La división ha llevado a las grandes derrotas a los partidos políticos. No es nuevo, ni sólo ha ocurrido en nuestro estado o en nuestro país. La inconformidad por no haber alcanzado la nominación a un cargo determinado, el subsiguiente desgajamiento y la postulación por otro partido, han sido una historia recurrente en el mundo y México no tiene por qué ser la excepción.
Los últimos casos son paradigmáticos: Guerrero y Baja California Sur, aunque tienen diferencias notables.
En Guerrero, la división del PRI le impidió, desde fuera del poder, ganar la gubernatura, único cargo en juego en estas elecciones. Más allá de historias políticas, más allá de ideologías, más allá de convicciones, la ganancia política, la búsqueda de más territorio, más presupuesto que manejar para las elecciones de 2012.
En Baja California Sur, al gobernador Agundes se salió de control el proceso y logró lo que parecía imposible: que el PAN ganara la elección. El gobernador impuso candidato y para ello marginó a quien estaba arriba en las encuestas. Así de fácil fue el rompimiento. Ese desgajamiento tuvo graves consecuencias: miembros destacados del PRD, particularmente, se salieron y se llevaron sus fortalezas territoriales. El ejemplo de ello es el diputado Arturo de la Rosa, quien compitió por la alcaldía de Los Cabos. La fuerza que había logrado acumular, particularmente en San Lucas.
Vale reconocer que es notable lo alcanzado por el PRI sudcaliforniano, es decir, ubicarse como la segunda fuerza electoral y desplazar al PRD al tercer sitio.
En términos reales, el PAN tendrá el control del congreso, porque ganó nueve de los 16 distritos electorales y aunque no tendrá diputados plurinominales, por haber obtenido más de ocho diputaciones de mayoría relativa, y así, desde el poder, hará alianza con algunos diputados de “izquierda” para hacer la mayoría necesaria, 12 votos.
Si se hace un análisis frío, podrá verse que el gran perdedor en esta contienda son el PRD, el PT y Convergencia, porque perdieron el gobierno estatal, la mayoría calificada en el congreso local y tres ayuntamientos: Comondú, ganado por el PAN, y Loreto y La Paz, que gobernará el PRI. Ahora, el PRD sólo tiene Los Cabos y Mulegé.
Desde mi punto de vista, Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard han llevado a la izquierda, particularmente al PRD, a un camino que termina en un abismo. La destrucción del PRI como opción electoral es el peor escenario. Ganar elecciones al costo que sea va a ahondar los problemas de gobernabilidad que existen en la actualidad. No puede tenerse un doble discurso de impulsar reformas estructurales cuando de manera simultánea pretenden hacerte añicos.
La creación del eje Calderón-Camacho-Ebrard no sólo pretende ganar todas las elecciones en el 2011 y la elección presidencial del 2012, sino, lo más importante, reducir al PRI, disminuirlo en territorio, destruirlo. Es una tarea sistemática y, hasta hoy, efectiva.
Lo interesante del asunto es que los priistas parecen no darse cuenta del grave riesgo que corren y están dedicados a su deporte favorito: pegarse unos contra otros.
Tres Comentarios al Margen
1. Pregunto: ¿van a hacer pasos elevados en el cruce de Venustiano Carranza con el tercer anillo? De ser así, para qué hacen una carpeta nueva que en muy poco tiempo, pero muy poco, van a destruir?
2. Alguien, no recuerdo el nombre, escribió acerca de los gobernadores egresados de la escuela Normal de Colima, o como se llame ahora, e incluyó a Arnoldo Ochoa González como uno de ellos. No sé de los demás, pero AOG egresó del Centro Normal Regional de Ciudad Guzmán, Jalisco.
3. Si Noé hubiera poseído el don de adivinar el futuro, habría, sin duda, naufragado. Emile Cioran
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