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viernes, junio 18, 2010

Resaca de la Victoria

Ayer me reuní con un par de amigos. Entre los asuntos tratados estuvo el del ejercicio periodístico en general y en Colima, en particular. Hablamos de las características especiales, de la responsabilidad, del profesionalismo y de las limitaciones existentes en nuestro medio para quienes nos dedicamos a esta actividad.

En otras tres ocasiones he tratado el tema, aunque han sido desde el punto de vista del periodismo frente al estado y los grupos de poder y de la diferencia entre un reportero y un articulista o columnista de un diario.

Está por demás señalar que ser periodista implica una gran responsabilidad social que debe ser cumplida a cabalidad por quienes ejercemos esta compleja actividad. El manejo de la información y la velocidad con que se transmite moldean la sociedad moderna y el propio estilo de escribir.

Ya no existen lugares lejanos, ni de difícil acceso para las noticias, de allí que el comunicador debe tener un valor a toda prueba para investigar los sucesos importantes, sin interesar quien está involucrado o qué tan graves puedan ser las repercusiones.

Ocultar la verdad, nos convierte en un pueblo de simuladores. Difundir noticias sin sustento verídico o sólo circular las favorables a intereses oscuros, limita nuestra capacidad de análisis y de autocrítica.

Como padre, como hombre y como periodista, me angustia observar a nuestros jóvenes, víctimas de la drogadicción, abandonados por un padre que no encuentra el empleo que necesita y de la madre que se prostituye para apoyar el gasto del hogar.

Esto se repite cada vez más y unido a la inseguridad pública, que ya no permite salir a la calle sin temor de ser asaltado y robado, y con la certeza de que ello puede ocurrir en nuestros propios domicilios, sin que nadie acuda en nuestro auxilio.

Ya resulta lugar común decir que todo esto es culpa del gobierno, pero un sistema que produce tantos millones de necesitados y sólo unos pocos megamillonarios con mucha influencia, es un país con graves problemas sociales.

Existen enormes problemas, temor y preocupación por el futuro. Es necesario un cambio que nos lleve a ser el país donde sea escuchada la voz de todos los mexicanos, donde quiera que se encuentren, cualquiera que sea su condición social, su etnia, su religión, su ideología y su militancia partidista.

Cómo usted puede ver, hoy en plena euforia por la victoria futbolística ante Francia, me puse patriotero, demagógico, nostálgico, idealista, soñador o iluso.

No importa el adjetivo, al fin y al cabo, el nombre es lo de menos.

Pero, insisto en un hecho: entre todos se puede.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Calderón y su hipocresía. Su discurso contra el gobernador de Veracruz y sus corruptelas como funcionario público evidenciadas. El aparato de inteligencia del gobierno federal al servicio del partido en el poder. La gazmoñería panista en su máximo esplendor.

2. No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

3. Las cosas no cambian, cambiamos nosotros. Henry David Thoreau

macosta68@gmail.com

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