Para Alan Misael, en sus 16 años
La noticia es la inseguridad, los niveles de inseguridad que vivimos en el país. El narcotráfico está convertido en la principal amenaza no sólo a la seguridad pública, sino a la seguridad nacional. La guerra contra el crimen, particularmente contra el narcotráfico, ha puesto al país en una crisis de la que aún no tocamos fondo.
Los medios de comunicación dan cuenta todos los días de lo acontecido en esta lucha y las estadísticas no parecen ser favorables a las fuerzas públicas, a los gobiernos.
Un amigo me comentó acerca de un hecho: las fuerzas de seguridad se enfrentan a un grupo de criminales y tras, por lo menos, media hora de balazos, toman a uno o dos prisioneros, mataron a otro más y párele de contar. Más de mil balas disparadas entre todos y el nivel de efectividad es realmente bajo.
Por otra parte, reportes periodísticos señalaron que más del 80 por ciento de los criminales capturados suelen quedar libres, por tales o cuales razones. Tras el terrible esfuerzo hecho por las fuerzas de seguridad federales, la PGR resulta incapaz de mantener en la cárcel al 30 por ciento, por lo menos, de los delincuentes capturados.
Hay algo que el gobierno no ha logrado: poner de su lado a la sociedad. La capacidad de movilización social del gobierno no ha funcionado o ha sido superada por la de los delincuentes.
¿Qué ha faltado? ¿Qué ha fallado?
El presidente de la república está más preocupado por ser el estratega de su partido en las elecciones estatales que hay en 15 entidades del país, que en elaborar un plan que le permita asumir la delantera en la guerra empezada en el primer mes de su toma de posesión.
Calderón está en medio de dos guerras y en ambas se ve como el gran perdedor. Por desgracia, todos los mexicanos perdemos la guerra contra el narcotráfico.
Felipe Calderón Hinojosa es el presidente de la república más incompetente que hemos padecido los mexicanos.
Las pruebas están a la vista de todos.
Ahora, después de Mérida, veremos la gran escalada contra el PRI y sus políticos principales. Mientras, el país va al carajo.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Nicolás Contreras Cortez es víctima de sí mismo. Además de arrogarse facultades de las que carece, se autoproclama paladín de la transparencia y es un diputado apenas gris. No es un hombre destacado o sobresaliente en su desempeño profesional en términos académicos, tampoco lo fue como dirigente sindical, carece de un discurso político notable y no ejerce un liderazgo social. Pero el diputado allí va, con su mediocridad a cuestas y sus parrafadas entre ingenuas y descaradas. Por más que aletea, no levanta el vuelo.
La credibilidad se sustenta en la vida cotidiana y los hechos condenan a Nico.
2. Agradezco a Esaú López Virgen por recibirme en AFmedios. Aquí estará Agenda Política cada viernes.
3. La cooperación no es ausencia de conflictos, sino el medio para resolver el conflicto. Deborah Tannen
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