Mañana dará inicio un programa cuyo objetivo es combatir a fondo al mosquito vector del dengue. Como mucho se ha difundido, el dengue es la epidemia más peligrosa que hemos vivido en los últimos 10 años.
Más allá de las fantasías y verdades sembradas a propósito de la influenza A H1N1, en los hecho se probó que las medidas preventivas habían funcionado lo suficiente como para contenerla y disminuir de manera significativa sus efectos dañinos.
En cambio, el dengue se ha convertido en el azote de la humanidad y más aún, los esfuerzos para contenerlo han sido inútiles, has hoy, porque se han hecho de manera aislada, esporádica y más apegada a las ocurrencias que aun plan sistemático y que vaya a fondo en la resolución del problema. Hasta hoy, las autoridades han buscado paliar, pero no de resolver el problema del dengue en Colima.
Hoy, puedo afirmarlo, se vislumbra una esperanza porque las autoridades han entendido que sólo con un combate a fondo, en todos los frentes, permanente y simultáneo, se pueden tener resultados exitosos en la lucha contra el dengue.
Por eso es aplaudible que el ISSSTE, el IMSS y la Secretaría de Salud como cabeza del sector, hayan unido esfuerzos y hayan logrado sumar en esta tarea a la Universidad de Colima, a los ayuntamientos, clubes de servicio, organizaciones de la sociedad civil, organismos descentralizados, asociaciones gremiales, patronales y demás, participen de manera activa y significativa en la tarea de combatir al mosquito transmisor del dengue.
Mire usted, amable lector: según fue publicado, el año pasado hubo en Colima cinco mil casos de dengue reportados oficialmente. El 90 por ciento de ellos fueron del tipo clásico y los otros 500 casos habrían sido del hemorrágico. Sin embargo, según se ha probado, en el caso del dengue, las cifras oficiales corresponden al 15 por ciento de los casos probables habidos en el periodo referido. Ello implica que las cifras totales serían cercanas a los 35 mil casos de dengue, aproximadamente, en el año 2009 en la entidad.
Si usted ve el asunto comparado con la población total de Colima, podría decirse que casi el seis por ciento de la población del estado estuvo afectada por este mal, lo cual habla de que el dengue está convertido en un verdadero problema sanitario.
Esta es la dimensión del problema y ésta es la tarea que nos compete resolver a todos nosotros. Insisto: hasta hoy, los esfuerzos oficiales para contener el dengue han fracasado. Así de simple se puede decir, aunque las razones del fracaso sean complejas.
Si hacemos un análisis del asunto, podemos apuntar que mucho del fracaso tiene que ver con los recursos económicos disponibles para tal fin, cierto, pero más tiene que ver con la organización social, o mejor dicho, con la capacidad de movilización social, es decir, con el involucramiento de la sociedad en una tarea común, a un mismo tiempo y en todo el territorio estatal.
Por supuesto, la tarea no es sencilla, pero las soluciones simples no existen o son meras patrañas. Las soluciones perdurables suelen ser complejas, tienen implicaciones, pero suelen tener puntos de inflexión donde se conjugan diversas fuerzas que interactúan y permiten que elementos dispares puedan integrarse y ajustarse y ofrecer una solución consolidada.
Por eso es encomiable que el gobierno estatal haya entendido que sin la participación de la población, cualquier campaña está destinada al fracaso. No es algo menor este asunto, porque la tarea de coordinar esfuerzos puede parecer simple, pero no lo es en realidad, sobre todo porque implica tener la sensibilidad necesaria para hacer que las diversas organizaciones, instituciones e instancias de gobierno, además de, por supuesto, la sociedad en general.
Es cierto que una tarea de éstas no puede concluirse en una misma jornada, pues se requiere darle seguimiento y allí es donde está el problema, en la organización social, porque hasta hoy no se ha podido involucrar realmente a la población.
Este es el reto para el Secretario de Salud y, por el bien de todos nosotros, espero que lo enfrente con éxito. Suya es la responsabilidad de la estrategia, de la coordinación de esfuerzos interinstitucionales y de la motivación a la sociedad en general para que participe de manera activa en esta tarea que, insisto, nos involucra a todos.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Con frecuencia escuchamos a personas que hablan de honestidad, transparencia, cumplimiento de compromisos, responsabilidad, y quién sabe cuántas cosas más, y sus voces suenan convincentes, sus gestos son de auténtica furia cuando se refieren a los que otros hacen o dejan de hacer. Pero, como el dicho popular señala: “farol de la calle, oscuridad de su casa”. Todo esto viene a cuento porque un panistas ha señalado que el gobernador del estado, Mario Anguiano, es incumplido, solapador y hasta cómplice de acciones presuntamente ilegales. Quien ha expresado éstos y otros adjetivos es el panista Leoncio Morán Sánchez, quien en su momento fue exhibido como uno de tantos colimenses que durante varios años consumió agua que no pagó. Una acción de esta naturaleza demuestra con hechos la clase de individuo que es, los valores que realmente practica y demuestra que su moral está muy lejos de la ética que tanto pregona.
Este solo hecho, este criticable actuar de Leoncio Morán Sánchez, lo mide tal cual es. Lo demás debería salir sobrando, aunque no es así.
2. La angustia es el precio de ser uno mismo. Silvio Rodríguez
3. ¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven en un sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?
Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca. Emile Cioran
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