Las declaraciones del dirigente de la Unión de Sindicatos al servicio de ayuntamientos, gobierno del estado, paraestatales y paramunicipales, Agustín Martell Valencia, en el sentido de que alrededor de seis mil trabajadores adheridos a los diferentes sindicatos de la entidad determinaron no participar en el desfile que se realizó en la capital del estado con motivo del Día del Trabajo, como medida para evitar la confrontación que pretende el PRI a través de sus dirigentes estatales, Itzel Ríos de la Mora y Martín Flores Castañeda, quienes buscan dividirlos y meterse en la vida interna de los mismos, suenan escandalosas, por decir lo menos, aunque su veracidad no sea su mejor carta de presentación.
Lo que me parece realmente exagerado es lo que dijo respecto de la presidenta del PRI, Itzel Ríos de la Mora, así como del secretario general de la CNOP, Antonio Orozco Sandoval, al ser interrogado sobre si la inconformidad de los seis mil trabajadores es con el PRI en específico o con Martín Flores, “Martell contestó que el actuar del dirigente de la burocracia del gobierno es en su calidad de secretario general priísta, con la complacencia de la líder estatal, Itzel Ríos de la Mora, y del dirigente estatal de Sector Popular, José Antonio Orozco Sandoval. Denunció que a través del Sector Popular se estuvo forzando a agrupaciones a desfilar, “cuando el día primero de mayo siempre ha sido una alegría y un festejo”.Fin de la cita.
A partir de allí, las cuentas ya no salen: Martín Flores y ocho de los 15 dirigentes de sindicatos que integran la Unión, aseguraron ayer que en el desfile del uno de mayo participaron cuatro mil de los cinco mil 200 trabajadores que tienen los 16 sindicatos integrantes de la Unión, que dirige Agustín Martell Valencia.
Es decir, por una parte, Agustín Martell Valencia dice que seis mil trabajadores determinaron no participar en el desfile para evitar confrontaciones. ¿De dónde salen los seis mil? Por otra parte, Martín Flores y sus ocho compañeros dirigentes sindicales aseguraron ayer que desfilaron cuatro mil trabajadores y Martell dice que seis mil decidieron “no participar en el desfile para evitar confrontaciones”. Con eso ya son 10 mil. Una chulada. Si así hizo las cuentas Martell cuando estuvo en la CNOP, entiendo por qué se perdieron tantas elecciones, pues hicieron cuentas alegres de lo que representaban y aportarían de votos al partido al que dicen pertenecer.
Pero lo curioso es involucrar a la dirigente estatal del PRI y a su sucesor, que llegó por la misma vía que llegó el propio Martell a la dirigencia de la CNOP: por la decisión unánime de los integrantes del sector. También, meter al gobernador en el mismo costal es parte del mismo cuento: hacerse notar, hacer creer que puede causar un grave problema en la burocracia sindicalizada de Colima. En suma: que es un factor real de poder. Esa es una lectura de sus declaraciones. Eso subyace en ellas: hacer creer a los demás que se tiene la capacidad para generar problemas, al tiempo que se habla de la unidad de los trabajadores y de lo bonito que eran las cosas cuando él era dirigente de los burócratas del estado y de la CNOP estatal.
Sus declaraciones están permeadas por su evidentísima confrontación con el dirigente de los burócratas estatales y secretario general del PRI, Martín Flores Castañeda. Si alguien no sabía que Martell está confrontado con Flores Castañeda bastará con que lea las “gravísimas” acusaciones que Martell Valencia lanza: “pues ha pedido el 15 por ciento y le dan el seis; pero también le dan la secretaría general del Partido Revolucionario Institucional”.
En pocas palabras, Martell Valencia acusa a Flores Castañeda de que, a cambio de ser secretario general del comité estatal del PRI, pactó un seis por ciento de incremento salarial, y con ello habría dañado no sólo a los integrantes de su sindicato, sino a todos, absolutamente todos los trabajadores de los ayuntamientos y gobierno estatal, de confianza y sindicalizados, porque, con la homologación, todos recibieron ese mismo porcentaje.
Martell Valencia pretende pasar por ingenuo, o tal vez, sólo tal vez, espera que lo seamos quienes leemos lo que declara, pues es práctica notoria de las organizaciones sindicalizadas fijar una posición inicial y negociar a partir de ella, como el propio Martell Valencia lo sabe muy bien.
Es cierto lo que dice Martell Valencia respecto de que las prestaciones de que hoy gozan los miembros del sindicato que dirige Martín Flores, no son sólo obra de la actual dirigencia, sino el acumulado de todas, absolutamente todas las dirigencias, anteriores y posteriores a Martell. Es un trabajo institucional, de continuidad, que no se agota en ésta o aquella dirigencia.
La respuesta de nueve de los 16 sindicatos que integran la Unión fue unánime: fueron al desfile porque así lo acordaron, porque quisieron, porque aceptaron, como lo hacen siempre, la invitación que les hace su partido, (por lo menos en el discurso, apunto).
En fin, insisto, las declaraciones de Agustín Martell se insertan en el marco de la confrontación que mantiene con Martín Flores y que se ha visto exacerbada porque en julio habrá de renovarse la dirigencia del sindicato de trabajadores al servicio del gobierno del estado, que dirige Martín Flores Castañeda, y en diciembre será el tiempo de renovar la propia Unión de Sindicatos, que dirige Agustín Martell Valencia.
En mi opinión, a fines de este año, uno de los dos, por lo menos, habrá de dejar la representación que ahora tiene. Por como están las cosas hasta hoy, mi paisano podría ser quien dijera adiós a la representación sindical.
Ya veremos y opinaremos.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Antonio Morales de la Peña dice que él no tiene grupo en el PAN. Si es cierto lo que dijo, y no hay razón de peso para dudar de su palabra, entonces ello significa que su grupo es el PAN, es decir, todo el partido, no una parte de él. Hace bien. La idea es colaborar con el presidente para que los consejeros nacionales por Colima sean, en su mayoría, afines al proyecto de Toño Morales y comprometidos con el proyecto nacional y estatal con el que el propio Toño está comprometido. En otras palabras, que fue obvio que hizo lo posible porque fueran electos como consejeros nacionales personas que fueran afines al proyecto del presidente Calderón. Al menos esa es una lectura elemental de cómo debió jugar Toño Morales. Lo cierto es que se ha vuelto una cabeza de grupo indiscutible, lo acepte en público o no. El problema no es ser líder o cabeza de grupo o de equipo, sino el de saber dirigir a quienes confían en su liderazgo. Por lo pronto, Colima se alineó con el proyecto de Calderón y eso tiene muchos significados, muchas vertientes y muchas aristas.
Ya ampliaremos el comentario.
A propósito de Toño Morales, por lo menos en el caso de Colima, la designación del delegado de la Profeco recayó en un joven profesionista, capaz, atento y bien dispuesto para el trabajo. Un acierto.
2. “Es que toda fe ejerce una forma de terror, tanto más temible cuanto que los "puros" son sus agentes. Se sospecha de los ladinos, de los bribones, de los tramposos; sin embargo, no sabríamos imputarles ninguna de las grandes convulsiones de la historia; no creyendo en nada, no hurgan vuestros corazones, ni vuestros pensamientos más íntimos; os abandonan a vuestra molicie, a vuestra desesperación o a vuestra inutilidad; la humanidad les debe los pocos momentos de prosperidad que ha conocido; son ellos los que salvan a los pueblos que los fanáticos torturan y los "idealistas" arruinan. Sin doctrinas, no tienen más caprichos e intereses, vicios acomodaticios, mil veces más soportables que el despotismo de los principios; porque todos lo males de la vida vienen de una "concepción de la vida". Un hombre político cumplido debería profundizar en los sofistas antiguos y tomar lecciones de canto; y de corrupción” Emile Ciorán
3. “Hay imitadores que anteceden a los originales. Cuando dos tienen una idea, no pertenece ésta al primero que la tuvo, sino al que la tiene mejor” Karl Kraus.
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