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martes, febrero 12, 2013

Diciembre de 2003, No Se olvida




El 7 de diciembre de 2003, Gustavo Vázquez Montes ganó, por segunda ocasión, la elección para gobernador. Fue un triunfo claro, transparente, legal y contundente. Pese a que el PAN y el PRD unieron esfuerzos, a más de otras fuerzas locales autodenominadas democráticas, nada pudieron hacer frente al PRI y sus aliados, el PT y el PVEM.
Mucha agua corrió en los 17 días siguientes. Mucha agua y mucho lodo. Fue un mes en el que algunos colimenses demostraron la enorme capacidad que tienen  para mentir, para denigrar, para torcer la ley, como ya habían hecho en una ocasión anterior, por lo menos.
Uno de estos personajes torcedores de leyes -del código electoral para el estado de Colima, para ser precisos- fue la entonces presidente del Tribunal Electoral del estado de Colima, María Elena Ruiz Visfocri.
El asunto fue más o menos así: la entonces señora presidente del TEEC, pretendió hacer ganar a Antonio Morales de la Peña, candidato panista a las elecciones extraordinarias para gobernador, en “su” Tribunal. Así de simple.
¿Cómo trató la señora Ruiz Visfocri de lograr que Toñito Morales ganara en la mesa lo que los colimenses de manera contundente le negaron en las urnas? Torciendo la ley, pero lo hizo de tal manera que hasta a quienes no somos conocedores del derecho electoral nos quedó claro que era una artimaña, una “huizachada”, lo que la señora Ruiz Visfocri quería hacernos tragar.
Mire usted: la entonces presidente del Tribunal Electoral del Estado de Colima, dijo que en el municipio de Tecomán se habían cometido diversas anomalías en un número tal de casillas que rebasaban el 20 por ciento que el código electoral señala como mínimo para que se pueda declarar anulada una elección determinada.
Con base en ese dicho, del cual no aportó las pruebas que lo demostraran a cabalidad, ¡¡¡anuló la elección en todo el municipio!!!
Claro, al anularse los más de nueve mil votos que Gustavo Vázquez había obtenido de ventaja sobre Antonio Morales, tan sólo en ese  municipio, la consecuencia es que el candidato panista ganaba la elección.
El asunto habría sido de risa loca sino hubiera sido tan serio. Sólo a alguien como la señora Ruiz Visfocri podría habérsele ocurrido presentar formalmente un dictamen con estos absurdos e ilegales argumentos y fundamentos.
Veamos: la elección para gobernador es una elección estatal. E S T A T A L. Punto. No municipal, ni distrital. Para anularla por las razones aducidas, sin comprobar, por la señora Ruiz Visfocri, debería  haberse anulado el 20 por ciento, sí, pero del total de las casillas de todo el estado, es decir, se habrían tenido que anular los resultados de casi 150 casillas.
Otra vez: la señora Ruiz Visfocri, en su dictamen, anulaba el 20 por ciento de las casillas de Tecomán y con ello anulaba toda la elección de ese municipio.
Eso fue torcer el código electoral. Eso fue, y es, una huizachada. Una acción realizada con intención dañada, porque no hay ignorancia de la ley, ni de las consecuencias del acto.
 Pero eso fue en   diciembre de 2003, hace casi siete años ya.
Mucha agua ha corrido ya, pero no la suficiente como para que se lave la mancha dejada en el Tribunal Electoral del Estado de Colima.
Hoy, la señora María Elena Ruiz Visfocri pretende ser consejera del Instituto Electoral del estado de Colima.
Sus hechos allí están. Son los que deben examinarse, tanto por quienes la pretenden proponer, como por quienes van a elegir a los consejeros del IEEC.”
Todo lo anterior, incluido el título, fue publicado  el 22 de octubre en estas mismas páginas, las de AFMedios, el 22 de octubre de 2010. Por aquellos días, como ahora ocurre, los panistas tenían el propósito de imponer  a la señora Ruiz Visfocri como parte de los órganos electorales den la entidad, es decir, como consejera del Instituto Electoral del Estado de Colima, aunque ahora pretenden, panistas y perredistas, que sea como uno de los cuatro magistrados del Tribunal Electoral del Estado de Colima.
Los panistas se dicen respetuosos del Derecho y demás monsergas, pero sus hechos demuestran su verdadera calaña. Es vergonzante la sola propuesta, el empecinamiento en llevar a los órganos electorales a quien ya demostró que es capaz de hacer cualquier cosa, cualquiera, con tal de favorecer a los panistas.
No son meras palabras. Los hechos de la señora Ruiz Visfocri como presidente del Tribunal Electoral en diciembre de 200,3 prueban a cabalidad mis dichos.
Su nombramiento sería una prueba de que los políticos pueden llegar a acuerdos repudiables, que destruyen las instituciones. No me extraña de panistas y perredistas. No dudo que logren panistas y perredistas su propósito, pues como dijo Albert Camus: “la estupidez insiste siempre”.
Por cierto, ¿qué sucedería si no se llega a acuerdos sobre quiénes deben ser los magistrados del dichoso Tribunal?, ¿seguirían los mismos que hoy están?
Tres Comentarios al Margen
1. ¿Para qué pagan los ayuntamientos el dos por ciento del salario de sus trabajadores a la Dirección de Pensiones del gobierno del estado, si no reciben nada, absolutamente nada,  a cambio los trabajadores o los propios ayuntamientos?, ¿tiene algún sentido estarle regalando al gobierno del estado dinero que no tienen?
Entiendo que enteren  a la Dirección de Pensiones los descuentos que les hacen a los trabajadores por los préstamos que éstos reciben de la dependencia estatal y de las aportaciones del cinco por ciento, pero, pregunto y me pregunto, al jubilarse los trabajadores ¿se les regresa el total de lo que aportaron a la dependencia?, si no es así, ¿ese dinero se le entrega al ayuntamiento respectivo para ayudarle a pagar la pensión al trabajador o, en su caso, a sus deudos?
Me parece que, en las condiciones actuales, esos pagos a pensiones son un robo en despoblado.
2. Que los panistas colimenses andan a contratiempo es un hecho comprobado. Su dirigente estatal, Raymundo González Saldaña, asegura que, juntos con los vecinos de la avenida Venustiano Carranza, cerrarán la próxima semana esa vía, para protestar por el cierre anunciado por la SCT y el Secretario de Desarrollo Urbano del gobierno estatal hace ya tiempo.
Cuando se le informó que el presidente municipal, Federico Rangel Lozano, había anunciado que después de dialogar con el gobierno estatal, particularmente con los responsables de la Secretaría de Desarrollo Urbano, habían acordado que NO se cerrará, por ningún motivo, el tránsito en el sentido en esa vialidad, es decir, que seguirá en las condiciones actuales.
Pero el señor González Saldaña aduce que hasta que sea el señor secretario de Desarrollo Urbano quien anuncie tal medida, dejarán de realizar el bloque del tercer anillo periférico.
¿Así o más?
3. El diputado es, como el actor, un fingidor profesional. Se dedica a representar un papel, a encarnar falsamente lo que no es. Un diputado se dice representante de un distrito, de un estado, de un pueblo pero no lo es, no lo puede ser. Cuando habla, nos dice que expresa la voz de otros, la voz de su comunidad. Nos dice que lleva a la política la voluntad del pueblo. Se pretende un simple trasmisor de las instrucciones de sus electores cuando en realidad defiende sus propios intereses. No es casualidad que el teatro y el parlamento sean espacios de la representación: se trata de hacer presente lo que en realidad no existe. Zonas de tolerancia para la mentira. El actor no es Hamlet, el diputado no es el pueblo. Jesús Silva Hérzog Márquez
Twitter: @macosta68

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