Leí las declaraciones del dirigente del Partido Verde en Colima, Mariano Trillo Quiroz, quien dice que presentó un recurso de revisión ante la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), para que le sea restituida la diputación que le entregó el Tribunal Electoral del Estado. Cabe destacar que lo mismo hicieron el PRD y el PAN quien, adicionalmente, solicita que en esa instancia final, le sean entregadas dos diputaciones adicionales a las tres que le concedió la sala regional Toluca del TEPJF.
Los alegatos del Verde, de manera particular, son no sólo infundados, sino triviales y hasta pueriles. Mire usted, Mariano Trillo declaró que su petición tiene como fundamento principal la doble utilización de votos por parte del PRI porque, según él, “(los votos) se le contabilizaron a sus aliados del Panal, pero también a ellos”, según se publicó en este diario en la edición de ayer.
Pero lo risible, por pueril, viene a continuación: “Indicó que en esa lógica, resulta inaceptable que el Partido Nueva Alianza, con una votación de 3 mil votos y un porcentaje menor al dos por ciento haya obtenido tres votaciones de mayoría; “en esa tesitura, creemos que al PRI le corresponden dos plurinominales”.
Vayamos por partes: las coaliciones y los frentes electorales son dos asuntos diferentes y están debidamente definido en el código cómo se deben contar y asignar los votos en cada uno de los casos.
En los frentes, el caso del PRI y el PANAL, se pudo votar por cada uno de los partidos al cruzar el respectivo logotipo o, en su caso, por ambos. En el primer caso, cada uno de los dos partidos tuvo su cuenta por separado de los votos obtenidos en cada una de las elecciones locales. En los casos en que los ciudadanos cruzaron ambos logotipos, entonces el voto no contó para ninguno de los dos partidos, pero sí para el candidato. Precisamente estos votos, los comunes, fueron significativos en los casos de los candidatos a los distritos 8 y 16, Alfredo Hernández, del PANAL, y Héctor Vázquez, del PRI, respectivamente.
No hubo doble conteo en ningún momento, para ningún partido. Eso es más que evidente casi para cualesquiera personas que lean, aunque sea por encima, el código electoral del estado.
Por otra parte, todos los votos tienen varios usos, en varios momentos o etapas del proceso electoral. En primer término, sirven para determinar quién o qué partido ganó una elección dada. Ese es un uso directo del voto. Luego, en una segunda etapa, sirve para ver si los partidos que compitieron en la elección para diputados locales, que es el caso, obtuvieron, por lo menos, el dos por ciento del total de la votación emitida, para entonces saber qué partido tendrán derecho a recibir financiamiento público en los siguientes tres años. Luego sirve para saber qué partidos tienen derecho a participar en la asignación de los diputados plurinominales.
De esta manera, todos los partidos usan sus votos una, otra y otra vez, siempre de acuerdo con la ley. Son los mismos votos, pero tienen distintos usos, según el momento determinado por el propio código.
Pero ahora los partidos pretenden ganar en la mesa lo que los ciudadanos les negaron en las urnas.
Ahora bien, los tres partidos reclamantes, PAN, VERDE y PRD, alegan que el PRI está sobrerrepresentado porque tanto el Instituto Electoral del Estado de Colima, como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, determinaron que, de acuerdo con el número de constancias de mayoría que obtuvo y el porcentaje de la votación efectiva que alcanzó, le corresponden cinco diputados de representación proporcional, por lo que, sumados a los nueve distritos de mayoría ganados en las urnas, debe tener una bancada conformada por 14 diputados.
En convenio de particularidades firmado entre el PRI y el PANAL se determinó que los candidatos por los distritos II, VIII y XII, correspondían al PANAL y que los 13 restantes al PRI. Así de directo y claro. El asunto es que los tres ganaron en las urnas y se esperaba que en dos de los casos, los distritos II y VIII, el frente fuera barrido por los candidatos de la coalición integrada por el PAN y la ADC, pero ya sabemos que no fue así.
De esta manera, como lo señala el código, el frente PRI-PANAL determinó a qué partido pertenecía cada uno de los candidatos, tal como ocurrió en 2006 con la coalición PRI-VERDE y el triunfo en Ixtlahuacán, asignado al VERDE en el convenio respectivo.
Entonces, el alegato de que el PRI ganó 12 distritos de mayoría es falso, porque tres de esos distritos fueron ganados por candidatos del PANAL. No importa si la mayoría de votos fueron para el PRI en esos distritos, porque era frente común. Punto.
De igual manera, como el PRI obtuvo mayor número de constancias de mayoría, nueve, de manera automática se le sumaron 10 puntos a su porcentaje de la votación efectiva y esa cantidad, dividida entre cuatro -valor porcentual de cada diputado-, es el número máximo de diputados que el PRI podía tener. La cifra entera es de 14 diputados.
El PAN, el VERDE y el PRD fueron incapaces de convencer al electorado de que eran la mejor opción. No pudieron. Ahora, quieren convencer a los magistrados de que les donen diputaciones.
Argumentos banales, pueriles y triviales.
¿Así como, pues?
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Locho Morán, diputado federal panista, es un fenomenal incongruente. ¿Recuerda usted sus alegatos en contra del placazo? ¿Se acuerda usted de sus marchas, sus gritos destemplados y sus desplantes? Pues todo eso quedó atrás y ahora es un furibundo partidario del incremento de impuestos y para probarlo basta con leer sus declaraciones al respecto.
¿Conveniencia?, ¿coherencia? No lo sé, pero ya conocemos el estribillo: “Así actúan los diputados del PAN”.
2. Se predica contra muchos vicios pero no sé de nadie que haya predicado contra el mal humor. Oscar Wilde
3. Hay articulistas de crítica -los peores- que tienen lamentable semejanza con alegatos de abogado. Julio Torri