Como a muchos, me entristeció el asesinato del candidato del PRI a gobernador en Tamaulipas. Me entristeció, me preocupó y me enfureció. He aquí hasta dónde hemos llegado. El gobierno ha sido incapaz de frenar la violencia, de combatir a los criminales, aunque sea con mediano éxito.
Tenemos a un presidente de la república impotente. Los hechos nos han demostrado cómo mal gobierna este país, que cada día se le despedaza y escurre entre los dedos. Hay un gobierno fallido. Eso es inobjetable.
Hay un gobierno fallido porque el presidente FECAL decidió ser el presidente de su partido y no de este país. El presidente está dedicado a ganar las elecciones para su partido, a cualquier costo, y no a gobernar México.
Beatriz Paredes fue muy clara cuando dijo: “En el Estado democrático, actuar con responsabilidad y civilidad política, supone desechar la guerra sucia como método, implica no alentar la polarización, significa propiciar la confianza y colaboración entre los tres órdenes de gobierno, habida cuenta que la República es una Federación. Instituciones democráticas debilitadas, y política envilecida, es caldo propicio para que la delincuencia pretenda enseñorearse.”
“En el Estado democrático, actuar con responsabilidad y civilidad política, supone desechar la guerra sucia como método, implica no alentar la polarización, significa propiciar la confianza y colaboración entre los tres órdenes de gobierno, habida cuenta que la República es una Federación. Instituciones democráticas debilitadas, y política envilecida, es caldo propicio para que la delincuencia pretenda enseñorearse.”
“El priísmo tiene muchos agravios, y ha sido nuestra responsabilidad con México y nuestra preocupación para encontrar, junto con la sociedad mexicana, las soluciones que requiere la gente, que demanda empleo, ingreso y seguridad, lo que nos ha llevado a no responder a provocaciones y a colocar el interés superior del país como vector fundamental de nuestra acción política. Siempre hemos estado dispuestos a dialogar, pero con liderazgos legítimos y no fruto del oportunismo, que bregan en la borrasca de aguas tormentosas para ver si recomponen sus posicionamientos, cuando ha sido precisamente, la irresponsabilidad y el cortoplacismo, el querer ganar a cualquier costo, lo que ha enturbiado el debate y envilecido a la política.”
La referencia fue directa: dedicados al espionaje telefónico de sus adversarios políticos, a los panistas, FECAL el primero, les importó muy poco mostrarle al pueblo de México que no les importa violar la ley con tal de aplastar a sus enemigos políticos.
FECAL no tiene idea de qué debe hacer para resolver los problemas de México, por eso se ha dedicado de tiempo completo a hacer lo que mejor sabe: embrollarlo todo. Es un hombre sin experiencia en la conducción de un gobierno, aunque sea municipal.
Pero el cierre de la intervención de Paredes Rangel fue mejor todavía. Juzgue usted: “Por eso, afirmo categóricamente: el crimen no nos doblega, ni nos va a doblegar.”
“Los priístas no permitiremos que la vulneración de la democracia por medio de la violencia, propicie el triunfo del caos generalizado, o de su rostro más perverso, el autoritarismo. Por ello, en medio de la desgracia, cumpliremos con nuestro deber el día de los comicios. Lo hacemos con el convencimiento de que la participación electoral es la respuesta más firme a quienes pretenden sabotearlos y el mejor homenaje a los caídos.”
“En medio de los días aciagos que ensombrecen a la Patria, el amor profundo de la familia de Rodolfo Torre, que la mañana de hoy en Tamaulipas, nos dio una lección de entereza, generosidad y vida, tengo la convicción de que los mexicanos venceremos la tragedia, cada quien en su ámbito, ¿por qué?, porque la entereza del pueblo de México, es mayor que el gran dolor, porque nuestra fuerza es mayor que nuestra miseria, y nuestra esperanza es mayor que nuestro miedo.”
Tal discurso de Beatriz Paredes, amable lector, no tiene desperdicio.
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