Editorial
Nuestras Noticias
Al tomar posesión de su cargo, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa protestó cumplir y hacer cumplir la constitución general de los Estados Unidos Mexicanos y todas las leyes que de ella emanen.
Por desgracia, no ha sido así. El pasado proceso electoral lo mostró con absoluta claridad y transparencia, al haber cometido varias violaciones a las leyes electorales federales. Así lo consideró el Consejo General del Instituto Federal Electoral.
Por supuesto, el IFE concluyó que, aun cuando el presidente Felipe Calderón violó abierta y flagrantemente las leyes electorales, tal como ocurrió con el también panista Vicente Fox, las leyes nada pueden hacer al presidente por haber violado la ley, porque la constitución general señala que el presidente sólo podrá ser juzgado por delitos graves y por traición a la patria.
No sé si violentar el estado de derecho y las normas que los demás ciudadanos estamos obligados a cumplir todos los días, resulte o no un delito grave, pero sí es grave darnos cuenta que el presidente Calderón Hinojosa dedica sus mayores afanes a hacer que su partido, el PAN, gane en los procesos electorales y para ello no tiene empacho alguno en violar las leyes que sea necesario, porque, al fin de cuentas, para efectos prácticos, el presidente Calderón está por encima de las leyes.
¿Cómo quiere el presidente Calderón Hinojosa que los mexicanos respetemos la ley si èl es el primero en violarla impunemente?
El presidente Calderón es igual que la mayoría de los panistas que conozco: exigen que todos los demás cumplan la ley a rajatabla, excepto ellos. Exigen cuentas claras a todos, pero mantienen las propias en la más terrible opacidad.
Así suelen ser los panistas y así es el presidente Felipe Calderón Hinojosa. Para él, ya lo demostró con claridad, lo más importante no es el país, ni los problemas coyunturales o estructurales que éste tenga. No, para Felipe Calderón, lo más importante es que su partido, el PAN, gane las elecciones en los estados, al precio que sea, pasando por encima de todo el entramado jurídico que tenemos.
En fin, más veremos de este presidente bueno para exigir cuentas claras a los demás, pero malo para clarificar las propias.
Y usted, amable radioescucha, ¿qué opinión tiene al respecto?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario