Los alcaldes electos tomarán posesión de su cargo el 15 de octubre y ejercerán, algunos lo hacen ya en los hechos, a partir del día siguiente. Algunos han dado a conocer a quienes integrarán su gabinete, pero no han anunciado qué proyectos pretenden llevar a cabo, cómo van a gobernar sus municipios, ni qué planes de desarrollo testán implementando.
Para estos funcionarios, la posibilidad de llevar a cabo estrategias de desarrollo acordes con las complejas características de las demandas actuales, depende de transformar una planeación lineal que posee características descendentes y presenta incongruencias entre planes de desarrollo federales, estatales y municipales. El desarrollo local posible está íntimamente relacionado con los procesos de participación en la construcción de un modelo de desarrollo y la forma de lograr las acciones derivadas de éste.
El conflicto y la diversidad de intereses no pueden ser resueltos sin aclarar las contradicciones que, de manera explícita o implícita, observamos en el contenido de los planes de desarrollo. La letra o el espíritu de los planes ofrecen evidencia de perspectivas y caminos diferentes para alcanzar el bienestar social.
La deliberación en torno a la construcción de un interés público y la exposición pública de intereses particulares constituyen claves normativas de la participación.
En estos procesos, la planeación participativa debe servir como medio para la solución de los problemas locales en situaciones diversas y la intervención de los gobiernos (federales, estatales y locales) debe darse para garantizar las condiciones que permitan sostener el desarrollo deseado.
Para la instrumentación de los planes, la vinculación con los programas y presupuestos constituye su soporte principal. Planear, programar y presupuestar involucra encontrar las relaciones adecuadas entre los diversos objetivos y determinar las posibles alternativas para asignar los recursos, considerando los intereses en pugna. Los planes aparecen como lo que son: reflejos y a la vez instrumentos de contradicción y conflicto y de intereses políticos y económicos.
La planeación, más que responder a estrategias de tipo estático-conservador, debe abordarse como instrumento de cambio. El diseño de metodologías y mecanismos de acercamiento entre planes, programas y presupuestos que permitan concretar las decisiones y estrategias de largo alcance con las acciones a realizar en el corto ha de hacerse dentro de un marco de congruencia y concertación.
Para lograr acuerdos, el debate acerca del desarrollo local posible, la participación de distintos actores en la construcción de un modelo de desarrollo no es un camino estéril, pues puede dar lugar al establecimiento de ejes ordenadores de políticas y programas y a esclarecer sus límites.
La coordinación de las políticas involucra acciones conjuntas y relaciones más estrechas en la planeación del desarrollo entre los distintos niveles de gobierno (federal, estatal y municipal).
Gobernar con sentido público requiere modificar los estilos de gobiernos excluyentes y clientelares, las estrategias homogéneas y globales han dejado de ser útiles
Enfatizando lo local se busca superar la desvinculación existente entre la administración pública y las demandas sociales. Se ha concebido al municipio como el motor de las estrategias y políticas de desarrollo nacional, desde la base territorial, político-administrativa y económico-social; sin embargo, ubicar a la planeación local en relación con los lineamientos delineados por el gobierno federal con base en el Sistema Nacional de Planeación Democrática plantea serios retos.
Los municipios están investidos de personalidad jurídica propia y otras similitudes derivadas de su carácter político-administrativo; sin embargo no se pueden omitir las diferencias derivadas de las condiciones históricas y culturales particulares. Los 2419 municipios mexicanos revisten características sumamente heterogéneas que se observan tanto en su estructura organizacional, como en la prestación de servicios, en las formas de financiamiento, en las formas de planeación y de toma de decisiones, y por supuesto en sus capacidades económicas, políticas, técnicas o financieras.
Frente a la diversidad se ha reconocido la necesidad de elaborar estrategias diferenciadas capaces de responder a los problemas específicos de cada municipio. A su vez se ha emprendido una labor de elaboración de tipologías que sirvan para orientar al diseño de dichas estrategias.
Cabe señalar que las tipologías relacionadas con la aplicación del nuevo modelo de distribución de participaciones han sido objeto de críticas; se argumenta que buscan expresar las semejanzas, lo homogéneo más que las diferencias, la diversidad. También generan preocupaciones y disputas varias, porque con base en ellas se asignan recursos, por lo que algunos municipios se consideran menos beneficiados.
El individualismo amenaza la cohesión social, pero el reconocimiento social del sujeto, el asociativismo puede proveer los recursos necesarios para la reconstrucción del tejido social La articulación de la esfera privada y pública apoyada en la participación de actores locales que construyan solidaridades en torno de objetivos comunes en una apertura de la esfera considerada tradicionalmente pública es uno de los caminos abiertos. Las investigaciones acerca de las complementariedades posibles se orientan a la búsqueda de experiencias exitosas para una mejor asignación de inversiones en desarrollo y capital social, búsqueda de experiencias en el sector privado para aprender y complementarse. Se piensa que el fortalecimiento de micro espacios asociativos civiles, mutualistas, cooperativos, etcétera, puede introducir nuevas articulaciones entre la esfera privada y el entorno público; que una estrategia nacional, global de desarrollo construida en torno al ámbito local puede restablecer la identidad de la mayoría de los actores y revitalizar el espacio económico, cultural y social.
Los proyectos locales de desarrollo responden a la identificación colectiva de situaciones y problemas, y dan lugar a la experimentación de alternativas por actores calificados y responsables. Para un desarrollo solidario se requiere interés común, donde los intereses individuales concurran a la solución de problemas por todos reconocidos. Desde la perspectiva municipal, se puede impulsar la construcción de un proyecto que clarifique objetivos, acciones y programas, en donde cada colaborador participe en la elaboración del proyecto y la definición de los objetivos.
Muchos de los problemas por resolver requieren de participación de la sociedad organizada y no organizada. Las dimensiones y los aspectos de la participación deben consistir en un diálogo entre los distintos actores en un espacio dado y no en una participación dirigida tan sólo desde el gobierno.
En las condiciones actuales, la participación debe ir más allá de ser un conjunto de procedimientos que de alguna manera legitiman el poder de las autoridades. Las interpretaciones restringidas de la esfera pública y particulares concepciones de descentralización, fomentan una participación que siendo regulada por y desde el gobierno federal, establecen instancias y canales tradicionales para expresarse. Distintas figuras como son los comités de barrio, consejos consultivos, junta de vecinos, consejos ciudadanos han sido instituidas para articular la participación social.
La institucionalidad actual ha dado apertura para la negociación de ciertos contenidos o beneficiarios de las políticas, pero no se ha avanzado de manera sustantiva hacia la modificación de las reglas del juego. No se han aclarado las reglas del juego social; siendo imperioso profundizar el análisis de los múltiples aspectos con relación a lo económico, lo social y lo político para permitir los arreglos entre actores que requiere el nuevo desarrollo municipal.
De ahí la importancia de revisar las prácticas, los instrumentos y las normas prevalecientes, con el fin de orientar la búsqueda de modelos y procesos de planeación idóneos para el logro de objetivos. Es necesario revisar los enfoques, pues hasta ahora han considerado sistemáticamente los conflictos, los procesos de negociación. Hay que ir más allá, hacia una participación real de los actores en los procesos decisorios que comprometan su futuro, la calidad de vida y el desarrollo humano.
Por supuesto, ahora los ayuntamientos ya son nivel de gobierno y por lo tanto tienen otras facultades y perspectivas, pero eso será tema para tratar en otra ocasión.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1.- Mucho lío armaron los foxistas con las declaraciones de uno de los profesores de Pedro Aspe, pero en realidad no le probaron que careciera de razón en sus señalamiento, sino que se fueron, en el mejor estilo de los institucionales priístas, a descalificar al insensato que se atrevió a hacer comentarios personales, sino que pretendieron en leña verde y el antiguo coordinador de los Amigos de Fox dijo que se requería la unión de todos los mexicanos contra éste valecito.
Contra la disidencia el paredón. Buen empiezo...
3.-“ Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”. Martin Luther King