Buscar este blog

jueves, abril 30, 2009

El Mismo Circo, Pero Peor

Vivimos en México el peor escenario posible. Mire usted: año electoral, severa crisis económica mundial (la más grande desde el crack de 1929), la batalla contra el narcotráfico, la guerra perdida contra el desempleo, el recrudecimiento de enfermedades de “la pobreza”, como el dengue, y ahora, como cereza de este pastel, o mejor dicho, de esta explosiva mezcla, la fiebre porcina.

En este contexto, las campañas han pasado a un segundo y tercer plano, lo que apenas resulta comprensible. Si usted se fija, quienes mejor han sabido usar los medios parea mostrar lo acertado de sus decisiones y la eficiencia de las medidas adoptadas, han sido, en este orden, el jefe del departamento del DF, Marcelo Erbrad, el secretario de salud del gobierno federal, José Angel Córdova, y el gobernador del estado de México, Enrique Peña.

Por supuesto, debido a las dimensiones del problema, tanto el funcionario federal como el del DF han inundado los medios con apariciones recurrentes para, de manera explicable y justificada plenamente, ocupar los principales espacios en dichos medios.

Marcelo Erbrad ha salido a dar la cara y lo ha hecho muy bien al explicar la necesidad de las medidas implementadas, más allá de las afectaciones económicas que puedan tener, lo primero que se debe proteger, y así lo ha hecho, es la vida humana.

El impacto económico de las decisiones tomadas se verá en los próximos meses, aunque ya repercute en la economía de millones de habitantes de la zona conurbada del valle de México.

Según lo do a conocer el gobierno federal, las medidas para mantener el cerco epidemiológico que se han tomado, aunadas a las que ya están siendo ejecutadas, son las siguientes: “Suspensión de actividades a empresas de dependencias de gobierno; sólo aquellas que deberán mantener servicios para la población, como operación de transporte en carretera y aire. Se exhorta a entidades federativas a que se sumen a la medida anterior. Se suspenden trabajos no esenciales de sectores productivos, pero se mantienen los de sectores que abastecen medicinas, alimentos, bienes y servicios se garantizan. Se mantienen abiertos, mercados, misceláneas, bancos, farmacias, gasolineras, recolección de basuras y restaurantes. La temporalidad de estas acciones sólo serán del 1 al 5 de mayo y sólo como medida a la salud de los mexicanos”.

En este sentido, las campañas, tato federales como locales, pasan a tercer término, aunque veremos un repunte de esta actividad después del miércoles 7 de mayo. Ya lo constatará usted, amable lector.

Mire usted, en este sentido, las campañas locales, tanto para la gubernatura como para las diputaciones locales y los ayuntamientos, se iniciarán en realidad a partir del sábado 9 de mayo. Ya lo verá usted. Lo harán tanto por la fecha de los registros, como por la sensibilidad mínima que están obligados a mostrar los candidatos de todos los partidos para salir de este pico de la emergencia de salud.

Sin embargo, hay un hecho que debe ser valorado por los cuatros de guerra de todos los candidatos, particularmente de quienes aspiran a la gubernatura: si bien la emergencia, podría –reitero, podría- concluir el miércoles siete de mayo, en realidad todo el periodo restante, por lo menos los siguientes 25 días, serán de intensa vigilancia para evitar no sólo el repunte de la enfermedad, sino, lo más importante, su propagación, serán unos meses muy duros, ya sin contar con los farragosos discursos, las insulsas promesas -que no propuestas- de campaña y las carretadas de basura que serán, literalmente, tiradas en las calles de nuestras ciudades, colonias, barrios y frentes de nuestras casas, de manera inmisericorde.

Un gasto inútil, tanto más por la vacuidad de las promesas, pero que justifica a los equipos de marketing político de los candidatos y los lleva a los dispendios de sobra conocidos.

Ahora bien, algo de positivo tiene todo esto de la fiebre porcina: evita que los políticos en campaña le ensaliven la cara, le palmeen la espalda y le aprieten la mano como si realmente tuvieran interés e saber qué opina, qué quiere y qué le interesa a la persona con quien están hablando.

¿Le puedo hacer una sugerencia? Diga usted no a las propuestas insulsas, irrealizables, que sólo pretenden mostrarle el lado “amable” de un aspirante más. Cierre la puerta de su casa cuando empiece a oír las clásicas gansadas de algunos políticos devenidos en candidatos a algo.

Por algo hay que empezar.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. “En la actualidad, se ve con desilusión como se ha tenido una baja en la calidad de vida de los mexicanos. Desde hace dos sexenios, resulta prácticamente imposible para la mayoría de los habitantes de este país tener acceso a buena alimentación, buenos servicios de salud, de educación, satisfechas las necesidades de vivienda, menor calidad en el medio ambiente en fin cada día se tiene un peor nivel de vida.

El asunto de la educación ha sido tratado de manera amplia por todos los comentaristas; se ha hecho mención a que en nuestro país se invierte mucho menos de lo que recomienda la Unesco para este rubro. A pesar de los discursos, poco se puede hacer si no existen los recursos necesarios y suficientes.

Hoy el problema, grave está en la salud pública. Problemas, enfermedades que se creían erradicadas o con índices mínimos de incidencia, causan graves daños a la población; para ejemplificar esto sólo basta mencionar los casos del paludismo y el sarampión.

Este último merece algunas reflexiones.

De manera reflexiva, tal vez, alguna autoridad médica llegó a decir que se trata tal solo de un buen brotecito cuando, según confesión de un médico del Seguro Social, en Manzanillo se ha llegado a tener hasta tres casos diarios de sarampión. Esto ya no es un brotecito, sino algo epidémico.

Las causas de esto pueden ser varias, entre las que se pueden mencionar las siguientes; que los afectados no hayan sido vacunados en su oportunidad; que el biológico utilizado no hay dejado una inmunidad permanente y, tercero, la improbable, que las estadísticas al respecto no correspondan a la realidad y muchos vacunados en el papel, no lo hayan sido en la realidad.

Dado que muchos de los enfermos de sarampión son mayores de 6 años, puede pensarse que pudieron no haber sido vacunados, sólo que existen casos en que, a pesar de haber sido previamente vacunados, sufrieron la enfermedad. Cierto, quienes fueron vacunados la han sufrido en menor intensidad y han sanado antes que aquellos que no recibieron el biológico.

Por otra parte, algunas personas del área de salud dijeron que no debe descartarse que la manipulación del biológico no haya sido la apropiada, con lo que se redujo la efectividad del mismo y como consecuencia, se tiene el problema de la incidencia de la enfermedad en personas vacunadas.

Un dato mas esto se inició hace ya tiempo en Estados Unidos. Se tuvo tiempo suficiente para saber que podíamos ser contagiados y sufrir la epidemia.

Por ello, es necesario que el sector salud informe clara y oportunamente a la población para que ésta sepa qué debe hacer en estos.

Porque el brote epidémico no se va a terminar con declaraciones.

Tal vez debería insistirse más en la campaña permanente de vacunación que en las famosas Fases intensivas de vacunación contra el sarampión (Fivas).

Ojalá que las autoridades, de salud no se encierren en su torre de marfil, como les ocurrió hace años en Manzanillo con el dengue, y se dediquen a negar la realidad.”.

Esto fue publicado en Diario de Colima el 1 de febrero de 1990. Usted juzgue y haga las comparaciones con lo que ocurre hoy.

2. El que vive de esperanzas corre el riesgo de morirse de hambre.”Benjamin Franklin

3. Un pesimista es un optimista bien informado. Antonio Mingote

macosta68@hotmail.com

macosta68@gmail.com

agendapolitica.blogspot.com

No hay comentarios.: