Buscar este blog

jueves, agosto 28, 2014

Colima, Obligado a Cambiar


 
Los deseos están ganando la batalla. El ansia devora a los aspirantes, a sus equipos, a sus seguidores, a los periodistas, a los eventuales  y a los de siempre. Resulta harto evidente porque las publicaciones, las entrevistas, en internet, radio, televisión o medios impresos, son acerca de cuándo y cómo debe llevarse a cabo el proceso de selección de candidato a la gubernatura, quiénes deben estar en la lista, quiénes la encabezan,   quiénes son locales y quiénes juegan de visitantes en su propia tierra.
Por ello, conviene hacer algunas consideraciones y reflexiones al respecto: Es  tiempo de cambiar. Como ya se ha dicho, todo cambia, pero es preciso cambiar donde debe hacerse: en el fondo de las cosas. Ahí se requiere el cambio, porque ahí está la raíz de los problemas.
No sigamos la vieja tradición de los cambios gatopardianos, no cambiemos sólo  en la superficie.
No tengamos miedo al cambio. Hagámoslo nuestro.
Hoy, todos se preguntan  por el destino inmediato de esta embarcación navegante en aguas inciertas. No es una travesía sencilla ni hay claridad en el rumbo. Pero es preciso seguir adelante. Sin embargo, primero se deben precisar rumbo y destino y después, elegir al capitán para conducir la nave. No es tarea sencilla, pero hay capacidad, valor y talento en muchos priistas, como para cumplirla con éxito.
Circulan muchos nombres. Cada uno llena la imaginación, el corazón y la inteligencia de un grupo de priistas. Los postulantes se han echado a la calle y con ellos comienza el desfile de sus seguidores, quienes ya tienen banderas particulares, a falta de grandes banderas generales. Son desfiles arriesgados en horas de peligro. Pero así están las cosas. Esos abanderados tempranos ya nos han dicho sus propósitos. Sí, ellos quieren, quieren, quieren.
Por lo pronto, querer es todo. Y quieren ser investidos. O dicho de otra forma: quieren el poder; ansían el poder. Quieren el mando, el liderazgo. El poder a puños.
Nos debe  interesar esta reflexión. No importa quién quiera ser el candidato del PRI; necesitamos saber para qué quiere serlo, con qué proyecto, hacia qué horizonte. Lo necesitamos para saber si sus propuestas coinciden  con las nuestras, o si son mejores.
Por lo pronto, no sabemos qué quieren quienes tanto quieren.
En el gran espacio provocado por la victoria del 2012, afloraron  muchas ambiciones y ahora debemos oír las propuestas. ¿O acaso deseamos permanecer en la discreción y el silencio mantenidos durante tantos años?
Difícilmente sucederá tal cosa. Por eso necesitamos saber qué quieren hacer con la candidatura,   a qué dedicarán el poder anhelado y en qué invertirán el apoyo solicitado. Así sabremos a qué le tiran ellos y a qué le tiramos nosotros.
 El 2012 nos dejó una tarea impostergable: repensar a Colima. Repensar quiere decir pensar de nuevo, para descubrir a la entidad y formular el plan de viaje de los colimenses. Después, debemos movernos en esa dirección, en  forma enérgica y resuelta. Debemos hacerlo porque Colima impone su nueva presencia y exige soluciones de veras: ni ambiciones, ni dogmas, ni espejismos. Estos seducen a quienes los proponen, y agravian a quienes los padecen.
Hoy, nos dolemos de políticas económicas cuya aplicación ha lacerado al estado y ensombrecido sus días: de ellas procede ese inmenso contingente de colimenses en pobreza extrema, esto es, en franca y dolorosa miseria. Un contingente de miles, no sólo un puñado.
Nos dolemos también del olvido de una Revolución popular en aras de un breviario de programas, acciones, metas y lineamientos carentes de espíritu y, por lo visto, también de cuerpo. De todo eso, y más, nos dolemos hoy. Por todo eso, y más, debemos repensar a Colima y rehacer su camino y su destino.
Los mayores temas de Colima poseen una rara virtud: todos son principales e impostergables. Urgen y tocan a nuestra puerta. Si no hay respuesta, la derribarán.
Ahora bien, ¿cómo abordarlos,  si no hemos reflexionado, previamente, para definir qué entidad queremos ser y hacia dónde nos debemos enfilar? No sólo con quién nos debemos afiliar. Entonces, abramos primero la discusión sobre lo que queremos para Colima.  
Antes de poner en unas manos la candidatura, debemos poner en las manos de todos, la decisión sobre el destino de este estado. Es decir, antes de elegir a una persona, debemos repensar a la entidad.
Sólo así tendremos un estado con rumbo, aprovisionado con el ánimo, el espíritu y el mandato de todos.
Sólo así contaremos con los instrumentos para mover las fuerzas del estado.
Cualquier lugar es trinchera cuando la lucha es justa. Ofrezco contribuir con mis opiniones y mis actos a la creación de esta nueva sociedad, de este nuevo gobierno, anhelo de todos.
Por estas y otras razones, me congratula compartir estas reflexiones con ustedes, justo cuando es momento de  ponernos de nuevo en movimiento, sin estridencia ni demagogia, sin encono ni violencia: únicamente con propósito resuelto de libertad, de justicia y de recuperar la grandeza de Colima.
Sólo así podremos tener un gobierno fuerte, consolidado, capaz de navegar con éxito en las procelosas aguas de este milenio tan complicado.  Ciertamente, la obligación de cambiar produce en  muchos  temores e incertidumbre y hace aflorar tensiones, resistencias e intereses contrapuestos.  
No importa. Encaremos los retos con ánimo decidido. Hagámoslo por lealtad y respeto a nuestra historia y a nosotros mismos. Perfeccionemos nuestra vida política local. Seamos una sociedad abierta; construyamos, démonos un gobierno con vocación para la libertad, la democracia, la  pluralidad  y  la justicia social.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. ¿Qué  es el mal? Lo que se hace para conseguir un momento de felicidad en este mundo.  Emile Michel Cioran
2. “Toda verdad es simple:” ¿No será esto una doble mentira? Friedrich Nietzsche
3. En el debate sobre las cualidades respectivas de los diversos regímenes se decía que la democracia es mejor que el poder de uno solo, porque ofrece garantías contra la arbitrariedad y la violencia. Luego se describió que oponía, a la arbitrariedad de un tirano, la violencia de una multitud incapaz. "Escapar a la insolencia de un tirano, para caer en la de una masa desenfrenada, es intolerable", escribe Heródoto. "El tirano hace las cosas a sabiendas de lo que hace; la masa ni siquiera se da cuenta." Ikram Antaki


No hay comentarios.: