Editorial
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La información es sorprendente: todos los árboles de limón, lima, naranja, dulce y agria, e incluso los de mango, deberán ser talados y quemados en el corto plazo, para evitar que propaguen en la entidad la plaga de los cítricos conocida como “dragón amarillo”.
El responsable de esta información es el agroproductor y diputado local Germán Virgen Verduzco, quien preside la Comisión de Desarrollo Rural del congreso local.
La situación planteada por el legislador es grave, porque significa que deberán ser derribados todos los árboles de este tipo en las zonas urbanas del estado, tanto en áreas públicas como en el interior de las viviendas.
El problema es porque en las calles y domicilios, los árboles crecen sin ningún control, por lo tanto se convierten en un foco de infección y deben eliminarse para sustituirlos por otros de la región. En esta tarea, los ayuntamientos tienen una participación fundamental y están obligados a actuar de manera inmediata, y coordinados con las autoridades de sanidad vegetal.
El control del dragón amarillo se basa en las medidas de protección a los cultivos, en invernaderos o casas sombra, donde la planta se produzca sin riesgo de que sea atacada por el vector que transmite la bacteria.
Sin embargo, concretar estas acciones requiere una inversión de 200 millones de pesos y por ello resulta fundamental la participación de los tres niveles de gobierno y los productores, porque se trata de cambiar la forma como se reproducen actualmente los cítricos.
Hasta hoy, la única manera de combatir el dragón amarillo es mediante la eliminación de las plantas infectadas, acción ya iniciada por los productores locales, pues ya quemaron 742 árboles y tienen más de un millón 740 mil plantas paralizadas por la cuarentena.
Las autoridades están a tiempo de controlar el brote del dragón amarillo en la entidad, pero de no tomarse las medidas adecuadas, el riesgo es muy alto, porque podría ocurrir lo que ya sucedió en otros países afectados por esta plaga, donde se perdió hasta el 80 por ciento de las plantas en producción.
Una situación así, vendría a terminar por arruinar a los agroproductores, que de por sí están en una situación lastimosa.
Y usted, amable radioescucha, ¿qué opina al respecto?
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