La toma de posesión de Felipe Calderón está en boca de todos. Es el asunto central, los demás han pasado a segundo y hasta tercer término, hasta Oaxaca. Pero conviene aclarar que Oaxaca y la rendición de protesta están ligados íntimamente, porque
Oaxaca se ha convertido en el laboratorio para diversos grupos y fuerzas políticas y sociales que allí operan desde hace muchos años.
La guerrilla urbana, que ha tomado el control de las acciones de la APPO, ha aplicado, casi a la perfección, un modelo de organización y movilización de un movimiento social llevado al extremo. Se han rebasado las metas iniciales de conseguir una irritación entre la población y de crispación en la clase política. Hay tontos útiles que han colaborado. Hay ingenuos que piensan que la guerrilla que dirige a la APPO va a permitir que les arrebaten el control de la situación.
Están a punto de lograr un hito mundial, al haber iniciado con un problema sumamente focalizado y de reducidas dimensiones, que creció por el solapamiento y el interés del gobierno federal de descomponer Oaxaca, a fin de cuentas, ellos sabían que Felipe Calderón sería arrasado en esa entidad.
Por esa rara virtud que tuvo el sexenio foxista de hacer crecer los problemas, se incendió Oaxaca y ahora el fuego podría extenderse por todo el país. Como muestra de que no exagero, están las declaraciones del líder nacional del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza, quien anunció un posible paro nacional para hacer que el gobernador Ulises Ruiz abandone el poder, salga la Policía Federal Preventiva (PFP) de Oaxaca y cese la ola de represión en ese estado.
Pero no se crea que el asunto termina allí, porque este señor anunció también que el sindicato que encabeza sumará fuerzas para impedir que Felipe Calderón Hinojosa tome posesión como presidente constitucional de México, el próximo 1 de diciembre.
Es decir, no se trata sólo de Oaxaca, sino del país. Sin embargo, el asunto se pone cada vez peor, pues un autodenominado “dirigente de la APPO en el Distrito Federal” (sic?), advirtió que: "Nos tienen que entregar la cabeza de Ulises Ruiz y luego la de Felipe Calderón". Más claro, ni el agua.
No lo dijeron en broma. Tampoco es un alarde o una estratagema. Es, simple y llanamente, una indicación clara y precisa de lo que pretenden hacer. De hasta donde están dispuestos a llegar. Saben muy bien que a Fox le tiemblan las manos, le suda el cuello y ha sido incapaz de cumplir a cabalidad su responsabilidad. No ha aplicado la ley. Ha sido omiso en eso y podría, debería, tener responsabilidad por ello.
Por otra parte, el PRD ha establecido el compromiso de que no permitirá a Felipe Calderón rendir protesta… en San Lázaro. Lo retan a que lo haga en el Campo Marte, rodeado de soldados, para dar la imagen mundial de que es un régimen ilegítimo que ganó mediante el fraude en las urnas y que sólo se sostiene por la fuerza militar.
Eso fue lo dicho por el coordinador de los diputados en una entrevista con Carmen Aristegui. Esa es la trampa.
Por supuesto, hay inquietud y desazón en los panistas y ya se aprestan a entrenar duro para formar una línea de fullbacks para proteger a su coreback y que éste pueda cumplir con su misión de rendir protesta. No va a haber violencia, aseguran panistas y perredistas. Ambos saben que mienten. Ellos saben que engañan con sus palabras, porque están dispuestos, los perredistas, a llegar hasta donde sea necesario, para impedir que Calderón rinda protesta para poderle llamar ilegítimo por no haberlo cumplido el mandato constitucional. Es un juego de abalorios, pero también de referentes y de simbolismos.
Los perredistas saben que se juegan su futuro, que todo lo han apostado en esta baza. Saben que la gente vería mal, muy mal, que hubieran alardeado tanto, que hubieran proclamado a grito abierto que no dejarían a Calderón rendir protesta, saben que deben responder a sus fanáticos, a sus partidarios, a sus simpatizantes y a sus militantes. Están convencidos que hay un 34 por ciento de la población que mantiene su apoyo a López Obrador y por eso lo van a hacer; por las encuestas, por el poder. No por la gente, sino por el poder político.
Por eso apuestan al juego de todo o nada. Ese juego de desafiar a las instituciones, de provocarlas, de ir más allá del límite, de transgredir la ley, fue uno de los elementos fundamentales en la carrera de política de López Obrador. De esta manera, ¿para qué cambiar lo que hasta hoy les ha funcionado?
Los perredistas saben que los panistas tuvieron, todo el sexenio, temor de aplicar la ley, que permitieron que la constitución y las leyes fueran violadas una y otra vez, sin que hubiera consecuencias negativas para los trasgresores.
Eso pasó con Fox y por eso los perredistas quieren probar a Calderón, ver hasta dónde es capaz de aguantar. Quieren calarlo, como a las sandías, y Oaxaca es el medio ideal para hacer presión, para experimentar, para acercarse a resultados deseables.
En fin, Oaxaca y Felipe Calderón están unidos en la ambición de unos cuantos.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1.- LICONSA decidió aumentar el litro de leche en casi un 29 por ciento, al pasarlo de 3.5 a 4.5 pesos, es decir, un peso por litro. Argumenta la paraestatal que ya se cumplieron 65 meses, es decir más de 5 años, en que el precio del litro de leche Fortificada Liconsa se mantuvo sin variación, lo que, aseguran, es el periodo más largo del que se tenga registro en la historia de la empresa, sin que su precio haya sufrido modificación alguna, y rematan diciendo que, aún así, sigue costando la mitad del precio promedio de las marcas comerciales.
Eso es lo que dicen, lo que argumentan en la paraestatal para justificar el incremento que sólo daña a los más pobres, a quienes más necesitan este apoyo. Es, como suele decirse en las negociaciones, una patada de salida, que solo consigue irritar aún más a la población, aunque a Calderón le pueden vender la idea de que así la molestia de la gente será contra Fox y sus funcionarios, lo cual es falso, pues la irritación de los perjudicados con esta medida será, precisamente, en contra de los gobiernos incapaces de atender las necesidades y reclamos de la población más necesitada.
En realidad, como muchas de las acciones foxistas, ésta fue mal diseñada e instrumentada de la peor manera posible. Nadie duda de las dificultades y de los problemas reales de la empresa para mantenerse financieramente viable, pero lo cierto es que es una empresa de interés social y su negocio no es hacer negocio con la gente, sino hacer llegar el producto a personas realmente necesitadas de apoyos, de mejorar su calidad de vida.
Nadie niega las virtudes de la leche distribuida por la paraestatal, ni su precio competitivo frente a otras marcas, pero aquellas son empresas cuyo principal propósito es producir utilidades económicas y el de LICONSA es, debería al menos, ser el de facilitar el consumo del lácteo a niños de escasísimos recursos.
Es cierto, se trata de un subsidio al consumo, pero es mejor destinar el dinero a subsidiar leche para “los chiquillos y las chiquillas” y no a comprar toallas, almohadas, sábanas y demás ropa de cama, de altísimos precios para el disfrute de “la pareja presidencial”.
“Así actúan los diputados del PAN”…este era el slogan de la campaña publicitaria que los legisladores locales de ese partido tenían en los medios y que podríamos parafrasear ahora para decir, respecto de este incremento a la leche: “Así actúan los gobiernos emanados del PAN”.
Lástima por quienes en la paraestatal hacen todo su esfuerzo para convertirla en una empresa eficiente. Ellos no son responsables de esta medida, pero también pagan las consecuencias.
2.- Los grupos encabezados por los hermanos Sotelo y por Arnoldo Vizcaíno, han enfrentado en anteriores ocasiones a quienes han tratado de arrebatarles la dirigencia del PRD en Colima. Hasta hoy, todos han fracasado. Para bien o para mal, son ellos los que han permanecido en ese partido. Son ellos los que han tratado de hacerlo crecer y han invitado a políticos formados en otros partidos, particularmente en el PRI, para engrosar sus filas. Les han abierto las puertas y les han ofrecido candidaturas en posiciones de mayoría y plurinominales.
Por eso, la conformación de un comité local de una corriente intrapartidista, no pone signos de alarma, pero si es una llamada de atención para estos dos grupos. Ellos saben que entre ambos tienen el control de la mayoría de los miembros con derecho a voto en ese partido. Los órganos de gobierno los tienen controlados. No creo que Reneé Díaz, Jesús Orozco y Armando González tengan la capacidad para ganar un proceso interno en el PRD. Se requiere mucho trabajo en las bases del partido, no en las cúpulas, para convencer a la mayoría de los perredistas de las bondades de su proyecto.
Sin embargo, sí creo que esta corriente servirá de acicate a los Sotelo y a Vizcaíno para volver a integrarse y ser, nuevamente, una aplanadora. Ya veremos y opinaremos.
3.- “El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer” Epícteto
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