Derogar la tenencia, demanda social

Editorial

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El 1 de enero de 1963, entró en vigor la Ley del Impuesto sobre Tenencia o Uso de Automóviles, antecedente del actual Impuesto Sobre Tenencia o Uso de Vehículos.

Este impuesto fue administrado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y a partir de 1974, los gobiernos estatales lo administran integralmente.

En el 2007, se facultó a las entidades federativas para decidir si mantenían o eliminaban este impuesto y en los estados de Aguascalientes, Campeche, Guerrero, Nayarit, Michoacán, Zacatecas, Yucatán y Colima, decidieron continuar cobrando la tenencia, tal como se hacía antes.

Ahora bien, existe una justa y sentida demanda social, respecto al pago de este impuesto y el gobierno debería revisar la factibilidad de eliminarlo, considerando para ello las repercusiones financieras que se pudieren ocasionar.

No se trata sólo de eliminarlo, sino de ver cómo suplirá el gobierno estatal los ingresos perdidos. Debemos recordar que los estados reciben recursos federales en función de su capacidad recaudatoria, entre otras variables.

Una propuesta viable sería eliminar el pago de este impuesto para los contribuyentes cumplidos, a partir del ejercicio fiscal 2011.

De igual manera, podría eliminarse el remplacamiento periódico y establecerse la placa permanente, en los mismos términos.

Desde luego, para obtener estos beneficios, los contribuyentes tendrían la obligación de actualizar sus datos ante el registro vehicular y realizar las verificaciones ambientales requeridas.

De esta manera, se apoyaría a la economía de las familias y empresas colimenses y se actualizaría de manera oportuna y permanente el Padrón Vehicular del Estado.

Esta medida, si bien significaría una reducción de los ingresos fiscales, no necesariamente afectaría los programas de inversión física ni social, porque el gobierno del estado podría encontrar fuentes alternas de financiamiento y diseñar medidas de eficiencia recaudatoria y de contención de gasto público no sustantivo.

Por lo pronto, el tema está en la mesa y corresponde a todos discutirlo.