Reunido con un grupo de amigos, comentamos la aparentemente poco cuerda decisión de Humberto Roque Villanueva por expresar de forma abierta, directa y sincera –algo inusual en los políticos de toda laya–su deseo de buscar la postulación de su partido a la presidencia de la república.
Quienes no conocen a Humberto Roque personalmente, ni tienen una idea de sus valores, sus principios, su carrera en la administración pública, ni su capacidad de liderazgo y de manejo de la acción política, tienden a subestimarlo y a recordarlo sólo por la seña hecha durante la aprobación del IVA, aquella donde parece decir “ ya nos los abrochamos, ca..mpeones”. Sin embargo, hasta Carlos Castillo Peraza, exdirigente nacional del PAN habló acerca de calidad y la capacidad del priísta y contextualizó la famosa fotografía.
Pese a todo, vale la pena resaltar un hecho: el PRI vivió momentos difíciles con Roque Villanueva, pero fue capaz de ir hacia delante y mantener una mayoría relativa en el congreso de la unión y evitar una debacle mayor.
Por otro lado, más valdría tomar en serio la declaración de Roque Villanueva. Manuel Barttlet y Roberto Madrazo han anunciado ya sus pretensiones de alcanzar la nominación. El primero de ellos es uno de los hombres más duros del sistema y sería uno de los peores candidatos en la historia priísta y ello devendría en la más estrepitosa derrota tricolor. El tabasqueño no canta mal las rancheras y, a pesar de costosísima campaña en los medios, no logra impactar a muchos. De los otros más vale no hablar, porque Labastida Ochoa, quien podría ser el mejor candidato, enfrenta graves problemas en la conducción de la política interior y muchos lo consideran una especie de señuelo para dejar en realidad al favorito de la dupla Salinas–De la Madrid: Angel Gurría, “ el ángel de la dependencia”.
Uno de los presentes fue muy claro al afirmar: “si el PRI postula a Gurría como su candidato, me voy a la oposición”. Muchos piensan de esta manera y se nota en cada proceso electoral; ya los priístas aprendieron a hacer demostraciones de fuerza donde más duelen: en las urnas electorales.
Por estas razones, como apunta Sergio sarmiento, Roque Villanueva devolvió algo de orgullo a los corazones priístas, porque respondió golpe por golpe, porque no permitió más humillaciones gratuitas ni más concertacesiones sólo para quedar bien con “los altos jefes”.
Finalmente, valdría la pena ver a Humberto Roque Villanueva de candidato priísta a la presidencia de la república. Y, en este sentido, hay un hecho innegable: está muchsísimo mejor preparado, tiene mayor experiencia política y mayor aceptación de la que jamás llegó a tener Ernesto Zedillo Ponce de León.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1.- Necesita un nuevo discurso el alcalde panista de Villa de Alvarez . Sus panfletarios y manidos argumentos en contra de los trabajadores sindicalizados del ayuntamiento ya fastidiaron a muchos. Su demagógico acto de convocar a “la sociedad civil” a ir en bola a acompañarlo a presentar una denuncia penal es similar a la de los bancos, cuando le piden identificación para cobrar un cheque girado “al portador”.
2.- Roberto Preciado Cuevas debe salir del comité directivo estatal del PRI. Esta es la exigencia del grupo arropado en torno del senador Jesús Orozco Alfaro. Al margen de las razones ofrecidas para justificar la necesidad de hacer el cambio de la dirección estatal priísta; más allá, también, de sus errores y aciertos, de sus triunfos y fracasos, lo interesante es saber cuánto se está dispuesto a arriesgar en vísperas de la madre de todas las elecciones.
Desde mi punto de vista, en el PRI sólo hay dos candidatos que podrían sacar al buey de la barranca y de devolverle dignidad, credibilidad y dinamismo: José Luis Santana Rodríguez y Gustavo Vázquez Montes.
Del primero de ellos cabe la pena destacar algunos datos: ya fue presidente del partido, alcalde capitalino y coordinador del congreso local. En sus tres cargos hizo muchos amigos y tuvo un desempeño aceptable. En lkos momentos actuales, con los rasgamientos y polarizaciones actuales, los priístas necesitan a alguien capaz de “ hilar fino”, de no provocar más choques ni desprendimientos. Además, se cumpliría a cabalidad una de las exigencias del grupo “fundeco”: que el dirigente formal no sea ya un empleado del gobernador en turno....y tampoco un enemigo, añado. Asimismo, muchos conocen su sensibilidad, su experiencia y su facilidad para conciliar intereses y grupos encontrados u opuestos.
Un gran pero le pondrían muchos a Santana Rodríguez: “es gente de Elías Zamora”, como si fuese ello un anatema o como si haber trabajado al lado del exgobernador significara, necesariamente, haber cometido corruptela y media.
Por su parte, Gustavo Vázquez, pese a su relativa juventud, es unop de los mejores “cuadros” con que cuenta el PRI en la actualidad y es considerado el mejor alcalde de la entidad. Pero estas mismas cualidades y virtudes hacen prácticamente imposible su eventual elección como dirigente priísta. No tienen a nadie de similar calidad para sustituirlo en la alcaldía tecomense y vale la pena recordar que es el mayor municipio gobernador por el PRI.
Pero la última palabra la tienen –o deberían tenerla– los priístas. Ojalá que sean capaces de tomar la mejor decisión.
3.- "(...) Si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Eso es lógica(...)" Lewis Carroll
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