Como Ernesto Zedillo Ponce de León lo hizo en el año dos
mil, Felipe Calderón Hinojosa viene a Colima en sus últimos días de mandato a
inaugurar obras.
Con todo lo bueno y malo que hizo FECALHIN en sus seis
años de gobierno, debemos reconocer que, en le caso particular de Colima, se
tuvo una enorme inversión federal. Sencillamente, se hizo, sino la obra más
importante, sí la más rara de su administración, como el propio Calderón lo
aclaró: la regasificadora y el puerto de Cuyutlán.
En esta ocasión, FECALHIN vendrá a “inaugurar” los
puentes del tercer anillo y otras chánchulas semejantes, aunque en realidad esa
obra sea, aún hoy, innecesaria y éste es mi punto de vista.
¿Qué se mejoró con el puente que atraviesa la glorieta
donde estaba la Figura Obscena?, ¿había tantos accidentes vehiculares e ese
lugar, como para que justificaran tal
inversión?
Estas son, apenas, algunas de las preguntas evidentes.
En esa obra se han hecho muchas cosas injustificadas, me
explico: el puente que estaba por el libramiento Marcelino García Barragán, que
permitía a los empleados de MACSA cruzar sin riesgo el libramiento, fue
colocado afuera de Zentralia, donde su utilidad es mínima, cuando pudo haberse
colocado para quienes tienen necesidad de ir del hospital regional a la
farmacia que se encuentra por la avenida Camino Real. Su utilidad hubiera sido mayor,
evidentemente.
¿Cuántas veces se tuvo que levantar la carpeta central
del tercer anillo?, ¿tres, cuatro veces?, ¿cuántos vehículos se dañaron por los
hundimientos en las laterales?, ¿cuánto daño se ha causado a la vía por las
inundaciones en laterales y carriles centrales?
En este sentido, más vale que se aclaren todas las dudas,
se corrijan todas las desviaciones habidas en el proyecto y se mejen todos los
defectos, que son muchos, en esta obra a la que tanto se la ha invertido y se
le seguirá invirtiendo.
En términos generales, FECALHIN puede presumir que en
Colima, como en otras partes del país, se invirtió mucho en infraestructura
carretera y nadie podrá desmentirlo. La conclusión de la carretera a cuatro
carriles hasta la cuesta de Sayula, Jalisco, sin duda es una obra vital para el
país, porque permite que la carga que llega por Manzanillo pueda ser movilizada
por vía terrestre de manera más segura y rápida.
Mucho he criticado a Felipe Calderón Hinojosa en este y
otros espacios. Las razones las he expuesto en esos mismos espacios, pero
reconozco que hizo un muy buen trabajo en materia de infraestructura carretera
en el país.
En fin, la visita de FECALHIN a Colima siempre ha sido
nota nacional, desde que lo hizo como secretario de Energía en el gobierno de
Fox. Esperemos que hoy sea en mejores términos.
Tres Comentarios al Margen
1. “En los logros y alcances positivos de este gobierno
municipal, siempre estará presente la gran capacidad de gestión, honestidad y
el liderazgo de Nacho Peralta.
No cabe duda que en esta administración el ejercicio del
gobierno municipal siempre se caracterizó por un estilo de hacer política con
transparencia, planeación y alta eficiencia.
Esto le permitió al Ayuntamiento cumplirle a los
colimenses y mantener una estrecha colaboración con el Gobierno del Estado.
Gracias a ello y no obstante las dificultades económicas
por las que atraviesan todos los Ayuntamientos, la administración municipal
hizo una inversión histórica superior a los 35 millones de pesos en 12 puentes
vehiculares y 2 peatonales.
Se dio un impulso decidido a la infraestructura urbana y
obra pública, lo cual fue posible gracias a que en promedio se inició una obra
cada cuatro días.
Otro logro importante es que la Federación Nacional de
Municipios de México, la FENAMM, reconoció al municipio de Colima como líder en
el país en la práctica exitosa en materia de gestión de calidad.
El liderazgo del municipio también abarcó la
competitividad urbana, por lo que el Instituto Mexicano de la Competitividad,
el IMCO, lo ubicó en el octavo lugar nacional.” Esto dijo, y mucho más, el gobernador, Mario Anguiano Moreno, en el
tercer informe del ayuntamiento de Colima.
2. Hoy me reincorporo a las actividades, después de
un descanso tan necesario. Los procesos
electorales siempre son cansados, pero éste lo fue de manera particular. Espero
que nos podamos encontrar en este mismo espacio, los martes y jueves, como es
lo usual.
3. La ocupación de la tribuna del Congreso tiene una
misión justiciera, por supuesto: impedir la tiranía del debate y esa imposición
grotesca de la votación mayoritaria. A la pedestre lógica de la deliberación
contraponen la retórica de los cuerpos que ocupan físicamente el espacio
legislativo, los gritos que asfixian cualquier argumento. Se trata, como
siempre advierten, del último recurso: ellos querrían quedarse a escuchar el
debate desde su curul pero se ven obligados al asalto. No les queda de otra. Se
ven forzados a impedir a gritos que otros hablen y que se imponga la cuenta de
los votos. Quienes toman la tribuna definen su contribución a la vida
parlamentaria en los términos más pedestres: bultos que gritan. A su grupo
político aportan cuerpo y ruido.
Hay, desde luego, una filosofía detrás de la toma de
tribuna. Es la denuncia del mayoriteo, extrañísima expresión que convierte a la
regla básica de la democracia en acto reprobable. Mayoritear: verbo de una democracia
vergonzante. Valdría recordar para acentuar el absurdo que el nuevo congreso se
formó con el reconocimiento de todas las fuerzas políticas. Si en la elección
presidencial hubo inconformidad, no la hubo en cuanto a la formación de las
asambleas federales. En ese sentido, la idea de boicotear la decisión
mayoritaria es aún más aberrante. No se cuestiona la representatividad del
Congreso y aun así se pretende, desde el Congreso mismo, obstaculizar su
funcionamiento. Jesús Silva Hérzog Márquez
Twitter: @macosta68
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