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jueves, abril 26, 1990

AP 26/04/1990

26 de abril de 1990

Agenda Política

Miguel Acosta Vargas

En muchas ocasiones, se ha mencionado en este espacio acerca de los aspirantes a la candidatura a gobernador por el Partido Revolucionario Institucional. Los nombres de Socorro Díaz Palacios, Roberto Anzar Martínez, Carlos de la Madrid Virgen, Carlos Vázquez Oldenbourg y Humberto Soto Rodríguez.

De las probabilidades de algunos de los aspirantes se ha dicho lo suficiente. Se dijo, por ejemplo, que Anzar Martínez tiene grandes posibiklidades de llegar a la secretaría general de la CNC, en caso de que la responsabilidad que tiene como delegado general del PRI en Michoacán la cumpla a satisfacción de la dirigencia nacional de su partido; asimismo, se habló de la dificultad tan grande que sería convencer a los priístas colimenses de que Soto Rodríguez es el mejor hombre del partido para la gubernatura, persona poco conocida en el medio político local, su nominación podría ser causa de un alzamiento de priístas y los tiemp9s y las circunstancias no están para esos experimentos.

De los Carlos todos hemos coincidido en afirmar que se trata de personas de buena fe, honradez, fama pública y cuentan con el conocimiento de la clase política del estado, por los años que llevan en la actividad política. Sin embargo, existe coincidencia en que las posibilidades de que cualquiera de los dos que llegue a la candidatura, dependen más de lo que dejen de hacer otros aspirantes, que de lo que ellos mismos realicen.

De Socorro Díaz, se ha hablado en todos sentidos. Hay quienes se han dedicado a señalar, por sistema y sin razón, que la diputada tiene el repudio de los ciudadanos colimenses. No debe exagerarse, ni decir que desconoce los problemas de Colima.

En fin, estos son los nombres que más han sido mencionados para la sucesión gubernamental el próximo año.

Más no todo queda en el PRI, también la oposición tiene luchas internas; existen ajustes y desajustes que denotan los deseos de algunos personajes de la oposición por llegar a la candidatura.

Si usted recuerda, los del ferrocarril, es decir, los del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (Pfcrn), dijeron que, en su opinión, los mejores hombres, son los que ellos podrían establecer una alianza, serían Carlos Vázquez y Carlos de la Madrid, priístas ambos.

Del PAN, no se han tenido noticias claras al respecto de lo que pudiera ocurrir en su partido. La atención está centrada en el asunto del financiamiento recibido del exterior.

Es el Partido de la Revolución Democrática en donde han surgido algunas informaciones, no confirmadas oficialmente, en el sentido de que podría nombrarse a un ex priísta para ese cargo, sobre todo si Socorro Díaz Palacios es la candidata del tricolor.

Y no se piense que la afirmación es gratuita o carece de sustento. Según se aseguró a Agenda Política, un ex senador de la república colimense, Antonio Salazar Salazar, habría iniciado negociaciones con la dirigencia del PRD, concretamente con Porfirio Muñoz Ledo, para ver la posibilidad de ser nominado candidato a la gubernatura.

La idea no es del todo mala, si se toma en cuenta que la oposición tendría en Salazar Salazar a un conocedor del sistema político y a un hombre con amplia experiencia y con relaciones en los medios oficiales y políticos. Desplazado del núcleo del poder, aspirante en varias ocasiones a la gubernatura, la más sonada de ellas cuando Griselda Alvarez, el ex senador podría ser un rival incómodo para cualquiera que resultara el candidato priísta.

Si bien es cierto que al menos en Colima, no existe comparación entre la organización que como partidos tienen el PRI y el PRD, el arraigo de Salazar Salazar, los amigos, su ascendencia en el sector campesino y en el popular; podrían hacerlo beneficiario del voto silencioso, es decir, del apoyo electoral de todas aquellas personas que no asisten a los mítines y que siendo priístas nominales, en un momento determinado otorgan su voto a un candidato de oposición.

No puede decirse que el ex senador sea un desconocido en la entidad, ni que sea repudiado o rechazado. Es un hombre de sistema, beneficiario de la manera en que se hacía política, conocedor de los resortes que había necesidad de mover para obtener algo.

Hombre acostumbrado a moverse en la cúpula, de ser parte del equipo en el poder, no sorprende que pudiera buscar la nominación a la gubernatura un anhelo largamente acariciado aún cuando esto sea por el Partido de la Revolución Democrática.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

Uno. El respeto a las leyes, normas, reglamentos y las constituciones local y federal, son parte de lo que deben hacer todos aquellos que ocupan un cargo de elección popular.

En el caso del poder ejecutivo, concretamente, no puede tolerarse el desprecio, el irrespeto y la ignorancia de las leyes que rigen la vida de la sociedad.

Mal anda un gobernante que no es capaz de cumplir las normas; poco podrá hacer porque sus mandantes cumplan la parte que les corresponde.

No existe excusa para violar la ley. Ya lo dijo el presidente Carlos Salinas de Gortari, no se puede aplicar la ley, violándola.

Por desgracia, hay un presidente municipal que no ha entendido esto. La violación de leyes, normas, reglamentos y demás, es cosa de todos los días. Un ayuntamiento no se puede, no se debe manejar como si fuese algo privado, personal.

Quien deba poner orden, debe hacerlo a la brevedad posible, antes de que el daño a la sociedad sea mayor.

Dos. Según se publicó, el SNTE ha solicitado a la SEP un salario mínimo para los docentes, de casi millón y medio de pesos mensuales, es decir, prácticamente tres veces más de lo que actualmente perciben.

Tres. Cesáreo Flores Montero, el ínclito dirigente de colonias populares en Santiago, ha ocasionado demasiados problemas, tanto al ayuntamiento como a los colonos, sin faltar al comité municipal del PRI. No se piense que es menor el problema. Cesáreo es capaz, ya lo ha probado antes, de crear serios y graves conflictos.

jueves, abril 05, 1990

AP 5/04/1990

5 de abril de 1990
Agenda Política
Miguel Acosta Vargas
El problema de la democratización de la sociedad mexicana en su conjunto no es de fácil solución, ni de efectos inmediatos. Con lo alcanzado hasta hoy, no puede afirmarse de manera rotunda que se haya mejorado siquiera un poco, que se haya avanzado en el largo camino de la democratización.
Por ser el partido en el poder, con ya mas de sesenta años de tener el control en este país, corresponde al PRI iniciar el proceso democratizador.
Muchas veces ha sido intentando esto; para desgracia de todos, la democratización ha quedado en el discurso sólo ha servido para que muchos luzcan conjuntos de adjetivos en su alabanza. Desde los ya lejanos tiempos de Carlos A. Madrazo, se habló de la democratización de los procesos de selección de candidatos y de elección de dirigentes partidistas. Madrazo, como la historia lo constata, perdió la pelea.
Puede afirmarse, en descargo del político tabasqueño que, por aquel entonces, al igual que en la época porfirista “...el pueblo no está preparado para la democracia”.
No obstante, casi veinte años después, los dirigentes priístas retomaron las banderas de Madrazo y abrieron las puertas para que todos aquellos que quisieran aportar ideas, opiniones, métodos y formas para lograr la democratización interna del partido, pudieran incorporarse y tener la posibilidad de expresar sus inconformidades con el actual sistema y, lo mas importante, aportar soluciones para ello.
Y la gran bronca se vino cuando muchos sintieron que perderían sus cuotas de poder, sus cacicazgos, sus prebendas. Muchos pensaron, amenazaron con abandonar al PRI si éste cumplía sus pretenciones de cambiar las actuales circunstancias, las formas y los mecanismos del poder.
Se habló entonces de que los nuevos grupos serían diligencias paralelas, partidos dentro del partido, fuerzas que agruparían a quienes tradicionalmente han sido enemigos acérrimos que por la coyuntura democratizadora se convierten en cómplices fugaces.
Tales fueron los argumentos de aquellos que sentían perder sus pequeños privilegios y veían peligrar su futuro político. Acostumbrados al golpe bajo, a la disciplina –entendida ésta como la incapacidad para tomar ninguna iniciativa, ni de hacer nada sin antes recibir línea-_ a la lealtad perruna. En fin, al viejo estilo de hacer política.
Aquellos cuyo mayor mérito político es “ser compadre de...”, sintieron temor y respondieron como acostumbran: con bravatas, con la amenaza de quitarles el reconocimiento como priístas, llamándolos traidores, acelerados; en fin usando todos los adjetivos que normalmente utilizan contra los miembros de otros partidos.
Hoy por hoy, la lucha por la democratización está en su apego y esperamos para ver si los democratizadores aprovechan la oportunidad de hacer algo por mejorar ese partido, antes que se les deshaga entre las manos.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
Uno. Según se informó, mañana tomará posesión como delegado estatal del Instituto Nacional del Deporte, Cecilio Lepe Bautista, ex presidente municipal de Manzanillo.
Dos. Salvador Alaniz de la Mora, delegado de la CNC en el estado, donó un paquete de libros para la biblioteca de la secundaria técnica Laureano Cervantes Vázquez, ubicada en Venustiano Carranza, en Manzanillo.
Tres. El problema de muchos miembros de partidos de oposición, es que se convierten en excelentes críticos del sistema, más intolerantes debido a que no admiten el más mínimo señalamiento en contra de su partido. Así se ha visto en el Congreso.