El sistema político democrático ha demostrado tener una mayor capacidad de la prevista para adaptarse a los cambios estructurales que se han producido en las sociedades industriales avanzadas.
Asimismo, da la sensación de que se había sobreestimado la trascendencia de algunos fenómenos, como por ejemplo la acción de los movimientos sociales, que en un primer momento parecieron graves problemas para la democracia y que posteriormente han proporcionado una interesante tendencia de renovación y revitalización de la vida democrática.
Además no se puede olvidar el triunfo de la democracia como sistema o ideal político.
A principios de este nuevo siglo, el escenario en el que nos movemos en las sociedades occidentales es ciertamente complejo y básicamente ambivalente.
Junto a la apatía y desinterés que tamiza todas las relaciones que los ciudadanos mantienen con el sistema político y el deterioro del clima de confianza, no puede tampoco desconocerse la existencia de una tendencia de dinamismo participativo que está transformando el orden institucional de las democracias.
El resultado es la dificultad de establecer tendencias claras de evolución para un futuro próximo. Las evidencias empíricas en bastantes ocasiones son contradictorias entre sí y, en consecuencia, las explicaciones que se ofrecen son también múltiples y, a veces, difíciles de conciliar.
Actualmente, uno de los temas centrales del análisis sociológico tiene como objeto esclarecer cuál es el rumbo que está tomando la sociedad contemporánea frente al acelerado proceso de globalización.
Una de las conclusiones a las que se ha llegado no deja de ser inquietante: las instituciones ya no representan los intereses de los individuos y aquéllas han entrado en una fase de decadencia que se manifiesta en el advenimiento de nuevos tipos de relaciones sociales y de fragmentación cultural.
Según Alain Touraine, vivimos una de desmodernización, caracterizada por la preeminencia del liberalismo y la consolidación de una economía mundializada. Esta circunstancia ha penetrado todo el tejido social provocando en él un cambio dramático: las identidades sociales se han trastocado en identidades culturales.
La sociedad moderna manifiesta profusos signos que revelan la ausencia de valores comunes y progresivamente ha dejado de ser un espacio de integración y de identidad colectiva.
Por ejemplo, el concepto de nación se ha ido diluyendo paulatinamente y está siendo sustituido por un fuerte sentido de pertenencia a una comunidad (étnica, religiosa, cultural) a la vez que se exalta el predominio de una moral personal que abandona cualquier modelo de referencia y se enriquece con un “torbellino de acontecimientos e informaciones”.
Por su parte, el sociólogo alemán Ulrich Beck, concluye que la sociedad postindustrial no sólo ha consumido y destruido los recursos naturales, sino también sus recursos morales, mostrándose hasta ahora incapaz de restituirlos, de tal suerte que los valores consagrados por las estructuras tradicionales (familia, escuela, religión, partidos, gobiernos, etcétera), están siendo ineluctablemente reemplazados por un proceso de individualización que reclama libertad política, realización personal, aislamiento de los otros, un estilo de vida y más tiempo libre.
Estamos entrando a una segunda modernidad, afirma Beck, y hacia ella se dirigen los hijos de la libertad. Individuos que huyen de las organizaciones incapaces de manejar la creciente diversidad, ciudadanos para quienes las instituciones universales heredadas de la tradición y que han sido el fundamento de nuestra convivencia (el matrimonio, la paternidad, la familia, la nación), “han perdido su fuerza persuasiva y practicabilidad”.
Las prioridades de esta generación emergente excluyen lo material y su demanda es un criterio subjetivo: una mejor calidad de vida.
Tres Comentarios al Margen
1. En la política, los números resultan fundamentales. El PRI mexiquense se ha convertido en una maquinaria capaz de triturar a quien se le ponga enfrente. La diferencia entre Eruviel Avila y sus adversarios, Bravo Mena y Encinas, es prácticamente imposible de disminuir en el lapso de 33 días que faltan para la jornada electoral.
El golpe dado a Jorge Hank Rhon no afecta en nada la marcha ascendente de Eruviel y Peña Nieto. Eso es un hecho. No es su bronca y no les afecta.
Ciro Gómez Leyva escribió ayer en su columna en Milenio: “Sería un sinsentido, y un grave error, asumir la defensa política de uno de los personajes con peor imagen pública en el país. De ahí la pregunta de si la detención de Jorge Hank Rhon es el golpazo del gobierno federal y el PAN para, por lo pronto, cerrar números en el Estado de México.
Enrique y Eruviel deben haber descorchado una botella de champaña el sábado en la noche. La tolvanera del caso Jorge Hank Rhon disipa otro “golpazo” en junio. Y, por tanto, amarra el triunfo del 3 de julio.” Fin de la cita.
No se ve cómo podrían remontar la diferencia el PAN o el PRD, o ambos, en el caso de que Bravo Mena decida salirse de la contienda y hacer alianza de facto con el PRD. La desesperación de Felipe Calderón Hinojosa, FECALHIN, es cada vez más evidente, lo que lo vuelve más peligroso, porque está probado que es capaz de hacer cualquier cosa, cualquiera, con tal de ganar una elección. El “haiga sido como haiga sido” no es una bravata, ni un caso excepcional, sino una forma de ser.
Los riesgos para el PRI se mantendrán durante los próximos 33 días. Si alguien tiene pinturas o joyas sin factura, más vale que las vaya consiguiendo o mejor que las donen. No vaya a ser.
2. Las lluvias están al llegar y urge que sean limpiados los cauces de los ríos para evitar desgracias y daños como los ocurridos en años anteriores, sobre todo en el puente que cruza cerca de la clínica hospital del Seguro Social. El ayuntamiento de Colima tiene la palabra.
3. Con poquísimos castigos ejemplares será más clemente que aquellos otros que, por excesiva clemencia, permiten que los desórdenes continúen, de lo cual surgen siempre asesinatos y rapiñas. Nicolás Maquiavelo
Twitter: @macosta68
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