El huracán JOVA dañó a muchos colimenses. Eso es indudable y también fue oportunidad para que muchos políticos mostraran de qué están hechos. Tres panistas destacaron en este periodo duro para los colimenses: Raymundo González Saldaña, dirigente estatal del PAN; Gerardo García Noriega, regidor del ayuntamiento de Colima y ocupante de un cargo en el comité estatal panista y la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la ya lejana primera mitad del siglo pasado.
Los primeros salieron de inmediato a los medios para culpar al alcalde Colima, Ignacio Peralta Sánchez, de los daños causados por JOVA a los ya antiquísimos puentes de la capital del estado. Poco faltó para que le dijeran criminal por haber hecho gestiones ante autoridades federales para sustituir el puente que está junto a la clínica del IMSS y que tantos daños ha causado por la permisividad de anteriores alcaldes de la capital.
No sólo se vieron insensibles, sino que con patéticos discursos, cual carroñeros de la política, trataron de arrancar lo que pudieran obtener de ganancia mediática y política de la desgracia ocurrida y de los daños causados a la infraestructura el equipamiento urbano, cómo al patrimonio de muchos colimenses.
Estos dos individuos: González Saldaña y García Noriega, mostraron que no tienen interés en ayudar a la gente a resolver sus problemas, sino que sólo les importa ver qué sacan de la desgracia ajena. Sus hechos lo prueban. No hablaron de realizar acciones para ayudar a mitigar, siquiera, las pérdidas sufridas por los habitantes del municipio capitalino. Eso no es importante para estos panistas venidos a más.
La otra panista, la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la ya lejana primera mitad del siglo pasado, mostró que lo suyo no es apoyar a la gente, sino aprovechar cada circunstancia, cada momento, para llevar agua a su molino y para demostrar que Felipe Calderón Hinojosa, FECALHIN, es su cuate y nada más.
El hecho ya fue contado en los medios locales de cuando, en medio de los reclamos de los habitantes del barrio IV de Las Garzas por haberlos tenido desde las 8 de la mañana para una supuesta reunión con el Secretario de Desarrollo Social del gobierno federal, la señora Sosa de Rodríguez García, de manera imprudente e insensible, insistía en gritar: ¡Felipe, Felipe!!, para que el FECALHIN fuera a reunirse con ella y con un grupito de habitantes de Las Garzas, el presidente FECALHIN la mandó literalmente al carajo al decirle: vine a trabajar, Martha, no a hacer política.
De esta manera, el dirigente estatal del PAN, que ya mostró su proclividad a resolver sus diferencias a golpes; el regidor del ayuntamiento de Colima, a quien ya se le probó que plagió varias de sus colaboraciones periodísticas y la señora Senadora nacida en la ya lejana primera mitad del siglo pasado, quien ya fue suspendida del servicio público durante varios años por cometer irregularidades diversas en su desempeño como presidente municipal de Manzanillo, nos muestran con hechos, que van a lo suyo, que lo que les importa es denigrar a sus rivales políticos, que ayudar a la gente no es una prioridad en su agenda política y que lo suyo, lo suyo, lo suyo, en la gazmoñería.
En fin, espero veremos en los próximos días qué nuevos juegos inventan este trío que mata quintilla.
Tres Comentarios al Margen
1. Leoncio Morán, diputado federal panista, hizo otro berrinche y ahora fue en la cámara de diputados, donde Gerardo Fernández Noroña, del PT, le dijo a “Locho”, así le dicen quienes le conocen a Leoncio Morán, que es un prófugo de la justicia. El señor diputado federal panista no tuvo mayor argumento contra ese que decirle a Fernández Noroña que el diputado petista había ofrecido a su secretaria, Martha Angélica Ojeda. Según Locho: “Lo que lo enojó fue que le recordé que hace unas tres sesiones, públicamente, en un desplante de soberbia, ofreció a una de sus asistentes”.
A ver si entiendo: Noroña le dijo a Locho que era prófugo de la justicia porque atropelló hace algunos años a una persona, y no se responsabilizó de las consecuencias fatales del hecho.
A su vez, Locho Morán, diputado federal panista, le dijo a Noroña que él andaba ofreciendo a su secretaria.
Con esa lógica argumental y esa manera defenderse, no me extraña que el país ande como anda de mal y que las los diputados federales panistas hayan reclamado que las cuentas no le salieron al responsable de las finanzas de la coordinación de los diputados federales panistas, cuyo titular es, precisamente, Leoncio Morán Sánchez.
Reacciona Leoncio igualito que FECALHIN.
2. Fausto Vallejo Figueroa avanza cada día en la preferencia de los michoacanos. Su campaña va en ascenso y es casi seguro que el PRD quedará en segundo lugar. La señora Luisa Calderón Hinojosa, está en un muy lejano tercer lugar, aunque en algunos municipios la disputa sea entre ella y el candidato priista, ello no le basta para alcanzar a Silvano Aureoles, candidato de las izquierdas. Una buena campaña y una estructura de promoción son la base fundamental del priista en este proceso electoral.
3. El castigo es el peor atajo frente a la expresión ofensiva. El recurso más fácil frente a la agresión verbal, la burla hiriente es recurrir al castigo. Darle una nalgada al insolente. Acudir a papá para que regañe al niño, a la maestra para que expulse al malportado, al Estado para que castigue al irrespetuoso. A eso estamos tentados ahora que tenemos una ley que castiga la ofensa de palabras y órganos de la decencia que regulan el qué decir. Este atajo, como muchos otros, es falso: aparenta alivio pero deja las cosas en su sitio. Vedar palabras no mejora la convivencia: cambia de tema. Me parece que la ofensa es consustancial a la libertad y que el debate es, inevitablemente, rasposo. Más aún, creo, con Ayaan Hirsi Ali, que la libertad implica el derecho a ofender. Jesús Silva Hérzog Márquez
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