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viernes, abril 09, 2010

Etica y ejercicio periodístico

¿Existe el cuarto poder? ¿El periodismo es un poder?

No, desde mi punto de vista. No existe y no lo es. Punto.

Esta es, quizá, peor de las maneras que puede haber para iniciar una columna en un diario, ¿no?

Tal vez lo sea, pero es la mejor manera que encontré para hacerlo, pero más allá de las formas, conviene hacer unas consideraciones acerca de la ética, el periodismo y el ejercicio periodístico.

Muchos hemos ponderado el poder del periodismo en sí y de algunos medios y periodistas en particular. En Colima hay ejemplos sobrados acerca de ello y los encontramos en los diarios locales y los programas radiofónicos, particularmente.

Desde que inicié mis labores periodísticas, como reportero y columnista, en El Correo de Manzanillo, en 1982, he conocido y tratado a muchos -a la inmensa mayoría, podría decir- de los reporteros, articulistas, directivos y propietarios de diarios colimenses, así como a muchos de los conductores de programas radiofónicos.

En algún momento coincidí con ellos en El Correo de Manzanillo, La Opinión, Panorama, Ecos de la Costa, Diario de Colima y ahora Milenio. De igual manera lo hice en programas de radio y televisión, a donde acudí como invitado a programas especiales o como opinante regular, en su caso. Ahora mismo ocurre, tras haber sido invitado a participar de manera cotidiana en Nuestras Noticias, del grupo Radiorama.

En estos 28 años de ejercicio periodístico, que se cumplen justo en este mes, he visto crecer profesionalmente a algunos y ver a otros convertirse justo en lo que decían detestar cuando eran jóvenes principiantes en el ejercicio periodístico.

Los periodistas solemos creernos intocables e infalibles, aunque en público decimos que no es así, pero los hechos prueban todo lo contrario. En muchos casos, que pueden probarse con lo que escribimos o decimos en radio o televisión, asumimos que nuestra opinión es “nuestra verdad” y pobre de aquel que nos contradiga.

No digo, por supuesto, que el ejercicio periodístico cotidiano en Colima sea ajeno a la ética o que caminen por rutas distintas, sino que, simple y sencillamente, solemos asumir el rol de magistrados de la suprema corte de la opinión pública y lo que decimos, pensamos y aportamos, más que una opinión personal –por ello mismo subjetiva al estar condicionada por nuestros intereses, compromisos, cultura, necesidades económicas- lo queremos ver convertido en una sentencia inapelable y aceptada por todos.

No conozco almas puras, cándidas o ajenas a grupos de presión –cualquiera que sea su denominación y objetivos específicos- que escriban en los diarios locales o participen en los programas de radio o televisión como reporteros, articulistas, directivos, conductores u opinantes.

Quienes trabajan en los medios no me dejarán mentir acerca de este hecho: los salarios suelen ser los peores del mercado laboral y eso cuando encuentran trabajo. Mal pagados, mal tratados, sin prestaciones laborales en muchos de los casos, los periodistas deben multiplicarse y trabajar aquí y allá y por ello vemos a muchos participando cerca de los políticos en turno, en calidad de asesores, jefes de prensa, colaboradores y un sinfín de actividades más, con tal de obtener un ingreso extra, producto de su trabajo.

Si usted, amable lector, considera que el párrafo anterior es una exageración, le pido solamente que consulte los diarios locales y busque lo que los periodistas dijeron al respecto en fecha reciente, cuando fueron convocados a participar en los foros para la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo del gobierno estatal. De igual manera, le solicito que se espere al ocho de junio y lea o escuche lo que los representantes de los periodistas dirán el siete de junio, so pretexto de la celebración del día de la libertad de expresión.

Ser periodista es, en muchos sentidos, ser como policía. Generalmente mal pagado, en muchas ocasiones debe adquirir con sus propios recursos los equipos necesarios para desarrollar mejor su labor, no suele tener viáticos, ni le pagan el celular, aunque las órdenes de trabajo impliquen desplazamientos o el uso del teléfono para cumplir las órdenes recibidas.

¿Y la ética? Caminando despacio, muchas veces olvidada, o sacada a relucir como excusa en ciertas ocasiones, como ésta.

Por supuesto, hay periodistas cuyo ejercicio periodístico va aparejado a la ética: Rubén Martínez González y Javier Bravo Magaña, dan fe de ello. No digo que son los únicos, pero, desde mi punto de vista, son quienes mejor cumplen esa característica.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Calderón ha fracasado en el cumplimiento de sus responsabilidades como presidente de la república. Desde el primer momento perdió la guerra contra el desempleo y partir de diciembre de 2006, empezó a perder la guerra contra el narcotráfico, que se convirtió ya, en el mejor de los casos, en la guerra sin fin.

Ahora, las dependencias federales son la barricada desde la que se han estado alimentando las campañas políticas de los panistas en todo el país. Los panistas no se andan por las ramas y arremeten con todo, con tal de ganar las batallas electorales que vienen enfrentando.

Las secretarías de despacho deben ser descentralizadas, como en el caso de la Sagarpa, por citar sólo un ejemplo, y los recursos destinarse a los estados para que sean éstos quienes los apliquen en los programas previamente establecidos.

Utilizar los escasos recursos disponibles de manera óptima es una exigencia de la sociedad y una acción impostergable que debemos llevar realizar todos. Una gran sector de la sociedad piensa que el gobierno federal debe suprimir su gasto corriente y que una manera de hacerlo es reduciendo significativamente su estructura burocrática.

2. La cena de negros sigue en Manzanillo, donde los panistas se dan con todo y la excusa es el comité municipal de ese partido.

3. Hay artículos de crítica –los peores- que tienen lamentable semejanza con alegatos de abogado. Julio Torri.

macosta68@gmail.com

agendapolitica.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante como un conocido aviador y golpeador de mujeres se atreve a hablar de ética.