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viernes, julio 25, 2014

MAM, Veto Ejercido




Durante muchos años, cuando el presidente dela república era el jefe de las instituciones y quitaba y ponía gobernadores y candidatos, se decía que los gobernadores no podían dejar a su sucesor, pero sí podían vetar a algunos de los aspirantes al cargo.
Con la pérdida de la presidencia en el año dos mil, los gobernadores se encontraron con el hecho de que ahora eran responsables en sus demarcaciones de las victorias electorales del PRI y como contraprestación tenían la de nombrar candidatos.
Fueron 12 años de ejercer a plenitud ese poder. En 2012, aún pudieron determinar quiénes serían los candidatos  a senadores y diputados federales. Hoy, la situación ha cambiado y ya se habla, por lo menos, de una negociación, de un acuerdo entre el centro y la periferia para la nominación de los candidatos a diputados federales y a gobernador, donde sea el caso.
En Colima, donde desde el dos mil los gobernadores ejercieron ese poder mediante diversas vías, se elegirán presidentes municipales, diputados locales y federales y la joya de la corona: gobernador del estado.
Mario Anguiano Moreno, gobernador de Colima, ha ejercido el poder que las circunstancias políticas le dieron y logró que gente de su confianza fuera nominada a los cargos locales y en los federales metió la mano hasta el fondo en las senadurías y en las diputaciones federales pensó en una jugada de tres bandas: entregarlas a miembros del antes llamado Grupo Universidad, el entonces rector Miguel Ángel Aguayo por el primer Distrito y un expresidente de la FEC, Francisco Zepeda, por el Distrito Dos.
La jugada no era mala: se metía la mano en la sucesión rectoral a cambio de la candidatura a su rector y se entregaba una candidatura a quien no se le veía capacidad para remontar 22 puntos de ventaja que le sacaba en las encuestas la candidata del PAN, Martha Leticia Sosa de Rodríguez García, entonces senadora de mayoría. Sin amedrentarse,  Pico Zepeda hizo las alianzas necesarias y ganó la elección.
Hoy, Mario Anguiano Moreno está metido de lleno en SU proceso sucesorio y los pasos dados indican que pretende seguirlo como si las circunstancias políticas nacionales no hubiesen cambiado.
Esa es la razón de haber enlistado a 10 priistas en busca de la candidatura a gobernador del estado. Esa es la razón de haber presidido ese desayuno en el que nada se dijo realmente. Esa es la razón de haber presidido un acto partidista, al que fue invitado el coordinador de los diputados locales, Martín Flores.
El propio MAM reconoció que no habló con la dirigencia nacional del PRI sobre los pasos que pretendía dar en este proceso, mucho menos con el presidente EPN, quien ahora forma parte, formalmente, del máximo órgano de gobierno del PRI.
El dirigente nacional del PRI, César Camacho, dijo claramente que no es tiempo de empezar procesos sucesorios, porque deberán esperar a que se tenga la aprobación de las leyes secundarias para, después, iniciar el análisis casuístico de las candidaturas.
Por eso afirmo Mario Anguiano Moreno trastocó los pasos y ejerció en su primera movida lo que debió haber dejado para la última: su derecho de veto. ¿Por qué afirmo esto?, porque al determinar quiénes debían ser invitados al desayuno dejó claro quiénes podían participar y quiénes quedaban excluidos del proceso sucesorio.  Esa fue su libertad y su derecho y nadie se lo discutió, al menos públicamente.
Pese al chascarrillo posterior del dirigente estatal en el sentido de que las puertas no están cerradas y si alguien más quiere participar en el proceso, que acuda a las oficinas del PRI estatal y se anote, para todos los miembros de la clase política local y los comentaristas de medios, quedó claro que la lista la determinó el Gobernador Mario Anguiano Moreno, en su calidad de líder del PRI en Colima, es decir, MAM ejerció su derecho de veto con toda claridad. Dejó fuera a quienes quiso y por las razones que quiso e igualmente incluyó a quien se le antojó, como el caso de Carlos Cruz, delegado de SEDESOL.   
Así, el gobernador cumplió ya su parte: vetó a quienes quiso. Ahora, falta ver el resto de la historia.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. La bofetada resonó hasta La Culebra: ¡todavía no es tiempo!, le dijo Joel Padilla, dirigente estatal del Partido del Trabajo, a Francisco Ánzar, dirigente del PRI estatal, al responder al priista y negar que hubiera habido pláticas acerca de una alianza electoral en 2015.
Joel Padilla sabe que todo tiene un precio y Francisco Ánzar debería saber que Padilla Peña cobra por sentarse a una mesa a negociar alianzas políticas. ¿Qué pide Padilla Peña sólo por sentarse a platicar respecto de una posible alianza electoral con el PRI?, no es tan difícil saberlo: el nayarita conoce su negocio y por eso pide la autorización de la Secretaría de Educación para abrir escuelas en el nivel de secundaria y el REVOE para su Escuela de Medicina.
Cuando Francisco Ánzar tenga esas autorizaciones en la mano, podrá sentarse a la mesa con Padilla Peña, mientras todo queda como charrita. Al tiempo.
2. El asunto del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle y su “ley bala” ha llegado a límites peligrosos. La muerte de un menor como consecuencia de una herida sufrida en una manifestación que fue reprimida por las fuerzas estatales y en donde se dice que fueron usadas balas de goma, puede ser el principio del final de este sátrapa, cuyo soporte electoral han sido el PAN, por supuesto, el PRD, MC, PT y un partido local que creó en 2011.
3. La adulación es una forma retorcida del menosprecio. La crítica es, por el contrario, producto del respeto. Más aún: creo que es una responsabilidad ejercerla todo el tiempo y frente a todo mundo. Jesús Silva Hérzog Márquez


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