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martes, febrero 19, 2013

Seguridad, Reto y Camino




El asunto es la seguridad. No le demos vuelta. Esa es la principal demanda que los colimenses tenemos hoy en día. Todos queremos más seguridad. Todos.
Todos sabemos que los  sistemas sociales fundados en la desigualdad son injustos.
Toda injusticia, tarde o temprano, engendra violencia reivindicadora ante la ausencia de medios que reduzcan las distancias entre quienes todo lo poseen y los que nada tienen.
A nadie escapa que el sistema social imperante en nuestro país, mantiene grietas de injusticia cuya profundización se tornará peligrosa, si no se hace lo necesario para cerrarlas.
Esta es una tarea impostergable: discutir las ideas políticas de los hombres, sus programas, sus propuestas; en todo momento ponderar nuestros puntos de encuentro por encima de nuestras diferencias de opinión y para disminuir las asimetrías entre quienes todo tienen y los que todo les falta.
Sin embargo, debo reconocer que algo que debe alentarnos, es que en todos los partidos políticos y en todas las organizaciones sociales, hay colimenses que más allá de su ideología y militancia coinciden en que la nueva democracia es tarea de todos,  responsabilidad de todos y  es y será un logro de todos.
Lograr los resultados que la sociedad exige y merece es responsabilidad y compromiso de todos: de las autoridades en primer lugar, pero también de los ciudadanos, de las organizaciones sociales y de los medios de comunicación.
La población exige un sistema que brinde seguridad a las familias, a sus vidas y propiedades; seguridad a las empresas; seguridad a los jóvenes, a los niños y a las mujeres; seguridad a los trabajadores.
Sin embargo, para dar un combate a fondo a la delincuencia no basta la acción del gobierno si está no está acompañada de una actitud firme y decidida de la sociedad.
Por ello, los ciudadanos y sus organizaciones deben contribuir a la construcción y consolidación de una nueva cultura de apego a la ley y de denuncia permanente de toda actividad que se aparte del Estado de Derecho, venga de donde venga, se trata de hacer un trabajo conjunto con la población para hacer un frente común y derrotar así a la delincuencia.
Cada persona, cada grupo, cada organización legítima, debe conducirse siempre conforme a las leyes.
Esta conducta debe extenderse a todas las actividades de nuestra vida social ya sean económicas, sociales o políticas.
Esta coordinación resulta fundamental para fortalecer la ejecución de las acciones de seguridad, optimizar el manejo de información, realizar operativos concretos en el combate al crimen organizado y establecer mecanismos eficaces de seguimiento y evaluación.
La seguridad pública es nuestro desafío por recuperar la tranquilidad y, con ella, la certidumbre. La sociedad espera resultados pero no a condición de dar un paso atrás en el goce de sus libertades; exige firmeza en la ejecución de la ley, pero no justifica atropellos ni excesos; su mandato es claro: poner la fuerza del Estado al servicio del hombre.
La raíz del verdadero desarrollo integral de Colima , de la lucha en contra del delito, está en la educación, en la que además de conocimientos, información, datos, habilidades, a nuestros hijos, a los jóvenes de hoy y de mañana, se requiere inculcarles nuestros valores trascendentales y uno fundamental es respetar el marco jurídico que nos rige.
Debemos estar  decididos a hacer todo lo necesario para revertir, pronto y de manera contundente, la inseguridad, porque la población no acepta que la delincuencia y la falta de seguridad pública se entrelacen al destino de nuestro estado.
La sociedad demanda enérgicamente, que el gobierno muestre más capacidad para garantizar que se respete la ley, que se cumpla -con más eficacia- una de sus principales funciones: brindar seguridad.
Por eso, la sociedad tiene razón cuando exige, que tanto en materia de justicia, como en seguridad pública, se actúe con eficacia, responsabilidad y firmeza.
Ante el riesgo que representa para cualquier sociedad, una delincuencia que la acosa permanentemente y la mantiene atemorizada, el gobierno debe responder de manera positiva a esa exigencia.
Ahora bien, lo he dicho antes y lo reitero hoy: la lucha contra la inseguridad, contra el crimen y contra la delincuencia, es una lucha de todos, que entre todos ganaremos sólo si unimos nuestros esfuerzos.
Por esa razón el gobierno debe promover la plena y consciente participación de la sociedad, para construir  así una cultura de la seguridad pública que debe arraigarse en cada municipio, en cada barrio, en cada hogar, en cada persona.
Esto significa,  entre otros aspectos, mejores policías, con más patrullas y con mejores equipos, policías especializadas y programas conjuntos entre gobierno y comunidad.
Sabemos que si se quiere gobernar bien, construir un estado fuerte, si queremos aplicar con rigurosidad la ley, necesitamos los medios, los instrumentos, la tecnología, los recursos, las personas que la van a aplicar y las condiciones materiales para hacerlo.
Pero también sabemos que sin la participación de la sociedad, nada puede tener éxito.
Este es el reto, largo es el camino.
Tres Comentarios al Margen
1. El asunto de la “traición” de los diputados locales panistas Gabriela Benavides y Orlando Lino demuestran no sólo la incapacidad política del coordinador formal de los diputados locales en el congreso local, Héctor Inzúa, sino de la propia dirigencia estatal, encabezada por Raymundo González.  Los panistas muestran su miseria ética y su pobreza política. ¿Qué sigue?, ¿expulsar a ambos diputados por tener congruencia e inteligencia política? Ni siquiera lo dudo.
2. ¿Quiénes son los compradores de terrenos en Tecomán y Armería, así como en Manzanillo, que promueven negocios al por mayor en esas zonas?
3. El hombre que se contiene, que se domina en todo encuentro, el hombre «distinguido» es, en suma, un perturbado virtual. Lo mismo sucede con cualquiera que «sufre en silencio». Si tendemos a un mínimo de equilibrio, auspiciémonos en el grito, no perdamos ninguna ocasión de hacerlo y de proclamar su urgencia. El furor nos ayudará, ya que, por otra parte, procede del fondo mismo de la vida. Emile M Cioran
Twitter: @macosta68

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema de la inseguridad es problema nacional que haces estupendos comentarios particularizando en el Estado de Colima,problema como producto de la corrupción en el Sistema de seguridad pública en todo el País,la pregunta es ¿será estrategia nacional? para tenernos aterrorizados y hacer las reformas constitucionales favorables a las empresas nacionales y extranjeras .

Miguel Acosta Vargas dijo...

Pienso que nada tiene qué ver una cosa con la otra. El de la criminalización es un asunto que está en la agenda de la seguridad nacional. Es un asunto grave, que requiere la participación de todos, desde la denuncia hasta la acción inmediata. NO coincido con que sea un distractor

Anónimo dijo...

Excelente artículo, coincido con Usted en que el compromiso es de todos, no le dejemos todo a la autoridad. Se deben de buscar estrategias para que la familia cumpla con el papel que debe desempeñar: fortalecer los valores. Asimismo planear y llevar a cabo proyectos a nivel gobierno no sólo de escritorio, reales y aplicables en la búsqueda de la participaciòn de la sociedad en el combate a la delincuencia, ya que se dan casos como los comités de participaciòn ciudadana que no son tomados en cuenta para lo antes mencionado.
A nivel nacional se deben de hacer reformas a nuestra Constitución en el sentido de la aplicación de la justicia, ya que a quien se encuentre infraganti al cometer un delito sobre todo en el caso de violación de menores, sea aplicable la pena máxima, no cree?

Miguel Acosta Vargas dijo...

Gracias por opinar. Coincido en cuanto a la muerte a violadores y añado a secuestradores, ambos en flagrancia.