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martes, enero 22, 2013

Turismo, Violencia en Puerta




Mucho empeño ha puesto en la responsabilidad que le confirió el gobernador del estado, Mario Anguiano Moreno, y desde el primer día ha estado día y noche, noche y día, pegado al trabajo. Ha logrado rebasarlas metas iniciales propuestas y ha superado con creces lo hecho anteriormente en la Secretaría que le fue confiada.
Al inicio, muchos de los que participan en su sector dijeron que era una mala decisión. Se dijo entonces que no tenía el nivel, que no era su ámbito, cuando ya había estado allí y conocía los vericuetos de su trabajo muy bien. Al poco tiempo, sus detractores eran sus más entusiastas promotores.
Se encontraron, de entrada, con un secretario que iba a lo suyo: a cumplir su responsabilidad, a alcanzar las metas propuestas y a hacer de su ámbito de responsabilidad una zona de éxito. Hoy, puede decirse que lo ha logrado, aunque para desgracia suya y de quienes trabajan en ese sector, hay vientos que amenazan con destruir lo que se ha logrado y a mandar todo al carajo.
Siendo objetivos, debemos decir que la Secretaría de Turismo es quizá la más exitosa que hay en el gobierno de Mario Anguiano Moreno. No sólo ha recuperado el sector su vitalidad, no sólo se han incrementado el número de vuelos regulares a la entidad, tanto en Manzanillo como en Colima, sino que se ha trabajado en los diferentes destinos que tiene el estado, con el propósito de no ser  sólo destino de playa, sino incluir algunos otros puntos de interés diverso para ciertos nichos del mercado turístico.
Todo muy bien, pero la violencia amenaza con acabar con este repunte que ha tenido el sector turístico en los últimos años. La violencia focalizada en dos municipios costeros: Armería y Tecomán.
El número de delitos tiene ya niveles alarmantes, escandalosos. Los asaltos a negocios son otra acción recurrente en Tecomán y parece que nada hay qué hacer, sólo encomendarse a su santo de preferencia para no ser asaltado.
El asalto al restaurante Las Brasas, en plena capital del estado, en una zona muy concurrida y de mucho tránsito vehicular, nos dice que la delincuencia ya llegó a niveles nunca vistos.
El asunto es que no importa si la violencia se ha recrudecido porque hay una lucha entre los distintos cárteles por cada una de las plazas, o si los asaltos son porque la delincuencia organizada se ha incrementado y el narcomenudeo ya no es suficiente negocio para todos y por ello están dedicados al asalto de negocios, parroquianos, casas habitación y otros delitos.
Lo lamentable es que tarden tanto tiempo en llegar los policías a los lugares de los hechos. El restaurante Las Brasas está en una zona de fácil acceso y las fuerzas de seguridad llegaron cuando ya no estaban los delincuentes. Una lástima.
El gobierno estatal está obligado a mantener la paz y la tranquilidad pública, hoy tan quebrantada por todos lados. Debe hacer cuanto sea necesario para restaurarla, cuanto sea necesario sí, pero en el marco de la ley.
Por ello, la intervención del ejército para que patrulle las calles de las principales ciudades se vuelve una obligación. El gobierno estatal no tiene la capacidad para hacerlo, eso es un hecho, por ello debe pedir ayuda al gobierno federal, para que sean policías federales, ejército y la armada, quienes ayuden en esas tareas.
El sector turístico es uno muy importante en la economía estatal y los asaltos a los negocios, la violencia callejera, pueden hundirlo en poco tiempo. Los negocios del ámbito gastronómico tardan mucho para hacerse de un prestigio, pero lo pueden perder muy rápidamente.
¿Qué hará el gobierno estatal?, eso lo sabremos en los días siguientes, porque el asalto al restaurante Las Brasas marca un antes y después en la historia de la delincuencia en Colima. Parroquianos y trabajadores fueron robados. La policía llegó cuando todo había pasado. 
¿Qué más necesita ocurrir en Colima?, espero que haya algo más que discursos y manejo mediático en éste ya grave problema de la seguridad en Colima.  
El general secretario de Seguridad Pública mantiene su discurso de que somos un lugar tranquilo, seguro, casi un edén.
¡Maldita realidad que se niega a seguir la línea discursiva del responsable de la Seguridad Pública en todo el estado!
Luego, nos quejamos porque las autoridades de USA recomiendan a sus connacionales no visitar Colima por la violencia que existe. Luego nos quejamos como plañideras.
En esa tesitura estamos.
Tres Comentarios al Margen
1. “El problema se está atendiendo buscando que la seguridad se garantice en Tecomán, por supuesto que el problema está muy enraizado y que lo que está pasando, y a todos nos tiene alarmados, es que se está atacando a gente que tiene un poder ilícito y yo podría decir es que si hay polvareda es que se está barriendo la casa”. Eso dijo el diputado Arturo García Arias a un medio local. El reconocimiento de que hay grupos delictivos que tienen poder es algo mayor. Eso queda claro a todos. Hay un reconocimiento explícito del poder fáctico que tienen los  delincuentes en Tecomán. Nada para agregar.
2. Me parece excelente que los licenciados en Derecho, abogados se dicen ellos, proponen a Francisco Vasconcelos Morán para que sea uno de los elegidos por los diputados locales como Magistrado del Tribunal Electoral local. Por pura curiosidad, revisé en la Dirección General de Profesiones para ver si todos los promotores de la candidatura tienen cédula profesional y me encontré con algunas sorpresas. ¿Quiere usted verificar?, éste es el link para consultar si algún sedicente profesionista tiene su cédula profesional  http://www.buholegal.com/consultasep/
3. “Los medios eran, originalmente, un contrapoder; hoy, se están transformando en poder. ¿Acaso vamos a pasar de la tan anhelada democracia a una mediocracia?
En la política tiene resultados funestos, los locutores han tomado el lugar de dirigentes políticos y pensadores profesionales.”
“Adquieren la fuerza de un formador de opinión. Los medios masivos representan el triunfo de los momentáneo, de lo efímero y lo desechable.”
“Deciden lo que merece existir o lo que puede caer en el olvido, han tomado lugares que antes ocupaban las instituciones como la escuela, el ejército, la religión, sindicatos, partidos y parlamentos.”
“Mientras los oyentes y espectadores sean consumidores no habrá cambio.”
“¿Cómo instituir un control de calidad en los medios? Este control no puede venir del mercado, no es limpio, no es sólo oferta y demanda.”
“Los medios se mueven en un totalitarismo y en un circuito cerrado. Fabrican el evento, hablan de él y sólo hablan de ellos mismos.”
“Los medios han desembocado en una mediocracia en la que los profesionales de la información, garantizan la mediación entre el poder político y la sociedad civil.” Ikram Antaki
Twitter: @macosta68

2 comentarios:

Unknown dijo...

Como bien comenta usted, Colima esta hoy en la mente de muchos paseantes, yo que vivo en Saltillo, Coah. Le puedo decir que me llama la atención ver publicidad de "colima tiene magia" cuando en otros tiempos y sin afán ofensivo, mucha gente ni siquiera conocía su Estado y mucho menos lo que ofrecía, hoy mucha gente, incluso tiene propiedades en Manzanillo y se sabe que en tiempos vacacionales mucha gente visita Colima. Desafortunadamente y por experiencia propia, debo decirle que tiene usted toda la razón en cuanto a los efectos de la violencia, somos un Estado que como muchos sufrimos desde hace tiempo este mal y créame, poca gente es consciente de hasta dónde llega a perjudicar a un Estado, esta problemática, termina con negocios, ahuyenta el turismo, trastoca en una palabra toda la economía y la vida de un Estado, la solución, no sé si exista quien la tenga, pero la entrada del ejercito a patrullar, nos ha regresado un poco de tranquilidad, aunque debo decirlo, también esto llevo su proceso difícil de enfrentamientos, retenes, entre otros, pero hoy se comienzan a ver los efectos positivos de contar con presencia militar. Suerte para Colima, lo primero es reconocer que se tiene un problema y buscar alternativas para enfrentarlo, lo peor es no hacer nada. Saludos

Miguel Acosta Vargas dijo...

Tiene usted razón. Lo primro es reconocer que se tiene un problema. Por desgracia, las autoridades no suelen reconocer cuando ello ocurre, por ello muchas de sus decisiones son tardías y equívocas. Grcias por leerla y comentarla.