distritos uninominales.

Por eso, aunque legal, la disputa por las pluris que hace el PAN resulta fuera de toda proporción. Como dicen en mi barrio: si tuvieran vergüenza, ni a la calle salían.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Las especulaciones van y vienen respecto de quiénes habrán de integrar los gabinetes del gobernador y de los presidentes de Manzanillo y Colima. Son eso: especulaciones y nada más.

2. Libertad es la posibilidad de ser honesto. Teresa Nava

3. No hay ni bueno ni malo, sólo consecuencias. Teresa Nava.

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jueves, julio 23, 2009

Colofón Electoral

He seguido, con interés el tortuoso camino seguido por la candidata perdedora a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, para dar a conocer las razones de su derrota.

Tal como expliqué en un programa de radio, la señora senadora con licencia, no saldría a dar la cara, ni a asumir las responsabilidades que le correspondieron por la pésima conducción de su campaña.

Por supuesto, cualquiera puede decir que la señora Sosa de Rodríguez García no era responsable de la conducción de su propia campaña, pero eso sería un error y una enorme mentira.

Quienes conocen a la senadora con licencia, saben que, Para ella, no hay voz más autorizada que la suya, que no es persona que juega en equipo, sino que toma decisiones por su cuenta y riesgo, al costo que sea.

Así se había conducido hasta antes de ser candidata a gobernadora, por lo que no hay elementos suficientes para afirmar que ahora hubiera cambiado diametralmente su forma de actuar.

No le demos vuelta: la señora Sosa de Rodríguez García tiene comportamiento de jefa, pero no asume la responsabilidad de líder, ni tiene las características y los comportamientos de quien ejerce a plenitud el liderazgo.

Por eso, no sorprenden sus exabruptos, porque son característicos de su personalidad. Lea usted la entrevista concedida a un medio local y verá que es una repartición de culpas entre tirios y troyanos, pero es sumamente cuidadosa con su persona y se deja a salvo, con la excepción hecha de una brevísima mención respecto de Manzanillo, pero incluso allí, la carga mayor de la responsabilidad la hace caer sobre el defenestrado y execrado Virgilio Mendoza.

El problema del PAN es que no tienen la menor idea de qué deben hacer, ni para dónde deben correr, en una situación como la que viven en la actualidad.

Los diferendos son tan enormes que, en el corto plazo, no se ve salida al berenjenal en que están metidos. El comité estatal es la pieza que sigue, porque es le mecanismo mediante el cuál podrían tener el manejo de las candidaturas en el siguiente proceso electoral.

Ya salió Martha Sosa de Rodríguez García a decir que fue traicionada y ya salieron algunos a decir que no promovieron el voto en su favor, porque no era candidata de su agrado y, más aún, también dijeron que, como prueba del rechazo a su candidatura, fueron al comité municipal respectivo a tirarles los papeles en que se les acreditaba como representantes, del partido o de la candidata, ante los órganos electorales correspondientes.

Martha Sosa de Rodríguez García careció de la sensibilidad y la inteligencia emocional necesarias para integrar a los panistas en torno suyo. No supo cómo hacerlo, no quizo hacerlo o no le interesó hacerlo. Cualquiera de las tres razones, o cualesquiera otras, produjeron suficientes problemas para que los panistas optaran por mandar a la mujer porteña al diablo, o más lejos aún.

Pero no se crea que el PAN dejó de hacer su tarea: obtuvo la mayor cantidad de votos de toda su historia en cuanto a la gubernatura. De igual manera, los candidatos a diputados locales obtuvieron más votos que hace tres años.

Desde luego que no hay comparación con los resultados electorales de 2006 y los de este año, porque en aquella fecha, los panistas sumaron siete triunfos en igual número de distritos electorales locales y ahora obtuvieron cuatro, apenas. Son los peores resultados electorales obtenidos por el PAN desde 1997.

El 18 de enero de 2007, apenas seis meses después de la victoria absoluta del PAN en las elecciones federales en Colima, escribí una colaboración que titulé “Martha Leticia Sosa Govea y Nabor Ochoa López, Choque de Trenes”. Hoy sabemos que dicho choque se dio y quién fue el ganador.

No hay, en Colima, un solo analista, comentarista, conductor de programas de opinión, similares y conexos, que escatime elogios y disminuya el peso que tuvo Manzanillo en la victoria electoral del PRI. Hoy, Manzanillo es Nabor Ochoa y Nabor Ochoa es Manzanillo. Así lo han dicho, en público y en privado, no sólo los priístas sino, principalmente, los panistas. Debo ser justo y reconocer que el primer panista que dijo lo anterior, públicamente, fue Pedro Peralta Rivas, quien entonces se había unido a Nabor Ochoa y Felipe Cruz para protestar contra el comité nacional de su partido por la imposición, entonces presunta, de la señora Martha Sosa de Rodríguez García como su candidata a gobernadora. De esas fechas es su ahora famosa, y paradójica, frase: “no aceptaría la imposición ni aunque ésta fuera en mi favor”. Ya vemos la debilidad del hombre y cómo el señor diputado local aceptó, sin rubor alguno, ser impuesto como candidato a diputado federal plurinominal, a cambio de su silencio. Las palabras congruencia y consistencia desaparecieron de su lenguaje.

También debe reconocérsele a Pedro Peralta Rivas que dijo que él no participaría en la contienda electoral si Nabor Ochoa López se salía del PAN, porque ese hecho aseguraría la derrota electoral de su partido. Sabía de qué hablaba.

Lo dije en mi anterior colaboración: hay una lucha interna entre los panistas por la conducción del partido. Los panistas ya perdieron el rumbo y la seriedad. Están a punto de perder el partido. ¿Lo lograrán?

Lo veremos y comentaremos.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Hay quienes han escrito, a propósito de lo asentado aquí la semana anterior respecto de la diputada Aurora Espíndola, que su caso es similar al de Nabor Ochoa López porque éste habría obligado al RI a violar sus propios estatutos para hacerlo “su” candidato. Hay un evidente error en la opinión vertida en un semanario digital, debido a que el opinante “olvidó”, convenientemente, que Ochoa López fue candidato del Partido Nueva Alianza y no del PRI, quien sólo lo llevó como su candidato común. Es mucha la diferencia jurídica entre uno y otro caso.

2. Amaneció, la noche ha sido fecundada". Edmon Jàbes

3. ¿Por qué retirarnos, por qué abandonar la partida cuando nos quedan aún tantos seres a quienes decepcionar? E. M. Cifran

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jueves, julio 16, 2009

Riña De Hienas


Los resultados electorales locales “mataron” a muchos, pero los muertos más significativos son los panistas, quienes ya se consideraban dueños del estado y sus alrededores.

Mire usted, hace tiempo escribí que Antonio Morales de la Peña había decidido apoyar la candidatura de la señora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, porque era una decisión que, a simple vista, resultaba muy conveniente para él y su grupo, aunque no así para los panistas en su conjunto y, sobre todo, para los colimenses.

En aquella ocasión aseveré que esa decisión estaba basada en un análisis de las condiciones políticas existentes en Colima y, sobre todo, de la viabilidad de un triunfo panista. Dije que el grupo comandado por Morales de la Peña había decidido marginar a Nabor Ochoa López porque consideraban que su presencia en Manzanillo era prescindible porque, tanto la señora Sosa, como el alcalde Virgilio Mendoza, tenían el control del “aparato” político panista en aquel municipio.

Sus cuentas eran simples: si ganamos, adelante. Si perdemos, nos deshacemos de Martha Sosa y el 2012 es todo para nosotros. El asunto principal es que a quienes así pensaron, se les olvidó algo: la vida no es simple, sino compleja. Quien diga que tal o cual asunto político tiene una solución sencilla o sencillísima, tíldelo sin más, amable lector, de farsante o demagogo.

Pues bien, los resultados electorales fueron total y absolutamente adversos a este grupo panista. La derrota de Virgilio Mendoza, no así la de la señora Sosa, volvió absoluta la derrota, pues ya no tendrán la base natural para lanzarse Morales de la Peña y Mendoza Amescua por las candidaturas a la senaduría. No tendrán una plataforma de lanzamiento, ni podrán manejar las candidaturas casi a su antojo, tal como los propios panistas acusan hoy.

Toñito y Virgilio estuvieron en los dinteles de la gloria y hasta allí llegaron. Hoy, los panistas reclaman despojos. No importa de quién, ni de qué. Quieren despojos, porque debe haber un festín para los otrora vencidos, para los desplazados de las candidaturas plurinominales, para quienes han declarado que: “Si un candidato no me satisface no tengo por qué trabajar por él”.

Si usted analiza con cuidado los dichos de los panistas interesados en que los actuales dirigentes renuncien a sus cargos, por lo demás alcanzados de manera legal, verá usted, amable lector, que no hay argumentos válidos, ni tampoco razones legales, ni éticas, ni morales, justificatorias de este intento de carnicería.

Con un golpe de mano, con gritos y sombrerazos, varios panistas connotados, no necesariamente por buenas razones, pretenden quedarse con los despojos del partido.

En este sentido, la actual disputa por los restos del partido, no es por razones democráticas, ni por sentido de la decencia o la justicia, sino simple y llanamente es una disputa por un órgano de control político, es un pleito callejero mediante el cual pretenden llevarse cada quien su parte y mientras mayor sea ésta, mejor. No hay honor ni gloria, sólo podredumbre.

Los liderazgos en el PAN fueron sepultados y la nueva geografía electoral construyó otros. Ahora, Armería y Tecomán son fuentes de poder y en el caso particular de Armería, podemos afirmar que el fuego amigo pudo haber sido la causa fundamental en la derrota priísta en ese municipio. La insurrección del cabildo para impedir que el presidente con licencia regrese a ocupar el cargo para el que fue electo es, apenas, una leve prueba de por dónde podrían encontrarse las explicaciones de los resultados electorales en ese municipio.

Debemos considerar, también, el hecho de que el hoy vapuleado, vituperado y execrado Virgilio Mendoza, fue uno de los elementos que contribuyó al triunfo de los candidatos del PAN en Armería, lugar donde nació y tiene parientes y amigos.

Un hecho es cierto: son los peores resultados electorales obtenidos por el PAN en los últimos 12 años.

Eso explica el encono con que los panistas disputan los despojos de su partido.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. El artículo 63 de los estatutos del PRI señala lo siguiente: “Pierde su militancia quien: …. “II. Acepte ser postulado como candidato por otro partido, salvo en el caso de las coaliciones o alianzas previstas en los presentes Estatutos;
III. Deje de formar parte del grupo parlamentario del Partido en el órgano legislativo o edilicio a que pertenezca; y IV. Apoye públicamente o realice labores de proselitismo a favor de un candidato de otro partido político, salvo en el caso de coaliciones o alianzas previstas en los estatutos.

La Comisión de Justicia Partidaria competente hará la declaratoria correspondiente.”

Como se puede observar, sólo falta que la Comisión de Justicia Partidaria competente haga la declaratoria correspondiente para que la diputada local Aurora Espíndola pierda, formalmente, su militancia priísta. No hay tal candidatura ciudadana, cuando se pertenece a un partido político. No es su caso, aquí se trató de una decisión razonada, pensada y explicable: si su partido no le dio la oportunidad de competir en esta ocasión, ella tenía todo el derecho de decidir qué hacer… y lo hizo. Ahora, debe pagar las consecuencias naturales, lógicas y estatutarias, por la acción realizada en contra de su expartido.

2. En la entrega de la semana anterior, hice un ejercicio acerca de cómo quedaría conformada la nueva legislatura local y, tras hacer un ejercicio con los resultados de la elección de diputados de mayoría relativa, mi conclusión fue la siguiente: “Así, el congreso local estaría conformado de la siguiente manera, el PRI, 14 diputados; el PAN, 7; el PANAL, 3 diputados y, finalmente, el PT, un diputado.”.

Ayer sesionó el Instituto Electoral del Estado de Colima, IEEC, y los resultados oficiales confirman lo que aquí anticipamos.

3. La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos. Marco Tulio, Cicerón.

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jueves, julio 09, 2009

PRI y PANAL, ¿Mayoría Calificada?


He escuchado, y leído, a muchos políticos y comentaristas del acontecer político local, hablar acerca de la composición que podría tener la próxima legislatura local. He escuchado, y leído, las más disparatadas y las más sensatas opiniones acerca de cómo podría estar constituido este poder.

Hay quienes aseguran que el Partido tendrá una curul local, lo que ya me parece una exageración, producto más del desconocimiento del procedimiento de asignación de diputados plurinominales, establecido en el código electoral local.

En primer término, vale hacer una importantísima aclaración: el PRI “sólo” ganó ocho, 8, diputaciones locales de mayoría relativa y no 11, once, como la inmensa mayoría de los opinantes ha asegurado. A su vez, el PANAL gano tres: el distrito II, con Nicolás Contreras, el distrito VIII; con Alfredo Hernández y el distrito XIII, Roberto Barbosa.

Así, a pesar de que el PANAL obtuvo la victoria en tres distritos uninominales, no alcanzó el 2 por ciento requerido para tener derecho a las prerrogativas locales.

Ahora bien, en los hechos, para la distribución de los plurinominales, al PRI no le afecta si gana o no el distrito empatado, el XVI, porque, de cualquier manera, al ser el partido que más triunfos obtuvo, recibirá 10 puntos adicionales, con lo que llegaría a 57.3 y ello será su porcentaje de diputados en el congreso local: 14.

Mire usted: la votación total emitida, según el PREP, fue de 257, 983 votos, pero a ésta debe restársele la suma de los votos de los partidos que no alcanzaron el dos por ciento de esta votación, los votos nulos y, para el caso presente, los votos cruzados por los candidatos comunes.

En este caso, los partidos Nueva Alianza, Convergencia y PSD, no alcanzaron el dos por ciento, por lo que sumados a los votos comunes y a los nulos, son 14, 009 votos que deben ser restados al total de la votación emitida para obtener la votación efectiva y el resultado son 257, 983 votos.

Luego, debe verse qué parte de la votación efectiva tiene el PRI con sus 122, 028 votos y encontramos que es el 47. 3, y si a ello le añadimos los 10 puntos que el código le concede como sobrerrepresentación al partido que obtuvo más triunfos de mayoría; así, el PRI alcanzaría el 57.3 por ciento del total del congreso y ello debemos dividirlo entre cuatro, que es el valor porcentual que cada diputado representa del congreso, integrado por 25 diputados en total, y veremos que el PRI tendría 14 diputados locales, 8 de mayoría y 6 plurinominales.

Ahora bien, cuando afirmo que al PRI no le afecta perder o ganar el distrito XVI, me refiero a que, de cualquier manera, su bancada estaría integrada por 14 diputados locales y la diferencia sería en el número de diputados plurinominales a que tendría derecho: 6 o 5, respectivamente.

Por su parte, en el PAN tampoco habría diferencia en el número de diputados que tendría su grupo legislativo, porque no importa si ganan o pierden el distrito XVI, su tope serán 7 legisladores, la diferencia será si tienen 2 o 3 plurinominales, respectivamente.

El último legislador local lo tendría el PT por la vía del resto mayor, debido a sus más de 11 mil votos obtenidos, que superan a los poco más de 9 mil que obtuvo el Verde.

Así, el congreso local estaría conformado de la siguiente manera, el PRI, 14 diputados; el PAN, 7; el PANAL, 3 diputados y, finalmente, el PT, un diputado.

Ahora bien, la pregunta obligada es: ¿qué implicaciones políticas podría tener esto? La evidente es que el PRI tendría el control de los órganos de gobierno y de las presidencias de las comisiones permanentes del congreso. Otra más es que, por primera ocasión desde hace muchísimos años, el PRI y el PANAL, aliados hasta hoy, tendrían entre ambos la mayoría calificada y la posibilidad de realizar las reformas constitucionales necesarias y, también, éstas podrían pasar sin problemas por el tamiz de los ayuntamientos, porque la mayoría de ellos la controlan los priístas.

Por supuesto, éste es sólo un ejercicio realizado con apego a lo señalado en el código electoral local, pero las autoridades electorales, sobre todo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tienen la última palabra.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. La señora senadora panista con licencia, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, anunció que en agosto regresará a su curul y que se mantendrá al pendiente del gobierno que realice el candidato triunfante. La señora dijo obviedades: todos vamos a estar pendientes de lo que haga y deje de hacer el próximo gobernador. Todos. Todos vamos a exigir cuentas claras y mejores resultados. Todos. Espero que la señora Sosa de Rodríguez García pueda rendir mejores cuentas de su paso por el senado de la república y que su accionar vaya, realmente, en beneficio de Colima, por lo menos. Ojalá, ahora sí, se dedique a trabajar por el bien de Colima, a defender la integridad del territorio colimense, a tratar de que la ley reglamentaria para el asunto de límites esté lista y el caso se resuelva conforme debe ser: favorable a los intereses de los colimenses.

En enero del año anterior, escribí acerca del choque de trenes entre Nabor Ochoa López y Martha Sosa de Rodríguez García. Su candidatura, dije entonces, era la única con estas dos características: unificaría a los priístas en su contra y, dos, no aportaría votos priístas a su candidatura. Los hechos ahí están: el huracán Nabor Ochoa arrasó con los panistas en Manzanillo. Los destrozó y en lo que en los hechos fue una elección entre dos, la señora Sosa demostró no saber qué hacer en momentos críticos.

Ser porteña no le bastó para saber navegar en aguas procelosas y eso le costó la victoria.

2. Jorge Iñiguez critica a su dirigente estatal. No lo hizo cuando debió hacerlo. No se opuso, ni planteó alternativas cuando era tiempo de hacerlo. Toma el cómodo camino de los sumisos: salir a degollar al patrón cuando ya está perdido.

3. Nadie puede conservar su soledad si no sabe como hacerse odioso. E. M. Ciorán

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jueves, julio 02, 2009

De Candidatos y Errores

La noticia fue una bomba caída a media tarde: ¡¡¡el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, anuló las candidaturas de los diputados locales panistas, Brenda Gutiérrez, Enrique Michel y Gabriela Sevilla, por no haber solicitado licencia para separarse de su cargo, antes de registrarse como candidatos a presidentes municipales!!!

Más tarde, pude comprobar que, efectivamente, dicho Tribunal había tomado esa determinación y, también había anulado la candidatura de Francisco Uvalle Rojas como candidato por la coalición “PAN-ADC Ganará Colima” a segundo regidor por el municipio de Tecomán, debido a que éste no solicitó licencia para separarse de su cargo como presidente de la Junta Municipal de Cerro de Ortega.

El golpe fue durísimo y, para no variar, los panistas salieron a hacer sus lochadas de siempre. Dijeron que van a mandar al diablo las instituciones que, para ellos, los panistas, Brenda, Enrique y Gabriela siguen y seguirán siendo sus candidatos propietarios a presidentes municipales de Villa de Alvarez, Colima y Manzanillo, respectivamente.

La impugnación, vale hacer la precisión, fue realizada por el Partido del Trabajo, a quien dieron “palo” en las instancias iniciales y a quien pocos tomamos en serio con dicho trámite, porque los precedentes no les eran favorables.

En este sentido, la resolución es inédita, al menos para Colima y a reserva de constatar si hay otra en tal sentido en las otras salas regionales o en la superior del mal llamado TRIFE. De cualquier manera, lo que a primera vista parece excesivo es la disposición del Tribual de que el PAN registre a quienes eran los suplentes de Brenda, Enrique, Gabriela y Francisco, como los candidatos propietarios. No es una sugerencia, sino una orden que debe ser obedecida por los panistas y por el Instituto Electoral del Estado.

Los panistas pueden brincar y decir misa, así como mandar al diablo las instituciones, como ya amenazaron hacerlo con el asunto del jardín libertad para el cierre de campaña de Martha Sosa, pero están obligados a acatar la resolución del Tribunal, tan halagado antes por los propios panistas cuando resolvió en su favor el asunto de Virgilio y su separación material del cargo. Es un hecho que no debe pasarse por alto: no fueron los petistas, ni los priístas, ni los perredistas, sino el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación quien tomó dicha determinación. Es un órgano libérrimo que ha dado palo a moros y a cristianos y los mismos abogados que presumieron haber ganado la impugnación contra Virgilio son quienes perdieron este caso, el más importante de todos cuantos han llevado hasta hoy.

Pero la campaña panista ha venido de más a mucho menos. Iniciaron con una altísima expectativa de triunfo: los resquemores producidos por el proceso interno del PRI parecían insuperables y suficientes para abrirle un boquete inmenso al este partido.

Por su parte, los panistas habían usado el poder para repartir cargos a casi todos los grupos, unos en las diputaciones locales de mayoría, otros en las plurinominales, unos más en las federales de mayoría y, particularmente, en las plurinominales, donde el, Virgilio dixit, “gordo hediondo” de Pedro Peralta tuvo su momento de gloria para demostrar su inmensa capacidad para la incongruencia y falta de respeto a sí mismo, al aceptar la candidatura por esa vía, a pesar de que había declarado públicamente que no aceptaba a Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, como candidata a gobernadora, porque no aceptaba las imposiciones, así fueren en su propio beneficio.

Lo de Esmeralda Cárdenas lo manejaron con posiciones electorales para miembros del grupo político al que pertenece y con el ofrecimiento de posiciones administrativas al término de su gestión. Punto. Asunto arreglado.

Con todo encarrilado, los panistas demostraron su enorme capacidad para el desastre. La candidata a gobernadora nunca ha sido una persona sensible, con capacidad para resolver conflictos. Por el contrario, es un torbellino que, si hubiera sido jugadora de futbol, habría sido del estilo de Miguel Angel Cornero, porque suele llevarse a todo el que se le atraviesa. No suele llegar a acuerdos duraderos, que beneficien a las partes en conflicto, sino que pretende avasallar. Sus compañeros de partido lo saben y era una de las principales razones por las que no la deseaban como candidata.

Desde hace dos años escribí que Martha Sosa era la única aspirante que nada tenia qué ofrecer a los panistas para ganar la gubernatura, porque no sumaba votos ajenos al PAN y era la única que podría lograr el milagro de la unificación de los priístas.

Ahora bien, aunado a esta especial característica de la señora candidata panista a la gubernatura, están todos los errores que han cometido en estos dos meses y medio de campaña. En primer término, la designación del coordinador general y los distritales de la campaña. En segundo, las raterías de Miss Wal- Mart, Dania Puga, a quienes los panistas mantienen como candidata a diputada plurinominal, lo que demuestra, en los hechos, su connivencia con la delincuencia, porque si no fuera así, si realmente se preocuparan por actuar con decencia y honorabilidad, en el mismo momento habrían hecho la sustitución de candidata, pero al negarse a hacerlo, le apuestan a que la gente se le olvide que tienen como candidata a diputada plurinominal a una ladrona cogida en el acto. Punto.

Luego siguieron Virgilio Mendoza y su “chingue a su madre mientras sea negocio” y Nacho Rodríguez García y su lamentable accidente donde atropelló a una niña.

Hasta aquí le paro por falta de espacio, pero aún hay tela para seguir cortando.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Vino Beatriz Paredes a Colima para el cierre de campaña del candidato del PRI a la gubernatura.

2. Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos. Henry David Thoreau

3. Lo que no es no será, porque además es imposible. Teresa Nava

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