El clima es de tensión y de miedo. Todos tenemos en nuestro entorno a un amigo cercano, a un pariente que ha sufrido de manera directa los embates del crimen organizado. Digo de manera directa, porque de forma indirecta los padecemos todos, todos los días.
La lucha contra el crimen organizado parece perdida en el corto plazo. Hace pocos días me informó un amigo que fue amenazado de secuestro. Lo clásico: le dieron sus datos personales, los de su familia, sus movimientos bancarios y muchos más. Mi amigo se asustó realmente, pero reaccionó bien, habló con las autoridades policiales y éstas iniciaron su labor. Pero allí está la amenaza y la zozobra subsiguiente. Mi amigo forma parte, ya, de las estadísticas del miedo, de la angustia, de la opresión en el pecho.
Por esa razón, me sorprendió el punto de acuerdo alcanzado en la Comisión de Gobierno del congreso para solicitar al presidente Calderón que retire al ejército de la lucha contra el narcotráfico. Me pareció una estupidez, por decirlo de manera amable, la propuesta. No tenía sentido político ni mediático. No era una propuesta socialmente aceptable, ni “políticamente correcta”. Por lo demás, tampoco explicaba cuáles fuerzas sustituirían, con éxito, al ejercito, en caso de que éste fuera retirado de la primera línea de acción.
El presidente Calderón inició el linchamiento de los diputados y senadores del PRD “y de algunos del PRI”, aclaración hecha por el propio Calderón, y le sacó la vuelta al asunto al “quemar” a quienes hicieron tan absurda propuesta.
Los gobernadores de todo el país le dieron la contra a la propuesta y ratificaron su posición en el sentido de que el ejército no sólo debe mantenerse, sino que debe ir más fondo para cumplir la tarea de manera exitosa.
Por desgracia, como ya ha sido dicho y demostrado, en estos días la violencia se ha incrementado notablemente. Los asesinatos, los tiros de precisión son cada vez más audaces. Se trata de intimidar al ejército que, no lo perdamos de vista, es nuestra primera y última línea de defensa contra el crimen organizado, particularmente contra el narcotráfico.
No tenemos una policía que sea eficaz para la tarea de resguardar la seguridad pública. En muchos lugares, no necesariamente en los más remotos, serranos o pequeños, las autoridades están vinculadas de manera directa con el narcotráfico, ya se demostró en Michoacán, en donde la corrupción iba desde el presidente municipal hasta los agentes de la policía.
Por eso, el llamado de los legisladores federales a retirar al ejército de la primera línea de la lucha contra el narcotráfico revela cuanto daño pueden hacer los bien intencionados, pero nangos, como dicen en mi pueblo.
Por cierto, no he visto a ninguno de los legisladores federales colimenses, dije ninguno, deslindarse de esta posición oficial asumida por sus representantes legales. Eso sí, andan atareadísimos juntando apoyadores en sus ansias locas de ser candidatos de sus respectivos partidos a un cargo de elección popular, principalmente al de gobernador. Todos, dije todos, andan en la loca, disputándose los micrófonos, buscando “la de ocho”, pero a ninguno he visto actuar con seriedad, energía y decencia en el tema del narcotráfico. NO sé si actúan así porque no les interesa el asunto, porque no les deja utilidad política ni mediática o porque, de plano, no tienen ni la más remota idea de qué decir o qué hacer al respecto.
Así, mientras en la república vivimos un clima de miedo y tensión, nuestros legisladores andan en campaña y viajando a costillas de los recursos de todos, que mucho mayor provecho harían si se aplicaran, los recursos, al combate contra el narcotráfico.
En fin, qué le vamos a hacer, nosotros, con nuestros votos, decidimos que ellos serían nuestros representantes populares. Más merecemos, pero con “esos” nos tenemos que conformar.
A ver si para la otra, elección, nos va mejor. Mientras tanto, cierre su puerta, aunque haga un calor endemoniado, y cuide sus pasos para que no sea usted sea la próxima víctima del crimen organizado.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Estalló la bomba entre los burócratas. Según Héctor Arturo León Alam, secretario general del Sindicato del Ayuntamiento de Colima, el secretario general de la Unión de Sindicatos del Estado de Colima, Agustín Martell Valencia y la diputada Aurora Espíndola Escareño fueron suspendidos indefinidamente en sus derechos sindicales por parte del Tribunal de Arbitraje y Escalafón (TAE), debido a sus constantes descalificaciones en contra de Martín Flores Castañeda, secretario general del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (SGTSGE).
Esto significa que ambos, al ser suspendidos en sus derechos sindicales, no pueden tener cargos de dirigencia sindical, como ocurre en la actualidad, por lo que pronto veremos la renovación de la directiva de la Unión de Sindicatos del Estado de Colima.
Entre las razones expuestas por León Alam para que fuera decretada su suspensión indefinida está la de que la diputada Aurora Espíndola habría hecho campaña en contra del sindicato del ayuntamiento de Colima, y precisó que: “ha estado asistiendo a los camellones a decirle a los trabajadores que hay un decreto para privatizar los servicios de limpia”.
Agregó que la diputada priísta realiza estas acciones “por pura mala leche y con el afán malsano de defender a una persona como Agustín Martell”, quien fue suspendido en sus derechos sindicales por parte de la Asamblea del Sindicato al Servicio del Gobierno del Estado, hace aproximadamente un mes, “aunque ellos apelaron la misma ante el Tribunal de Arbirtraje y Escalafón en Guadalajara, y perdieron, entonces se confirma a partir de esta semana que Agustín Martell y Aurora Espíndola, no tienen derechos sindicales”.
Reiteró el reto para que debata con Mario Anguiano y con los presidentes municipales, quienes “están buscando que empresas vengan a atendernos en el reciclado de la basura, que vengan a atender la ecología del municipio y del estado y que vengan a salvaguardar nuestro territorio con nuevas técnicas de reciclaje que tanta falta nos hacen”.
Oiga usted, diría Paco Malgesto, el asunto se ha complicado en apariencia, aunque, desde mi punto de vista, está teniendo un final previsible. El problema es que con ello puede darse una verdadera división e incluso una escisión del sindicalismo burocrático en Colima, lo que no sería bueno para nadie.
Finalmente, la no ser miembro del sindicato y, en consecuencia, no ser elegible para una representación sindical, Agustín Martell podría verse obligado a concluir abruptamente su larga carrera política y burocrática. Un final previsible.
2. Felipe Calderón consiguió llevarse pegado de la bolsa a Manuel Espino para que no haga dagas mientras anda de viaje por Europa. Así podrá tener un mejor control de daños, porque si alguien le ha hecho un inmenso daño al PAN, del dos de julio a la fecha, ha sido, precisamente Manuel Espino y sus gamberros, expresidente Fox incluido.
3. “Hay imitadores antecedentes a los originales. Cuando dos tienen una idea, no pertenece ésta al primero que la tuvo, sino al que la tiene mejor.” Karl Kraus