Los Partidos de la Revolución Democrática y de Acción Nacional han mostrado con toda claridad que carecen no sólo de principios éticos o de verticalidad ideológica. Esas, dicen, son asunto del pasado muy remoto, cuando los políticos se preciaban de tener un sustrato ideológico en sus pretensiones y posiciones político electorales.
Si aun faltara algo por probar de lo que afirmo, el asunto de Greg Sánchez, candidato del PRD, PT y Convergencia a la gubernatura en Quintana Roo, puede servir como argumento.
El asunto va muy lejos, pues la alcaldía de Benito Juárez en Quintana Roo ha sido un estupendo negocio para el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, quien por ello insistió en hacerlo candidato a gobernador, a pesar de haber sido informado oportunamente por la autoridad federal panista de que el alcalde Gregorio Sánchez era investigado por una serie de delitos federales que podrían impedir su nominación y eventual triunfo.
En Quintana Roo, el PAN y el PRD van en alianza en lo que respecta a diputados locales y en cinco de los siete municipios, no así en el candidato a gobernador.
En este sentido, la pregunta es evidente: ¿por qué lo hicieron candidato su sabían que el gobierno federal, panista, lo metería a la cárcel? ¿Por qué acusan al gobernador priista de Quintana Roo de ser quien impide a Greg Sánchez seguir en la competencia electoral?
Es evidente que los panistas y los partidos de izquierda usan todos los elementos posibles para derrotar a los priistas en todos los estados. Esto es legítimo y legal, pero utilizar recursos ilegales, no políticos implica llevarla política a un nivel peligroso.
También es indudable que, ante el fracaso del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, éste actúe ya como lo único en que tiene experiencia: en ser dirigente de su partido y no el jefe de las instituciones republicanas, que no ha logrado serlo en estos tres años y medio que tiene de haber tomado posesión de su cargo.
Los perredistas han terminado siendo un monigote en manos del presidente de la república y han tirado al bote de la basura no sólo sus logros y aportaciones a la democratización de este país, sino su compromiso con las mejores causas.
Triste destino.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Los actores políticos han coincido en considerar como muy grave la situación de la seguridad pública en Colima. Más allá de los matices, todos coinciden en que debe ponerse fin a esta situación de guerra en el territorio colimense. Violencia en las calles, descuartizados, narcolaboratorios, deben ser asuntos de excepción y no hechos cotidianos. Recuperar la paz y la tranquilidad social es un justo anhelo de todos.
2. El dirigente estatal del PRD, Francisco Rodríguez, hizo la clásica acusación perredista: lanzó invectivas contra funcionarios del gobierno estatal, aunque no proporcionó prueba alguna. De pura lengua, pues.
3. Para vengarnos de quienes son más felices que nosotros, les inoculamos -a falta de otra cosa- nuestras angustias. Porque nuestros dolores, desgraciadamente, no son contagiosos. Emile Cioran
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