El 7 de diciembre de 2003,
Gustavo Vázquez Montes ganó, por segunda ocasión, la elección para gobernador.
Fue un triunfo claro, transparente, legal y contundente. Pese a que el PAN y el
PRD unieron esfuerzos, a más de otras fuerzas locales autodenominadas
democráticas, nada pudieron hacer frente al PRI y sus aliados, el PT y el PVEM.
Mucha agua corrió en los 17
días siguientes. Mucha agua y mucho lodo. Fue un mes en el que algunos
colimenses demostraron la enorme capacidad que tienen para mentir, para denigrar, para torcer la
ley, como ya habían hecho en una ocasión anterior, por lo menos.
Uno de estos personajes
torcedores de leyes -del código electoral para el estado de Colima, para ser
precisos- fue la entonces presidente del Tribunal Electoral del estado de
Colima, María Elena Ruiz Visfocri.
El asunto fue más o menos así:
la entonces señora presidente del TEEC, pretendió hacer ganar a Antonio Morales
de la Peña, candidato panista a las elecciones extraordinarias para gobernador,
en “su” Tribunal. Así de simple.
¿Cómo trató la señora Ruiz
Visfocri de lograr que Toñito Morales ganara en la mesa lo que los colimenses
de manera contundente le negaron en las urnas? Torciendo la ley, pero lo hizo
de tal manera que hasta a quienes no somos conocedores del derecho electoral
nos quedó claro que era una artimaña, una “huizachada”, lo que la señora Ruiz
Visfocri quería hacernos tragar.
Mire usted: la entonces
presidente del Tribunal Electoral del Estado de Colima, dijo que en el
municipio de Tecomán se habían cometido diversas anomalías en un número tal de
casillas que rebasaban el 20 por ciento que el código electoral señala como
mínimo para que se pueda declarar anulada una elección determinada.
Con base en ese dicho, del
cual no aportó las pruebas que lo demostraran a cabalidad, ¡¡¡anuló la elección
en todo el municipio!!!
Claro, al anularse los más de
nueve mil votos que Gustavo Vázquez había obtenido de ventaja sobre Antonio
Morales, tan sólo en ese municipio, la
consecuencia es que el candidato panista ganaba la elección.
El asunto habría sido de risa
loca sino hubiera sido tan serio. Sólo a alguien como la señora Ruiz Visfocri
podría habérsele ocurrido presentar formalmente un dictamen con estos absurdos
e ilegales argumentos y fundamentos.
Veamos: la elección para
gobernador es una elección estatal. E S T A T A L. Punto. No municipal, ni
distrital. Para anularla por las razones aducidas, sin comprobar, por la señora
Ruiz Visfocri, debería haberse anulado
el 20 por ciento, sí, pero del total de las casillas de todo el estado, es
decir, se habrían tenido que anular los resultados de casi 150 casillas.
Otra vez: la señora Ruiz
Visfocri, en su dictamen, anulaba el 20 por ciento de las casillas de Tecomán y
con ello anulaba toda la elección de ese municipio.
Eso fue torcer el código
electoral. Eso fue, y es, una huizachada. Una acción realizada con intención
dañada, porque no hay ignorancia de la ley, ni de las consecuencias del acto.
Pero eso fue en diciembre de 2003, hace casi siete años ya.
Mucha agua ha corrido ya, pero
no la suficiente como para que se lave la mancha dejada en el Tribunal Electoral
del Estado de Colima.
Hoy, la señora María Elena
Ruiz Visfocri pretende ser consejera del Instituto Electoral del estado de
Colima.
Sus hechos allí están. Son los
que deben examinarse, tanto por quienes la pretenden proponer, como por quienes
van a elegir a los consejeros del IEEC.”
Todo lo anterior, incluido el
título, fue publicado el 22 de octubre
en estas mismas páginas, las de AFMedios, el 22 de octubre de 2010. Por
aquellos días, como ahora ocurre, los panistas tenían el propósito de imponer a la señora Ruiz Visfocri como parte de los
órganos electorales den la entidad, es decir, como consejera del Instituto
Electoral del Estado de Colima, aunque ahora pretenden, panistas y perredistas,
que sea como uno de los cuatro magistrados del Tribunal Electoral del Estado de
Colima.
Los panistas se dicen
respetuosos del Derecho y demás monsergas, pero sus hechos demuestran su
verdadera calaña. Es vergonzante la sola propuesta, el empecinamiento en llevar
a los órganos electorales a quien ya demostró que es capaz de hacer cualquier
cosa, cualquiera, con tal de favorecer a los panistas.
No son meras palabras. Los
hechos de la señora Ruiz Visfocri como presidente del Tribunal Electoral en
diciembre de 200,3 prueban a cabalidad mis dichos.
Su nombramiento sería una
prueba de que los políticos pueden llegar a acuerdos repudiables, que destruyen
las instituciones. No me extraña de panistas y perredistas. No dudo que logren
panistas y perredistas su propósito, pues como dijo Albert Camus: “la estupidez
insiste siempre”.
Por cierto, ¿qué sucedería si
no se llega a acuerdos sobre quiénes deben ser los magistrados del dichoso Tribunal?,
¿seguirían los mismos que hoy están?
Tres Comentarios al Margen
1. ¿Para qué pagan los
ayuntamientos el dos por ciento del salario de sus trabajadores a la Dirección
de Pensiones del gobierno del estado, si no reciben nada, absolutamente nada, a cambio los trabajadores o los propios ayuntamientos?,
¿tiene algún sentido estarle regalando al gobierno del estado dinero que no
tienen?
Entiendo que enteren a la Dirección de Pensiones los descuentos
que les hacen a los trabajadores por los préstamos que éstos reciben de la
dependencia estatal y de las aportaciones del cinco por ciento, pero, pregunto
y me pregunto, al jubilarse los trabajadores ¿se les regresa el total de lo que
aportaron a la dependencia?, si no es así, ¿ese dinero se le entrega al
ayuntamiento respectivo para ayudarle a pagar la pensión al trabajador o, en su
caso, a sus deudos?
Me parece que, en las
condiciones actuales, esos pagos a pensiones son un robo en despoblado.
2. Que los panistas colimenses
andan a contratiempo es un hecho comprobado. Su dirigente estatal, Raymundo González
Saldaña, asegura que, juntos con los vecinos de la avenida Venustiano Carranza,
cerrarán la próxima semana esa vía, para protestar por el cierre anunciado por
la SCT y el Secretario de Desarrollo Urbano del gobierno estatal hace ya
tiempo.
Cuando se le informó que el
presidente municipal, Federico Rangel Lozano, había anunciado que después de
dialogar con el gobierno estatal, particularmente con los responsables de la
Secretaría de Desarrollo Urbano, habían acordado que NO se cerrará, por ningún
motivo, el tránsito en el sentido en esa vialidad, es decir, que seguirá en las
condiciones actuales.
Pero el señor González Saldaña
aduce que hasta que sea el señor secretario de Desarrollo Urbano quien anuncie
tal medida, dejarán de realizar el bloque del tercer anillo periférico.
¿Así o más?
3. El diputado es, como el
actor, un fingidor profesional. Se dedica a representar un papel, a encarnar
falsamente lo que no es. Un diputado se dice representante de un distrito, de
un estado, de un pueblo pero no lo es, no lo puede ser. Cuando habla, nos dice
que expresa la voz de otros, la voz de su comunidad. Nos dice que lleva a la
política la voluntad del pueblo. Se pretende un simple trasmisor de las
instrucciones de sus electores cuando en realidad defiende sus propios
intereses. No es casualidad que el teatro y el parlamento sean espacios de la
representación: se trata de hacer presente lo que en realidad no existe. Zonas
de tolerancia para la mentira. El actor no es Hamlet, el diputado no es el
pueblo. Jesús Silva Hérzog Márquez
Twitter: @macosta68
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