Agenda Política
Por: Miguel
Acosta Vargas
Las Aduanas y el CERESO, historias engarzadas
Lo acontecido en el CERESO en esta semana, es decir, el enfrentamiento
entre reclusos de ese centro penitenciario, cuyo resultado fue de nueve muertos
y siete heridos, según los datos oficiales, además de las cinco muertas en
diversos hechos el mismo día, fue una prueba para el gobierno de la señora
Indira Vizcaíno y sus noveles funcionarios de las áreas de seguridad y
prevención social.
Hay quienes han elaborado fantásticas teorías en donde involucran hechos
reales con fantasías. Uno de esos relatos concatena la recaudación lograda en
las aduanas del país en 2021, de poco más de 1.3 billones de pesos con una
supuesta molestia de los cárteles inmiscuidos en el trasiego de drogas y precursores
para la elaboración de drogas por el puerto de Manzanillo.
La cifra de 1.3 billones parece demasiado, pero no lo es y consideremos un
hecho: Manzanillo tiene, o tuvo, la tercera aduana más importante del país,
después de la del aeropuerto de la Ciudad de México y la de Nuevo Laredo,
Tamaulipas.
Casi el 10 por ciento del total de lo ingresado se captó en la Aduana de
Manzanillo, pero seamos claros: el trasiego de drogas no se ha detenido en esa
aduana y es exageradamente difícil alcanzar ese propósito al 100 por ciento y
la razón es sencilla: no se tiene la capacidad en cuanto a personal, ni los
equipos suficientes para hacerlo.
Para saber si un contenedor contiene o no drogas, hay dos formas: por el
escaneo del contenedor o por una delación. Pensemos en una cifra: dos millones
y medio de contenedores en un año, digo contenedores, no TEU’s, algo muy
distinto.
Bien lo invito a seguir estas operaciones sencillas: una hora tiene 60
minutos y un minuto tiene 60 segundos; entonces, una hora tiene tres mil 600
segundos y un día tiene 24 horas, es decir, un día tiene 86,400 segundos. De
esta manera, un año tiene 31 millones 536 mil segundos.
Ahora bien, si consideramos la existencia de 10 equipos donde se puedan
escanear simultáneamente los contenedores y se usaran de manera continua, sin
descanso por ninguna razón ni momento, tendríamos 10 contenedores revisados
cada 157.58 segundos, es decir, en poco más de dos minutos y medio. ¿Le parece
posible, en los hechos, este proceso de supervisión de los contenedores
entrantes al puerto?
La respuesta es sencilla, por lo tanto, la implicación también lo resulta:
es prácticamente imposible detener el ingreso de precursores y drogas por las
aduanas de nuestro país, para nuestro caso, por el puerto de Manzanillo.
Hoy, las drogas y los precursores entran y salen por el puerto exactamente como
lo hacía antes y como seguramente lo harán en el futuro, mientras no sea
posible escanear todos y cada uno de los contenedores entrantes y salientes del
recinto portuario.
Una vez analizado el punto de la entrada y salida de drogas y precursores,
veamos el incidente en el CERESO: de entrada, recordemos un hecho: toda magia
tiene su precio. El precio de la novatez, del desconocimiento de las tareas en
materia de seguridad y manejo de algo tan complejo como la regulación de la
vida de los internados en los pomposamente denominados Centros de
Reinserción Social, suelen ser los motines por diversas razones. Colima no
ha estado exenta de esos hechos, ni éste es el primero en ocurrir y muy
seguramente ni el último.
En este caso, lo importante es tener a personas 90 por ciento, por lo
menos, capaces para el desempeño eficiente de sus responsabilidades y 100 por
ciento leales a quien les dio esa oportunidad. Porque capacidad para el
desempeño de una función dada y lealtad a su jefe no van en la misma columna ni
hilera, quien diga lo contrario falta a la verdad.
La responsabilidad es de la gobernadora, de nadie más. Está a tiempo.
TRES COMENTARIOS
AL MARGEN
1.- La creación
del Cártel de la Zarza Ardiente fue la primera nota humorística de este año. Da
gusto contar con funcionarios de buen humor, creativos, capaces de contar
historias ardientes.
2.- AMLO tiene en
su familia, como muchísimos políticos, la excusa perfecta para recibir golpes
de sus amigos y adversarios políticos.
3.- A veces uno
quisiera ser caníbal, no tanto por el placer de devorar a fulano o a mengano
como por el de vomitarlo. Emile Ciorán
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