16 de septiembre de 1998
Agenda Política
Miguel Acosta Vargas
En el escenario inédito vivido por los colimenses a partir del siete de julio de 1997, hay cabida para todo y para todos. Los priístas se vieron desplazados de las preferencias electorales de los ciudadanos y vieron con tristeza como la oposición ocupaba espacios cuyo dominio les correspondió hasta antes de esa fecha fatal a quienes militaban en el Revolucionario Institucional.
Este nuevo escenario ha hecho necesaria la existencia del consenso para poder conducir la nave colimense a puerto seguro. El camino no ha sido nada fácil. La inexperiencia de muchos de los actuales actores en posiciones políticas, la conversión de otrora priístas distinguidos en furibundos oposicionistas, creó problemas porque muchos de ellos pretendían y pretenden ocupar los espacios en los medios, más con el ánimo de hacerse oír, de dejar sentir su importancia y la supuesta o real trascendencia de sus palabras.
Muchos de ellos habían sido partiquinos y de pronto, por azares del voto ciudadano, se vieron catapultados a los primeros lugares, al estrellato y muchos de ellos han mostrado sus miserias y hemos pasado penas ajenas por sus tonterías y declaraciones rayando en lo ridículo. Ha habido también exceso en protagonismo y muchas veces hemos visto a diputados hablar con la voz engolada y cantar, remedando a León Felipe, “...esas brillantes romanzas a las glorias de la Patria...”.
Por desgracia no hay escuelas para funcionarios públicos y menos para quienes son electos por los ciudadanos como sus diputados, cuyas obligaciones habían sido echadas a un lado y se había dado preferencia a la gestión social y no tanto a cumplir con su obligación específica, es decir, la de crear el marco jurídico apropiado para la existencia de condiciones necesarias para mejorar y regular la vida de la comunidad. Pero también debieron ir más allá y llegar hasta la vigilancia de la forma como el ejecutivo aplica los recursos en cada una de sus dependencias.
En este inédito escenario se ha iniciado la construcción de una normalidad democrática. Ciertamente, acostumbrados a las épocas del dominio priísta, ha sido necesario romper con muchas inercias, aunque cabe hacer una aclaración: se ha terminado con muchos vicios, pero ha habido demasiados sombrerazos, para el gusto de muchos colimenses. Sólo como ejemplo podríamos citar las bravuconadas del diputado ¿coordinador? de los panistas, Jorge Luis Preciado, quien en diciembre del año anterior demandó a Bibiano Moreno Montes de Oca porque éste hizo referencia de un supuesto affaire del diputado panista en su columna Concierto Político, publicada en Panorama y La Opinión. Todo quedó en agua de borrajas, pero sus poses y actitudes han metido en serios problemas a su partido y a sus compañeros de partido, quienes públicamente diaron a conocer su negativa a aceptarlo como coordinador del grupo legislativo.
Pero más allá de bravuconadas y pendencias, hoy existe un nuevo ambiente en el Congreso y ya se conocen los diputados entre sí y han aprendido a llegar a arreglos, a acuerdos y, sobre todo, han aprendido el largo camino de la concertación, de la negociación, es decir, de las sumas y restas, del ceder aquí para ganar allá, del entender a la realidad como un todo y a la propia opinión o posición partidaria como reflejo de una circunstancia.
Ya terminaron con lo urgente, ahora es necesario ir por lo importante.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1.- Mucha responsabilidad tienen los ocho magistrados integrantes del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Cuatro de ellos porque fueron ratificados y tienen tras de sí el problema del usufructo de los intereses de las fianzas. Hay una solicitud de juicio político y una gran duda sobre la ética de estos magistrados. Los otros cuatro, los nuevos, están obligados a cumplir y hacer cumplir las leyes, a tener una conducta irreprochable, de esa manera, estarían dándole la razón a sus compañeros de profesión, quienes los habrían propuesto, y al gobernador, al haberlos nombrado. Mucha es la responsabilidad, pero, estoy seguro, hay la capacidad, la integridad y la sapiencia suficiente para cumplirla cabalmente.
2.- Se esperan tiempos de tormenta en el Congreso local. En breve se discutirá el presupuesto para el próximo año. Sin embargo, con la experiencia del año anterior, pueden capotearse estos vientos y dejarlos en brisas refrescantes.
3.- " (...) Por qué temen tanto a la palabra abierta (...)" Bertolt Brecht