SCT, obras malhechas y riesgosas

Editorial

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La Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha causado innumerables accidentes y perjuicios a quienes transitan de manera regular por el tramo comprendido desde el libramiento de Manzanillo, la llamada carretera panorámica, que une la entrada de la autopista y continúa con el tramo hasta Cihuatlán.

Muchos son los conflictos que se ocasionan y las zonas de inseguridad que se han aumentado porque las obras emprendidas por el gobierno federal han quedado inconclusas o, de plano, están mal hechas.

Si usted tiene necesidad de ir al aeropuerto de Manzanillo, puede sufrir no sólo una desagradable sorpresa, sino un lamentable accidente por la pésima forma en que está conectada la carretera con el aeropuerto.

Lo mismo ocurre en varios de los tramos construidos en los últimos meses, con los que se suponía se acabarían los problemas para ir a Jalipa y a otros lugares, pero en vez de solucionar los problemas que existían, la SCT vino a causar mayores complicaciones, con las obras inconclusas que tiene hasta hoy y que no parecen tener fin.

Se dice, porque, por desgracia, se carece de información oficial al respecto, que algunos de los pasos no se han concluido porque no se negoció en tiempo y forma con los ejidatarios dueños de los predios en donde se realizarían las obras.

De ser cierta esta versión, se estaría ante una muestra más de la incapacidad de los funcionarios de la SCT y del gobierno federal en su conjunto, para resolver este asunto con los medios legales a su alcance.

Como ya se sabe, las expropiaciones por utilidad pública han sido siempre una de las herramientas que ha usado el gobierno federal para tener los terrenos suficientes y necesarios para hacer las obras que requiere el desarrollo de un lugar determinado.

Pero hoy tenemos dependencias del gobierno federal que no hacen su trabajo como están obligados a hacerlo y por ello se tienen obras inconclusas que generan riesgos e inseguridad para quienes por ellas transiten.

Esta es la desgracia que padecemos los colimenses: obras a medio terminar y dependencias federales que hacen mal su trabajo.