Hay problemas serios con la llamada reforma política. El martes hablamos de algunas de las trabas de procedimiento y de tiempo que podría haber para que no entrara en vigor antes del 30 de junio de este año.
Hoy, al margen de otras situaciones, haré algunas consideraciones y reflexiones sobre las llamadas candidaturas independientes, llamadas generalmente “ciudadanas”.
En primer término, vale decir que las candidaturas ciudadanas obligarán a dar marcha atrás a algunas acciones positivas logradas en beneficio de las mujeres. Me refiero, desde luego, al porcentaje mínimo de candidaturas a cargo de mayoría relativa que deben ser ocupadas por personas de un mismo sexo, bajo los actuales códigos electorales, el federal y los estatales.
Hay muchos problemas para esas candidaturas, pero hoy sólo vamos a considerar y reflexionar sobre las diputaciones, locales y federales, por razones de gobernabilidad en los congresos locales y de la Unión.
Mire usted: pensemos que ya se aprobaron en la Cámara de Senadores, en la Diputados y en los 16 congresos locales, sin hacerle el menor cambio a la minuta entregada por la Cámara de origen, la de Senadores.
En ese sentido, viene la parte interesante, la de reformar el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, (COFIPE) y su correspondiente en las entidades federativas, incluyendo a la Ciudad de México, cuya Asamblea Legislativa debería cambiar el código respectivo.
Me pregunto: ¿qué se debe reformar?, ¿cuáles partes requerirían reformas inmediatas y obligatorias?
Hay varios aspectos a considerar: los recursos y los porcentajes que deben ser públicos y los que pueden ser de origen privado, sería, sin duda, uno de los importantes.
Otro escollo sería el de los plurinominales. Los candidatos ciudadanos sólo podrían serlo a diputados de mayoría relativa y ganaren o perdieren, hasta allí llegaría su participación.
En este sentido, los partidos políticos podrían salir beneficiados con las candidaturas ciudadanas, porque imagine usted un estado como Colima, con 16 distritos uninominales y 9 diputados de representación plurinominal.
Podría ocurrir, en un momento determinado, que cuatro de esos distritos los ganaran candidatos independientes y 12 entre todos los partidos que hubieren registrado candidatos. En este caso, con una legislación ajustada a la lógica jurídica, los votos de los candidatos independientes deberían restarse de la votación total habida, junto con los votos nulos y los de los partidos que no alcanzaren el porcentaje mínimo exigido por la ley para mantener el registro como partido local. Sin ese conjunto de votos, la resultante sería la votación efectiva, que sería menor a la de 2009 y haría que los partidos requirieran menos votos para “comprar” diputados plurinominales.
En palabras llanas, con menos votos, los partidos podrían tener acceso a más diputados y, en consecuencia, serían el PRI y el PAN los que se quedarían con todos los plurinominales. ¿Por qué digo esto? Porque En Colima se mantendría el sistema actual con una cláusula de gobernabilidad que le permite al partido que haya ganado más distritos uninominales obtener 10 puntos porcentuales extras a los de su votación efectiva y tener esa parte del total de los diputados.
En nuestro ejemplo, donde cuatro candidatos independientes hubieren ganado sus distritos, quedarían 12 distritos y por mero ejercicio, asignaríamos 7 al PRI y 5 al PAN, lo que le daría al PRI los 10 puntos extra y, seguramente, la mayoría absoluta del congreso local.
Por supuesto, usted, amable lector, puede decir que este ejercicio es solamente eso: un ejercicio; sin embargo, la verdad es que lo aquí comentado sería, muy probablemente, lo que ocurriría.
Quien sea que haya pensado en esta iniciativa, tuvo que ser, necesariamente, alguien con mucha inteligencia política y conocimiento de lo electoral. De otra manera, no se entendería cómo le dieron tanto juego mediático a la “refulgente” idea de las candidaturas ciudadanas, cuando la verdad es que los únicos ganones con ella son el PRI y el PAN, pues son los que tienen estructura electoral en todo el país de manera permanente.
Otros, Jorge Castañeda incluido, son los tontos útiles de esta jugada al alimón de Felipe Calderón Hinojosa, (FECALHIN), y de Manlio Fabio Beltrones Rivera, (MAFABELRIV). Es una apuesta de poder y ambos saben que sus respectivos partidos pueden erigirse como ganadores.
Ya veremos en los próximos días lo que ocurre con este asunto.
Tres Comentarios al Margen
1. El camino parece ser el mismo y otra manzanillense parece que podría estar en líos legales e poco tiempo si sus acusadores prueban, como es su obligación, sus dichos. Me refiero a la señora presidente municipal de Villa de Alvarez, Colima, acusada, por algunos de sus compañeros panistas y de los priistas en el cabildo, de solapar, permitir, o tolerar el uso de recursos públicos para la promoción política de varios de los funcionarios del ayuntamiento que ella preside.
Ahora el asunto parece peor: la acusan de haberse enriquecido al margen de la ley, de adquirir propiedades y de usar recursos públicos para adecuarlas.
Graves acusaciones que deben pasar del plano mediático al legal.
2. Twiteros colimenses se reunirán el domingo en Manzanillo. El lugar y hora de la cita es a las 14 horas en el muelle del hotel Las Hadas. El anfitrión es @RogelioRueda.
3. Para tener buena salud lo haría todo, menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser persona responsable. Oscar Wilde
Twiter: @macosta68
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