La reunión de los dirigentes de partido con el gobernador del estado es un buen síntoma. De entrada, implica que hay la capacidad en ambos lados, en el gobierno y en las dirigencias de los partidos, para entender que la mejor manera que hay de llegar a arreglos, de establecer acuerdos y lograr negociaciones exitosas es sentándose a discutir las propuestas que cada uno tiene, a analizar cuáles son las diferencias entre ellas y a valorar qué debe hacer cada uno para encontrar puntos de concordancia y de satisfacción para la mayoría.
Como se ha informado ya, fueron muchos los puntos tratados y entre ellos sobresalen los compromisos establecidos por el gobernador de dar a conocer el estado real de las finanzas públicas, una vez que se tenga el conocimiento preciso de ello, y el de trasparentar el proceso de desincorporación de La Boquita, a lo que más de alguno agregó el de revisar la legalidad de la donación hecha por el gobierno anterior, también, de un terreno propiedad del gobierno estatal a inversionistas para que allí construyan un hospital, privado, de especialidades.
Algo que resulta interesante de esta reunión es que en ella se trataron asuntos que competen a la reforma del Estado, como lo son los relativos a la reforma electoral y entre ellos sobresalen la revocación de mandato, la reducción de los recursos públicos para los partidos, así como una disminución del número de diputados que integren el congreso local, particularmente de los diputados plurinominales
Desde mi punto de vista, los asuntos de carácter electoral deberían ser discutidos ampliamente sin la presencia de representantes del gobierno estatal y sí con la concurrencia de todos los partidos y asociaciones políticas registradas en el Instituto Electoral del Estado.
Me explico: la tendencia va en el sentido de que sean los grupos sociales, políticos o de otra índole, quienes discutan los asuntos electorales, que lleven a cabo las propuestas y que estos mismos partidos, a través de sus diputados en el congreso local, lleven a cabo dichas reformas.
Los partidos pueden promover una amplísima discusión mediante la vía de foros exclusivos para ello. No es una idea novedosa, lo sé, pero sí ha sido exitosa cuando se ha llevado a cabo, tal como ocurrió en Colima en 1999, cuando el gobierno decidió no participar en la mesa para la reforma electoral y dejar que fueran los partidos con registro, así como los que tenían representación e el congreso local, los que decidieran el rumbo de esa reforma, precisamente la que incrementó a 25 el número de diputados.
De esta manera, sin participar en la mesa para la reforma electoral, el gobierno tiene menos probabilidades de confrontarse y desgastarse en discusiones sin fin y puede al. Margen de las discusiones entre los partidos y dedicarse de tiempo completo a cumplir sus obligaciones.
No es poca la tentación de “meter la mano”, es decir, de participar de manera activa y protagónica en este proceso de discusión, análisis y, eventualmente, de acuerdos sobre los puntos que deben incluirse y los que deben excluirse de una reforma electoral que venga a darle más transparencia y credibilidad a los procesos electorales.
La discusión ya propuesta por el diputados Olaf Presa sobre el asunto de la revocación de mandato es un ejemplo claro de que los partidos y sus diputados deben sentarse a establecer las bases y lo alcances de una mesa de negociaciones para una reforma de Estado tan necesaria en la que la reforma electoral es una parte que, con toda su importancia, no dejar de ser, sino, apenas una fracción de lo que debe analizarse en el conjunto.
Por ello, aun cuando esta primera reunión, fue exitosa, sobre todo porque los asistentes se manejaron sin rispideces innecesarias y sin propuestas excluyentes ni descalificadoras -tal y como previamente lo habían hecho el PRD y el PAN, al señalar que no aceptarían a Jesús Orozco Alfaro como interlocutor- debemos tener claro que es apenas el principio y que el resto depende de los propios partidos y los representantes del gobierno.
Un buen empiezo genera buenas expectativas y alienta a todos a seguir con interés el desenvolvimiento de estas negociaciones.
Un factor interesante es que los participantes estén dispuestos a dirimir sus diferencias precisamente en la mesa de negociaciones y que hagan a un lado la tentación de obtener ventaja ilegítima vía los medios de comunicación. Los políticos suelen irse sobre cualquier micrófono o grabadora que se les ponga enfrente y soltar todo lo que traigan, sin importarles que con ello echen a perder horas y horas de discusiones y negociaciones aparentemente exitosas.
Por lo pronto, debe reconfortarnos y alentarnos el hecho de que los políticos se hayan sentado a hacer lo que mejor deberían saber hacer: hablar. Porque como dicen en mi pueblo: hablando se entiende la gente.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. El asunto de la asesoría brindada por la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, a los ejidatarios de El Rebalse, Jalisco, no es sólo grave, sino que desnuda su catadura moral. Me explico: ella fue electa por los colimenses y forma parte de la representación de Colima en el senado de la república, que es la esencia del pacto federal. No representa a los electores de una demarcación dada, como los diputados, sino al estado de Colima. Por ello, que se avenga, y lo pregone con orgullo, a asesorar a ejidatarios que tienen una disputa cuya resolución afecta los intereses del Estado de Colima, la pinta de cuerpo entero. Tiene razón (José Luis, Fox dixit) Borges, cuando dice que, a veces, los hechos nos traicionan. Con esta acción, la senadora panista mostró su verdadera esencia.
2. Hay dolores que matan: pero los hay más crueles, los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás disfrutar de ella. Guillaume Apollinaire
3. ¿El secreto de mi adaptación a la vida? He cambiado de desesperación como de camisa. E. M. Ciorán
macosta68@hotmail.com