Esta ha sido una semana turbulenta, donde ha habido muchos acontecimientos que merecen detenernos sobre ellos para reflexionar sobre ellos. Sin embargo, por razones de espacio no podríamos tocar todos y tampoco podríamos hacer un análisis profundo sobre cualquiera de ellos.
Esa limitación, sin embargo, nos obliga a hacer consideraciones y reflexiones sobre algunos de estos hechos.
Veamos: hubo una propuesta del diputado federal panista Leoncio Morán, en el sentido de invitar a los ciudadanos a no pagar la tenencia, que es un impuesto federal. Por supuesto, ello implicaba también, aun cuando Leoncio Morán no se refirió a ella, que el holograma tampoco sería pagado y éste es un impuesto estatal.
La excusa para hacer este llamamiento era que el gobierno del estado no había clarificado, o se negaba a hacerlo, el asunto de las finanzas públicas. En el lenguaje que domina, lleno de improperios, adjetivos y palabrejas que pretenden ser “chistosas”, Leoncio hizo su numerito acostumbrado. No pasó de allí.
Luego fue el asunto de la reunión entre los partidos y el gobernador. Los panistas amenazaron con no asistir, pero terminaron por ir en bola, como si desconfiaran de Fernando Antero y Raymundo González, presidente y secretario general, respectivamente, de su comité estatal. Llegaron en bola y terminaron hechos bola.
Al final, la reunión sirvió para despresurizar el ambiente. Los panistas pidieron que les den más información y que los directores sean los que les informen. Me parece que los panistas ya demostraron que si algo no saben hacer es, precisamente, negociar en términos favorables para ellos.
Lo anterior lo digo porque pedir que los directores de dependencia les entreguen documentación es bajar el nivel de interlocución. La posición asumida oficialmente por los panistas demuestra que no tienen la más mínima oportunidad de ganar algo en esta situación.
El PAN alega que le apuesta a la transparencia y que por ello desea cuentas claras y transparentes. Como discurso, está excelente y suena bien, pero en la realidad, en la dura, necia y cotidiana realidad, los panistas suelen traer las manos embarradas de podredumbre.
Mire usted: en Manzanillo, los munícipes panistas dicen que falta, precisamente, transparencia en el ayuntamiento, particularmente en la oficialía Mayor.
Pero el aludido, Mario Morán, que es la tercera ocasión consecutiva que ocupa el cargo, salió respondón y dijo a los panistas que no tienen razón en lo que afirman y que las corrupciones y desviaciones se dieron en la administración pasada, cuando él ya no era Oficial Mayor, y puso como ejemplo que el síndico del anterior ayuntamiento, Antonio Alvarez, se había hecho arreglos dentales con recursos del ayuntamiento y lo podía probar porque los honorarios del trabajo habían sido cubiertos por el ayuntamiento y los recibos de honorarios correspondientes así lo demostraban.
Si lo expuesto por el Oficial Mayor del Ayuntamiento de Manzanillo lo tomamos medio en broma, se puede decir que el funcionario está equivocado, porque los hechos demuestran que el ayuntamiento presidido por Virgilio Mendoza fue transparente a más no poder. La mayor prueba es la transparencia con que manejaron el asunto del arreglo dental del síndico Toño Alvarez.
Algunos podrán decir que eso no es transparencia, sino estupidez o cinismo…y tendrían razón.
Luego, vino la llamada telefónica. Las especulaciones fueron muchas y en todo sentido, algo característico de los desquihacerados, diría mi abuela Doña Salus.
Todo iba normal en el acto de inauguración del centro cultural Balbino Dávalos, hasta que intervino el gobernador y les explicó a los presentes que esa obra, como muchas otras, había sido proyectada e impulsada por el exgobernador Silverio Cavazos. Hasta ahí, todo normal, porque era un reconocimiento institucional. De pronto, el gobernador sacó su celular y se comunicó con Silverio Cavazos. Lo demás es historia.
Las especulaciones fueron y vinieron. Los mensajes directos, los referentes, los indirectos, las proyecciones y ponderaciones, aún continúan y esta columna es prueba de ello. Tal vez hasta usted, amable lector, haya sido autor, o difusor, de una especulación acerca del significado de esta acción del gobernador Mario Anguiano.
Aún hay asuntos que comentar, pero, lo dije desde el inicio de esta colaboración, el espacio resulta insuficiente para hacerlo, así que será para otra ocasión.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. La senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente para exhortar a los poderes de Colima a que sea revisado el procedimiento seguido para la aprobación de los magistrados por la legislatura pasada. La señora tiene cancha en la presentación de exhortos y puntos de acuerdo que no lleven a ninguna parte, como en el asunto de la homologación de los trabajadores de la educación pensionados y jubilados federales con los estatales, donde la recomendación del senado se la pasaron los diputados por el arco del triunfo, tal como en este espacio dijimos que iba a ocurrir. Seguir trámites burocráticos es algo sencillo, pero realizar gestiones exitosas es muy difícil. Usted vea las acciones realizadas y juzgue los resultados. Farfolla pura.
¿Recuerda usted el promocional que la señora senadora panista Sosa de Rodríguez García uso en campaña donde afirmaba que a ella le gustan las cuentas claras? En aquel entonces dije que a la señora senadora le gusta que le rindan cuentas, pero no actuó en consecuencia cuando fue presidente municipal de Manzanillo. Papelitos hablan.
2. Mañana rendirá protesta el nuevo comité directivo de la Fundación Colosio, organismo priista. El nuevo dirigente será José Ernesto Pasarín y suplirá a Hugo Vázquez Montes, quien según ha trascendido, será el nuevo presidente del comité municipal del PRI en Colima.
3. Todo error sincero merece respetuosa consideración. José Ingenieros
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