Son variados los comentarios publicados acerca de la detención de los policías ministeriales - o judiciales, como comúnmente suelen llamarles- por la Secretaría de Marina.
Más allá de si sus salarios les son entregados íntegramente a todos los elementos detenidos, más allá de si los 13 liberados prueban fehacientemente que fueron torturados física y mentalmente por sus captores, más allá de si hubo o no coordinación entre el gobierno estatal y la comandancia de la Sexta Región Naval para la realización del operativo; más allá de todo ello, está el asunto de la percepción de la sociedad acerca de este hecho.
Los actores políticos y los miembros de los grupos de presión han declarado según sus intereses. Hemos visto a dirigentes de cámaras empresariales apoyar, con declaraciones, las acciones emprendidas por la SEMAR con el objetivo de limpiar las fuerzas de seguridad estatales. También hemos visto a políticos de todos los partidos hablar sobre el tema.
Dos declaraciones merecen especial atención porque implican, ¡qué novedad!, un doble discurso, una doble moral. Por supuesto, me refiero a lo dicho por la senadora Marta Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, y por el diputado federal Leoncio Morán.
Me gustaría decir que este último, Morán Sánchez, hace una crítica severa de la acción realizada por la Armada de México, mejor dicho, por la forma como se llevó a cabo la detención de los policías ministeriales.
Escribió Morán Sánchez en su columna semanal: “Las Fuerzas Armadas tendrían que actuar no solamente por la consecuencia de una simple denuncia, sino después de un proceso de investigación serio que les permitiera tener la certeza de que a quienes están deteniendo, son realmente aquellos que tienen cierta responsabilidad y no gente inocente a quienes afectan moral, económica y físicamente.” Fin de la cita.
El señor diputado federal panista Morán Sánchez les pone un regaño a las fuerzas navales que detuvieron a los policías ministeriales, porque les dice que se fueron chismes, que no tenían elementos concretos, probados y probables, sino que se manejaron con habladurías e información cruda. Asimismo, les dice que detuvieron a gente inocente a quienes, además afectaron en lo moral, en lo económico y físicamente. Le faltó agregar profesional y socialmente, digo para terminar con las variables.
En pocas palabras, les dijo el legislador panista a los miembros de la Sexta Región naval que participaron en esta acción, que no saben lo que hacen, que su trabajo es pésimo y que lo hacen al margen de la ley. Punto. Allí está su dicho, no está citado fuera de contexto.
De la señora senadora Marta Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, hay poco que decir, porque ella es recurrente con sus actitudes, sus poses y sus dichos. Ella suele señalar las fallas ajenas y tratar de sacar la máxima ventaja política de un hecho determinado. También suele hacer lo que le molesta que le hagan: hablar sin sustento, especular.
Tal vez haya quien pretenda decir que los actores políticos buscan siempre sacar “raja” política de cualquier situación, pero hasta Manuel Camacho Solís llegó a decir que quería ser candidato del PRI a la presidencia de la república, pero a cualquier costo. Pero la señora senadora panista, nacida en la primera mitad del siglo pasado, no conoce límites a su ambición, por lo menos así ha quedado demostrado hasta hoy.
Errar es humano, pero corregir demuestra madurez, responsabilidad y sensibilidad política.
Tres Comentarios al Margen
1. Colima ocupó el segundo lugar en el Ranking de portales municipales 2010, en el que fueron evaluadas 518 páginas web de ayuntamientos y delegaciones políticas de México. La revista Política Digital es la responsable de este trabajo y vale la pena destacar que Colima mantuvo su segundo lugar. Bien por quienes laboran en el ayuntamiento e hicieron posible este logro.
2. Excelente trabajo ha hecho la Secretaría de Administración con la Escuela de Gobierno. Conferencistas de primer nivel para analizar problemas y asuntos de actualidad y de formación profesional, dan muestra cabal de ello.
3. Los ingenuos siguen creyendo en la magia electoral; los cínicos practican magistralmente el arte de la intimidación. Jesús Silva Herzog Márquez
Twitter: @macosta68
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