Editorial
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El director del Centro SCT Colima, Rogelio Sahagún Ontiveros, ha demostrado que no tiene interés alguno en cumplir a cabalidad con las responsabilidades inherentes al cargo público que le fue conferido.
En este espacio señalamos los evidentes riesgos que sufren los usuarios de la autopista Manzanillo- Colima, en el tramo Cuyutlán-Manzanillo. Los riesgos de accidentes mortales son cotidianos, a ciencia y paciencia del señor Sahagún Ontiveros.
Como le hemos informado oportunamente, en este tramo de la autopista, que es uno de los más caros del país y tal vez uno de los tres más riesgosos, hay una serie de accesos irregulares que sólo pueden existir por el incumplimiento evidente de las responsabilidades del titular del Centro SCT Colima.
En esa zona, a pocos kilómetros de la caseta de peaje, unos cadeneros permiten que tractocamiones y vehículos materialistas den vuelta en “u” para retornar al puerto, lo que pone en serio aprietos a quienes viajan en esos momentos por la autopista, pues la maniobra se hace sin ninguna precaución.
Lo peor del asunto es que el señor director del Centro SCT Colima, Rogelio Sahagún Ontiveros, se comprometió a poner remedio a esta irregular situación y hasta la fecha no ha cumplido su palabra.
¿Será necesario que haya más muertes en ese tramo carretero, más accidentes, para que al fin se decida a poner orden en este asunto?
La pregunta es inmediata: ¿por qué tolera el señor Sahagún Ontiveros esta situación? ¿Tiene intereses en ello?, ¿es una orden superior?
Lo que no puede decir el director del Centro SCT Colima es que ignore lo que está pasando en esta autopista concesionada, pues demostró que tiene un conocimiento pleno de cuanto ocurre en este tramo carretero.
¿Cuántos vehículos transitan diariamente por este tramo carretero? ¿Cuántas son las probabilidades de que ocurra un accidente mortal?
Por desgracia, no se ve que en el futuro inmediato vaya a haber una solución a este problema, porque la indolencia, la incapacidad, la opacidad y la corrupción, parecen campear en la administración federal.
Ojalá estuviéramos equivocados en nuestras opiniones, pero, por desgracia, los hechos nos dan la razón.
Y usted, amable radioescucha, ¿qué opinión tiene al respecto?
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