El Partido Revolucionario Institucional sufrirá graves problemas el próximo año si maneja sus asuntos como ha hecho hasta hoy. No hay capacidad, ni sensibilidad entre la mayoría de sus dirigentes. Impera la subcultura de la disciplina a rajatabla y la inmovilidad y un férreo centralismo para la toma de decisiones hasta de los asuntos más nimios.
El PRI ha estado siempre a la zaga de la sociedad. Ha sido el freno para impedir el desbocamiento de la población. Para comprobarlo basta echar una mirada a la historia reciente y a la postura de los priístas, principalmente de sus dirigentes territoriales y sectoriales, para darse cuenta de cómo se han opuesto a la democratización de la sociedad y maniatado, cooptado o reprimido a miles y miles de mexicanos.
El PRI sólo ha servido como caja de resonancia del gobierno en turno y para hacer elogios desmesurados de la política presidencial y del presidente de la república mismo. Ahora es Salinas de Gortari, antes fueron Miguel de la Madrid, José López Portillo, Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz, por hacer mención sólo de los más recientes. El culto a la personalidad en su más ascendrado estilo.
Los dirigentes priístas pretenden tapar el sol con un dedo y no hacen nada por mejorar las condiciones de vida de la población, absolutamente nada serio. Y luego se extrañan cuando la sociedad los rebasa, como aconteció en 1968 y 1985. O cuando los ciudadanos van y votan en favor de la oposición, como en 1988.
Hoy, por desgracia, poco ha cambiado la situación. Se manejan bajo el mismo esquema, el de un presidencialismo feroz, quizá como nunca en los últimos 30 años. Supuestamente todo ha mejorado, la inflación es de dos dígitos y los precios han dejado de subir en forma escandalosa. Sin embargo, cada día hay mayor número de mexicanos viviendo en condiciones de pobreza extrema. Cada vez son más los mexicanos sin acceso a la educación, a servicios de salud, sin vivienda. Cada vez son más los mexicanos empobrecidos en este sexenio.
A los priístas se les olvida su propio discurso: la democracia no se agota en las urnas. En la práctica, se han convertido en un órgano dependiente en grado sumo del gobierno. Un partido sin filosofía propia sino ajustable a la moda sexenal y véase la evolución hasta llegar al liberalismo social.
El PRI se ha olvidado de sus propias propuestas y se ha quedado al margen, como partido, de la planeación integral del desarrollo y se quedado en el plano declarativo, pero no han realizado acciones para llevarlos al campo específico. Se han quedado en el campo doctrinal sin hacer de la planeación integral el instrumento ideal para convertirlos en hechos.
Este es el reto del PRI para las próximas elecciones.
Todo lo escrito hasta el último párrafo lo publiqué en 1993 y desde mi punto de vista mantiene plena actualidad y, peor aún, se queda corto.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1.- Un exalcalde se dedica ahora al venturoso negocio de quitarle algunos kilogramos a los ingenuos que caen en sus manos. Conocida su capacidad para depredar nóminas y dejar en los puros huesos las finanzas municipales, ahora pretende aplicar sus experiencias en el campo de la dietética.
Su sucesora habla de meterlo a la cárcel, pero él tan despreocupado, em apariencia, sigue tan quitado de la pena en el glorioso arte de estafar incautos. Allá él y sus gamberros.
2.- Buenas noticias esperan a los profesores al regreso a clases. Recibirán el pago de los días de licencias económicas no disfrutados, los días de compensación por organización del año escolar y el retroactivo del incremento del ocho pòr ciento en prestaciones, acordado a partir del 16 de mayo.
3.- " (...) ¿quién es el que no comprende? (..)" Pier Paolo Pasolini
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