El asunto es la seguridad. No
le demos vuelta. Esa es la principal demanda que los colimenses tenemos hoy en
día. Todos queremos más seguridad. Todos.
Todos sabemos que los sistemas sociales fundados en la desigualdad son
injustos.
Toda injusticia, tarde o
temprano, engendra violencia reivindicadora ante la ausencia de medios que
reduzcan las distancias entre quienes todo lo poseen y los que nada tienen.
A nadie escapa que el sistema
social imperante en nuestro país, mantiene grietas de injusticia cuya
profundización se tornará peligrosa, si no se hace lo necesario para cerrarlas.
Esta es una tarea
impostergable: discutir las ideas políticas de los hombres, sus programas, sus
propuestas; en todo momento ponderar nuestros puntos de encuentro por encima de
nuestras diferencias de opinión y para disminuir las asimetrías entre quienes
todo tienen y los que todo les falta.
Sin embargo, debo reconocer
que algo que debe alentarnos, es que en todos los partidos políticos y en todas
las organizaciones sociales, hay colimenses que más allá de su ideología y
militancia coinciden en que la nueva democracia es tarea de todos, responsabilidad de todos y es y será un logro de todos.
Lograr los resultados que la
sociedad exige y merece es responsabilidad y compromiso de todos: de las
autoridades en primer lugar, pero también de los ciudadanos, de las
organizaciones sociales y de los medios de comunicación.
La población exige un sistema
que brinde seguridad a las familias, a sus vidas y propiedades; seguridad a las
empresas; seguridad a los jóvenes, a los niños y a las mujeres; seguridad a los
trabajadores.
Sin embargo, para dar un
combate a fondo a la delincuencia no basta la acción del gobierno si está no
está acompañada de una actitud firme y decidida de la sociedad.
Por ello, los ciudadanos y sus
organizaciones deben contribuir a la construcción y consolidación de una nueva
cultura de apego a la ley y de denuncia permanente de toda actividad que se
aparte del Estado de Derecho, venga de donde venga, se trata de hacer un
trabajo conjunto con la población para hacer un frente común y derrotar así a
la delincuencia.
Cada persona, cada grupo, cada
organización legítima, debe conducirse siempre conforme a las leyes.
Esta conducta debe extenderse
a todas las actividades de nuestra vida social ya sean económicas, sociales o
políticas.
Esta coordinación resulta
fundamental para fortalecer la ejecución de las acciones de seguridad,
optimizar el manejo de información, realizar operativos concretos en el combate
al crimen organizado y establecer mecanismos eficaces de seguimiento y
evaluación.
La seguridad pública es
nuestro desafío por recuperar la tranquilidad y, con ella, la certidumbre. La
sociedad espera resultados pero no a condición de dar un paso atrás en el goce
de sus libertades; exige firmeza en la ejecución de la ley, pero no justifica
atropellos ni excesos; su mandato es claro: poner la fuerza del Estado al
servicio del hombre.
La raíz del verdadero
desarrollo integral de Colima , de la lucha en contra del delito, está en la
educación, en la que además de conocimientos, información, datos, habilidades,
a nuestros hijos, a los jóvenes de hoy y de mañana, se requiere inculcarles
nuestros valores trascendentales y uno fundamental es respetar el marco
jurídico que nos rige.
Debemos
estar decididos a hacer todo lo
necesario para revertir, pronto y de manera contundente, la inseguridad, porque
la población no acepta que la delincuencia y la falta de seguridad pública se
entrelacen al destino de nuestro estado.
La
sociedad demanda enérgicamente, que el gobierno muestre más capacidad para
garantizar que se respete la ley, que se cumpla -con más eficacia- una de sus principales
funciones: brindar seguridad.
Por
eso, la sociedad tiene razón cuando exige, que tanto en materia de justicia,
como en seguridad pública, se actúe con eficacia, responsabilidad y firmeza.
Ante
el riesgo que representa para cualquier sociedad, una delincuencia que la acosa
permanentemente y la mantiene atemorizada, el gobierno debe responder de manera
positiva a esa exigencia.
Ahora
bien, lo he dicho antes y lo reitero hoy: la lucha contra la inseguridad,
contra el crimen y contra la delincuencia, es una lucha de todos, que entre
todos ganaremos sólo si unimos nuestros esfuerzos.
Por
esa razón el gobierno debe promover la plena y consciente participación de la
sociedad, para construir así una cultura
de la seguridad pública que debe arraigarse en cada municipio, en cada barrio,
en cada hogar, en cada persona.
Esto
significa, entre otros aspectos, mejores
policías, con más patrullas y con mejores equipos, policías especializadas y
programas conjuntos entre gobierno y comunidad.
Sabemos
que si se quiere gobernar bien, construir un estado fuerte, si queremos aplicar
con rigurosidad la ley, necesitamos los medios, los instrumentos, la
tecnología, los recursos, las personas que la van a aplicar y las condiciones
materiales para hacerlo.
Pero
también sabemos que sin la participación de la sociedad, nada puede tener
éxito.
Este
es el reto, largo es el camino.
Tres Comentarios al Margen
1. El asunto de la “traición”
de los diputados locales panistas Gabriela Benavides y Orlando Lino demuestran
no sólo la incapacidad política del coordinador formal de los diputados locales
en el congreso local, Héctor Inzúa, sino de la propia dirigencia estatal,
encabezada por Raymundo González. Los panistas
muestran su miseria ética y su pobreza política. ¿Qué sigue?, ¿expulsar a ambos
diputados por tener congruencia e inteligencia política? Ni siquiera lo dudo.
2. ¿Quiénes son los
compradores de terrenos en Tecomán y Armería, así como en Manzanillo, que
promueven negocios al por mayor en esas zonas?
3.
El hombre que se contiene, que se domina en todo encuentro, el hombre
«distinguido» es, en suma, un perturbado virtual. Lo mismo sucede con
cualquiera que «sufre en silencio». Si tendemos a un mínimo de equilibrio,
auspiciémonos en el grito, no perdamos ninguna ocasión de hacerlo y de
proclamar su urgencia. El furor nos ayudará, ya que, por otra parte, procede
del fondo mismo de la vida. Emile M Cioran
Twitter: @macosta68
4 comentarios:
El problema de la inseguridad es problema nacional que haces estupendos comentarios particularizando en el Estado de Colima,problema como producto de la corrupción en el Sistema de seguridad pública en todo el País,la pregunta es ¿será estrategia nacional? para tenernos aterrorizados y hacer las reformas constitucionales favorables a las empresas nacionales y extranjeras .
Pienso que nada tiene qué ver una cosa con la otra. El de la criminalización es un asunto que está en la agenda de la seguridad nacional. Es un asunto grave, que requiere la participación de todos, desde la denuncia hasta la acción inmediata. NO coincido con que sea un distractor
Excelente artículo, coincido con Usted en que el compromiso es de todos, no le dejemos todo a la autoridad. Se deben de buscar estrategias para que la familia cumpla con el papel que debe desempeñar: fortalecer los valores. Asimismo planear y llevar a cabo proyectos a nivel gobierno no sólo de escritorio, reales y aplicables en la búsqueda de la participaciòn de la sociedad en el combate a la delincuencia, ya que se dan casos como los comités de participaciòn ciudadana que no son tomados en cuenta para lo antes mencionado.
A nivel nacional se deben de hacer reformas a nuestra Constitución en el sentido de la aplicación de la justicia, ya que a quien se encuentre infraganti al cometer un delito sobre todo en el caso de violación de menores, sea aplicable la pena máxima, no cree?
Gracias por opinar. Coincido en cuanto a la muerte a violadores y añado a secuestradores, ambos en flagrancia.
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