La elección del nuevo presidente de la dirigencia estatal panista fue un mero acto donde se protocolarizó la consolidación de un grupo de interés al interior de ese partido. Como lo anuncié aquí al referirme a Víctor Manuel Torres Herrera, la verdadera lucha por el poder se dio al desplazar a Pedro Peralta y su grupo compacto del control del comité estatal.
Vimos viejas costumbres atribuibles, según la historia de la picaresca política, achacables sólo a los priístas: "la cargada", como expresión de un grupo en torno de uno de los candidatos. Según el manifiesto publicado, la inmensa mayoría de los panistas que obtuvieron la victoria en las elecciones del seis de julio apoyaban al todavía oficial mayor del congreso y candidato perdedor, Jaime Salazar Silva. Asimismo, las declaraciones del propio Pedro Peralta en favor de Salazar Silva -desde mi punto de vista, desde luego-, hicieron que los delegados se la pensaran dos veces antes de otorgar su voto a alguien que era apoyado por el anterior dirigente, porque lo que se trataba, precisamente, era de darle un cambio drástico al tipo de manejo político tenido hasta la fecha.
Al margen de los resultados electorales, como me lo dijo un panista, Pedro Peralta estaba encargado sólo de ganar una elección: la de gobernador y ésa, como todos sabemos, la perdió por la pésima dirección. No importa si se perdió por poco o mucho, lo cierto es que pesaron mucho los errores de Peralta y compañía en los resultados finales. En cambio, no sé cómo podría adjudicarse la victoria de Martha Sosa en Manzanillo, cuyo resultado se dió por situaciones muy particulares que ya hemos analizado en este espacio y con las que han concluido la mayoría de los actores políticos locales.
La herencia de Peralta como dirigente va en dos vertientes: por una parte, nadie en sus cabales puede dudar que durante su periodo, el PAN obtuvo los mayores triunfos de su historia en Colima, aunque mucho debe decirse que ello fue a pesar del propio Peralta. Por la otra, su manejo como dirigente formal fue la negación misma de la política: no hubo discurso; jamás hubo posiciones racionales o planteamientos políticos serios y, en cambio, el adjetivo el núcleo del discurso, la descalificación a priori, el insulto, el lenguaje pedestre, soez, fue la norma y no la excepción.
Dos hechos curiosos más: en el manifiesto de apoyo a Jaime Salazar faltaba el nombre de un diputado: Jorge Luis Preciado Rodríguez y es el único que va en la lista de los presuntos integrantes del nuevo comité estatal.
Por lo demás, se cumplieron los pronósticos: el nuevo dirigente tuvo el apoyo de poco más del 60 por ciento de los delegados asistentes.
Ahora estaremos en posibilidades de ver si Torres Herrera cumple su propósito de consolidar a su partido y de llevarlo a ser la primera fuerza en la entidad.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1.- El diputado Enrique Armando Salazar Abaroa habló acerca de presuntos acuerdos a los que habrían llegado sus colegas del congreso local respecto de realizar auditorías a los museos de Comala y a la biblioteca de ciencias " Miguel de la Madrid Hurtado". No se aclara en la nota y por lo tanto no sé si se refiera a los museos que en aquel municipio tiene la Universidad de Colima, pero lo que queda claro es que en el segundo aspecto no hay duda, se trata de una instalación universitaria.
Tampoco sé si el diputado miente o sólo dice falsedades. Me explico: pudo haberse equivocado al decir que hubo acuerdo respecto de auditar a a Universidad de Colima y sus instalaciones, por supuesto. También pudo haberse referido a otro asunto y haber existido confusión a la hora de redactar la nota, porque hasta hoy no ha habido acuerdo en tal sentido, por lo tanto es falsa la afirmación en tal sentido.
Si asumimos que mentir es decir falsedades en forma deliberada, sería conveniente que el diputado miembro del bloque panredista aclarara tal situación, si es que desea hacerlo.
2.- Todos los diputados fueron electos en el mismo proceso electoral. Todos surgieron por la voluntad ciudadana. No hubo concertacesiones. Unos, los de mayoría, recibieron el beneplácito ciudadano para ser sus representantes; los otros, los de representación proporcional, proceden del acuerdo entre los partidos y de las normas que han consensado para llevar los intereses de los partidos en el congreso.
Hoy, muchos hablan de una mayoría de edad de la sociedad en su conjunto y una madurez ciudadana y de un crecimiento de las oposiciones que ahora son, por lo menos, cogobierno. Así, los diputados de representación proporcional, que en su momento fueron una necesidad para dar espacios a grupos minoritarios que eran incapaces de acceder a las cámaras por vía directa, son ahora innecesarios.
Se requiere hacer un verdadero análisis de nuestro sistema electoral y terminar con los diputados de mayoría o con los de representación proporcional. O sÓlo de mayoría o listas regionales para la elección de diputados.
Volveremos al asunto.
3.- El mes próximo se cumplirán 12 años de la muerte de un amigo muy querido: José Campos Blanco. Algo deberá hacerse para homenajear a uno de los mejores periodistas que ha tenido Manzanillo.
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