Editorial
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El registro de las líneas celulares se ha convertido en todo un problema donde se ligan el cumplimiento a la ley, con la natural resistencia y recelo de los usuarios de los servicios de telefonía celular.
Una de las razones existentes para la aprobación de la ley que dio origen al Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil fue la exigencia social de poner fin a las miles de llamadas que se hacían, y se hacen, para amedrentar y extorsionar por esta vía a miles y miles de mexicanos.
La seguridad se ha convertido en el principal problema en la agenda nacional y ello ha llevado a las autoridades a implementar medidas que ayuden a mejorar esta situación.
De ahí la importancia del amparo obtenido por Telcel, que le permite a no suspender el servicio a sus clientes que no registraron sus líneas hasta el sábado 10 de abril, aunque la propia empresa ha invitado a sus clientes que aún no se han registrado, a que lo hagan cuanto antes.
Porque, como dijo el presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), Héctor Osuna: hoy los operadores celulares entregaran a la COFETEL el reporte final sobre las líneas de los usuarios dadas de alta ante el Renaut y los que están “en la fila”, así como de la capacidad de las empresas para las subsecuentes desconexiones.
El funcionario dijo que será hasta que ya no haya solicitudes de suscriptores móviles en espera del registro, cuando se exigirá a los operadores cancelar todas las líneas que no se inscribieron en este padrón.
El objetivo del registro no es desconectar líneas y, además, no se puede ignorar a los millones de usuarios cuya solicitud está en proceso, sino que el criterio a usarse debe ser similar al empleado en las elecciones, cuando al cerrar las casillas, la gente formada en las filas, mantiene su derecho a votar.
Por lo pronto, si aún no registra su línea telefónica, hágalo hoy mismo.
Es por el bien de todos.
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