Pedro Peralta Rivas, candidato del PAN a la presidencia
municipal de Colima, fue sancionado por haber realizado actos anticipados de
campaña, según consideraron los consejeros ciudadanos del Instituto Electoral
del Estado. A más de la llamada de atención, le fue impuesta una multa por casi
30 mil pesos por esa misma acción.
Por supuesto, Peralta Rivas salió a dar una conferencia
de prensa y a decir que las declaraciones las había hecho en su carácter de
diputado federal, lo cual nos muestra
con evidente claridad el poco respeto que le tiene Pedro Peralta a la sociedad
colimense, pues considera que se puede tragar completa y sin chistar una
mentira de ese tamaño. Es un insulto a los colimenses que Pedro Peralta diga que
la presentación de sus propuestas como candidato a presidente municipal
fue hecha en su carácter de diputado
federal. Risible, pero con ello se demuestra que este diputado federal panista
es un tipo que no tiene respeto por nada, ni por nadie.
Pero no todo acaba allí, Pedro Peralta debería ser
sancionado, también, por coaccionar el voto y por exceder los límites de gasto
en su campaña. En una de tantas declaraciones que ha hecho, dijo que rifaría
una casa entre los asistentes a su mitin de cierre de campaña. También aseguró que se rifarán objetos
electrodomésticos en el mismo acto.
Pedro Peralta Rivas no anda regalado los boletos a todo
aquel que se encuentra en la calle, ni trae brigadistas para entregarlos en las
esquinas, sino que condiciona su entrega a la presencia en un acto determinado,
en un día determinado, a una hora determinada. Así lo dijo él mismo. Así se
difundió en la red.
El otro asunto es que los gastos originados por la
adquisición de esa casa, la compra de los electrodomésticos y la del uso de la
maquinaria que ha hecho y la compra de lámparas de alumbrado público y otros
objetos, deben ser reportados como parte de los gastos de campaña y el
Instituto Electoral del estado debe ser exigente en la revisión de dichas
cuentas.
Rebasar el tope de gastos de campaña es un hecho penable,
tanto para el candidato como para el o los partidos postulantes. Los árbitros,
el IEEC, el TEE y el TEPJF, deben dar certidumbre con sus actos, deben dejar de
hacer otra cosa que no sea la aplicación estricta de la ley. La mejor forma de
legitimarse, tanto el IEEC como el TEE, es teniendo una actuación impecable en
este proceso. Deben cuidarse, particularmente en le Tribunal de hacer algo tan
vergonzoso y aberrante como lo hecho por el Tribunal en la elección pasada,
cuando decidieron quitar al PAN todos los plurinominales con una “argumentación
jurídica” propia de huizacheros. En mi caso, condené tal decisión y expliqué
por qué era una aberración jurídica. El TEPJF me dio la razón.
Por todo lo anterior, Pedro Peralta Rivas, candidato del
PAN a la presidencia municipal de Colima, debe ser nuevamente sancionado por la
autoridad electoral. La limpieza y transparencia del proceso electoral lo exige
y la sociedad espera que cumplan a cabalidad con la responsabilidad que les fue
conferida.
Tres Comentarios al Margen
1. En el caso del viaje a Egipto de la señora presidente
municipal, con licencia, de Villa de
Alvarez, Colima, la panista Brenda del Carmen Gutiérrez Vega, dijo que la ley le permite ausentarse 15 días hábiles, lo que es una falsedad plena, pues
la Ley Orgánica del Municipio Libre señala en su artículo 50 que los
presidentes municipales no podrán, en ningún caso: “Ausentarse del municipio
por más de quince días o separarse temporalmente de sus funciones sin licencia
del ayuntamiento”.
Como se puede observar, la ley habla de 15 días, no de 15
días hábiles que se convierten en 21 días, no 15. La señora Gutiérrez Vega,
también candidata panista al senado en la segunda fórmula, dice que el PRI la
ataca porque va adelante en las encuestas, lo que es otra mentira, porque ella
sabe bien, como lo ha dejado saber a su equipo cercano, que sus propias
encuestas le dicen que sólo gana la elección en Manzanillo y la pierde en los
otros nueve municipios.
2. Los periodistas hacemos dos cosas de manera
profesional: informamos y opinamos. Nada más. No estamos obligados a decirles a
los políticos, a los funcionarios públicos, cómo deben hacer su trabajo, pero
sí es nuestra obligación informar acerca de lo que hacen y de lo que dejan de
hacer las autoridades, los políticos, los servidores públicos, y dar cuenta de
los hechos que ocurren en su comunidad, su estado, su país y el mundo.
Otro asunto es el de opinar, como esto que hago que en
estos momentos, acerca de los distintos hechos que vemos. Los políticos suelen
quejarse y decir que no hacen caso de las críticas y que sólo escuchan y
atienden aquellas que son hechas de manera objetiva.
Esto es una falsedad del tamaño de la catedral mayor de
Roma. No le demos vuelta, pues como dijo Roger Bartra, si yo fuera objeto,
sería objetivo, pero como soy sujeto, soy subjetivo.
La crítica periodística debe tener un solo valor: estar
apegada a hechos comprobables, verificables.
Pero muchos opinadores profesionales consideran que si ellos
dicen algo, entonces es cierto. Se consideran dueños de la verdad. No les haga
caso. Son charlatanes, merolicos de feria y andan buscando que alguien los
compre y ¿sabe qué?: mándelos al diablo cuando los escuche o los lea.
Por lo pronto, en este espacio damos nuestra opinión,
pero sabemos que ésta es debatible y entendemos y respetamos el derecho
fundamental del ser humano: el derecho a disentir.
3. Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas
que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen
de valor. Oscar Wilde
Twitter: @macosta68
2 comentarios:
me encantaron y estoy de acuerdo con los números 2 y 3. Del número 1 generalmente no opino de política y menos de otro estado. Creo que en cada municipio, de cada estado, de cada Partido Político, suceden ese tipo de eventos, sólo que unos son más inteligentes para no ser tan evidentes, me supongo.
Gracias por comentar. Los políticos suelen burlarse de las leyes que nos rigen a todos. Este es el caso.
El segundo punto es mi opinión acerca de mi, nuestro trabajo. Los periodistas nos asumimos como los gatos. ¿Sabes cuál es la diferencia entre un gato y un perro? Al perro le arimas comida y se levanta, va y te hace carantoñas, te ve y reverencia como a un Dios. En cambio, le sirves la comida al gato y éste hace un gesto casi de condescendencia, se levanta con la cola enhiesta, te voltea a ver y entonces él sabe que es Dios.Así solemos ser los periodistas, como los gatos. Es una reflexión sobre elejercicio periodístico, aunque es más notable entre los conductores de programas noticiosos o de opinión, tanto en radio como televisión.
Por lo demás, te reitero mi agradecimiento por opinar.
Un comentario final: empecé a escribir e un diario hace 30 años, en 1982. He sido corresponsal de Excélsior y he escrito en diversos diarios del país y de Colima. He participado en radio y televisión en programas deportivos, futbol, y de análisis político. Me divierte escribir. Me divierte mucho.
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