EDITORIAL
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Los colimenses tenemos una de las autopistas más inseguras y de mayor costo en el país. Por circular poco más de 35 kilómetros, se cobran 102 pesos por automóvil y de ahí para arriba con los vehículos de tres o más ejes.
El problema con este tramo de autopista que tiene concesionado la empresa TRIBASA no es sólo el precio, la enorme inseguridad con que sus usuarios se desplazan por ella.
Los accidentes son injustificables en un tramo que es prácticamente recto, sin embargo, la mayoría de ellos se deben a la forma tan irresponsable como se administra y opera esta carretera.
Seguramente usted, amable radioescucha, se ha enterado de que hay quejas e irritación de los conductores de tractocamiones y otros vehículos de carga, provenientes de la población de Campos, quienes son literalmente esquilmados por esta empresa y un grupo de vivales que, a semejanza de los cadeneros en los antros, mediante una cadena para que quien salga de Campos y desee retornar al puerto, deba pagar por hacerlo, ya que sólo hay un sin muro de contención y con por quitar esa cadena atravesada, regenteada por unos gamberros, cobran determinada cantidad de dinero, y así se puedan retornar al puerto.
Es decir, deben pagar para poder hacer su vida cotidiana.
Además del robo, el problema es que el retorno se hace a ciencia y paciencia y con la connivencia de la empresa TRIBASA, concesionaria de la autopista.
De igual manera, la inseguridad es enorme, porque quienes vienen circulando en ambos sentidos por esta vía, sin previo aviso se encuentran con vehículos que están haciendo maniobras en plena carretera, sin que haya señalamientos previos, ni nada parecido.
Finalmente, si bien a los concesionarios no les interesa la seguridad de los viajantes, las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Policía Federal Preventiva no han hecho, hasta hoy, nada para terminar con estas irregularidades que dañan la economía de los pobladores de Campos y afectan gravemente la seguridad de los usuarios de la autopista, en tan peligroso tramo.
Inseguridad y negocios al margen de la ley.
¿Usted a que atribuye esta actitud de la autoridad?
¿Corrupción o indolencia?
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