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martes, abril 03, 2001

Los priístas, analizar y no anatemizar

3 de abril de 2001

Agenda Política
Miguel Acosta Vargas

Los priístas andan hechos la mocha porque pretenden hacer una asamblea nacional maratónica a la que asistirán, se dice, 10 mil delegados. Hasta hoy, en Colima y el país, los priístas no han sabido qué hacer ni cómo transitar a partir del dos de julio en que perdieron la presidencia de la república y con ello la brújula, el gobernalle y hasta la góndola en que viajaban.

En el país, los priístas han sido incapaces de encontrar una vía que les permita negociar a os distintos grupos existentes y definir una agenda nacional que tenga como principal objetivo hacer un recuento de lo existente, de lo que aún les queda, que cada día es menos. Se trata, por supuesto, de una tarea mínima, indispensable para saber con qué cuentan, con quiénes cuentan y dónde están sus fortalezas y debilidades y cuáles son sus perspectivas de triunfo en las elecciones intermedias de aquí al 2003. En cambio, los priístas se vieron involucrados en una lamentable exhibición ante la sociedad de sus carencias, sus rencores y sus lamentos.

En suma, el priísmo no logró superar el inmovilismo en que se encuentra y tampoco pudieron sujetar a los intereses del partido la ambición de Roberto Madrazo y Francisco Labastida que, a su vez, demostraron carecer de la fuerza y la organización para imponerse al otro. El priísmo vive el miedo a la libertad que no sabe asumir ni gobernar. Desde mi punto de vista, el priísmo está en una etapa en la que ni se rompe ni se une, pero corre el gravísimo riesgo de desintegrarse.

Y si eso pasa en el país, en Colima no marcha mejor el tren priísta. Muchos lo saben, aunque pocos lo dicen: en el proceso electoral del 2000, muchos dirigentes seccionales se fueron abiertamente a la oposición, algunos incluso ya trabajan como funcionarios en esos ayuntamientos, y aún son, formal y realmente, dirigentes seccionales del PRI. Eso no sólo demuestra incapacidad para tomar decisiones efectivas para fortalecer al partido, sino que demuestra una irresponsabilidad injustificable.

Los procesos electorales son cada vez más competidos y el PRI no reconoce, o no desea hacerlo, la gravedad de su situación. Cabe decir que muy pocos en Colima ponen en duda el buen gobierno que Fernando Moreno Peña realiza, ni sus acciones en beneficio de la sociedad, ni sus afanes por llevar a cabo la más grande tarea de promoción económica que se haya realizado hasta la fecha. Eso es indudable e irrebatible. Pero no basta. No es suficiente para ganar el proceso electoral de 2003.

Por si algunos no tienen plena conciencia de ello, en 2003 Fernando Moreno no será candidato a nada, excepto a exgobernador. Atonía, pachorra, indolencia, abandono, desaliento, ¿qué priva en el PRI colimense? No lo sé con certeza. Pero sé una: para ganar unas elecciones se requieren tener un buen candidato, recursos económicos suficientes y una estructura funcional. ¿Con qué cuenta el PRI para el 2003?

Por otra parte, todavía hay inercias que pesan demasiado: esperar a ver qué opina el gobernador de hacer tal o cual actividad, esperar por la línea, no expresar libre y abiertamente las opiniones, descalificar a quien hace señalamientos o críticas que contradigan las tesis oficiales, sin analizar los argumentos, y otras prácticas similares.

Esto lo digo por las reacciones que algunos priístas tuvieron respecto de las declaraciones hechas por Jesús Orozco Alfaro, quien habló de la existencia de focos rojos y súper rojos en el PRI ante las condiciones en que se encuentra este partido, en materia de organización electoral y de la ausencia de unidad en torno a proyectos comunes.

En términos reales, me dio gusto que un priísta ortodoxo como Orozco Alfaro coincida con lo que siempre he expresado en este espacio y en el seno del consejo político estatal en cuanta ocasión tuve oportunidad de intervenir: los priístas están en la calle, literalmente en la calle y, hasta hoy, no veo cómo puedan enfrentar exitosamente las elecciones del 2003. La catilinaria que recibió fue de pronóstico reservado. No hubo argumentos, sino descalificaciones o cuentas alegres.

No lo dudo, para el 2003, el PRI puede presentar los mejores candidatos de su historia. Está obligado a hacerlo si quiere ganar. Sin embargo, hay algunos problemas que resolver primero: los priístas deben sentarse a examinar minuciosamente la situación actual y poner remedio. Segundo: deben dejar crecer a sus aspirantes a candidatos, que salgan a la luz pública, que se muestren, que tengan el valor de decir que quieren y que nos digan cuáles son sus proyectos, cuál su bagaje. Si no crecen los aspirantes, más tarde no habrá candidatos competitivos. Tercero: las descalificaciones sólo ayudan al rival. Recuerden el pleito de lavadero entre Madrazo y Labastida y sus consecuencias.

En fin, los priístas sabrán si pueden hacer lo que tienen que hacer, ahora más que nunca, para ganar el proceso de 2003.

Ya veremos.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

 
1.- Coincido con el Gobernador Moreno Peña cuando afirma que: “...La práctica política crea las instituciones y la práctica política puede transformarlas...Además de las formas tradicionales de participación, nuestra añeja vocación por la democracia ha propiciado el surgimiento de agrupaciones sociales cuyo objetivo no sólo es la política, sino también la mejora de la vida cotidiana de la comunidad al demandar legítimamente oportunidades y condiciones de participación, interlocución y decisión sobre los asuntos públicos....”  
“...La democracia participativa muestra una enorme preocupación por alcanzar una mejor vida al interior de la comunidad. Es nuestra obligación fortalecerla, apoyar su organización e incorporación a la vida institucional.  Al demandar mayores espacios de participación, la sociedad civil debe reconocer la responsabilidad  implícita y la necesidad de fortalecer sus dirigencias y representantes, organismos y agrupaciones, para que el Estado encuentre interlocutores válidos, capaces de representar realmente los intereses de sus agremiados y mantener eficaz comunicación con ellos....”.
2.- Lo invito a que reflexione sobre la iniciativa de reforma fiscal de Vicente Fox. El mismo discurso nos lo han vendido todos, absolutamente todos los presidentes anteriores. Le ofrezco que en colaboraciones posteriores analizaren este espacio los pro y contra de esta propuesta.
3.- “(...)Hay que defender hoy las cosas que hemos conseguido tras haberlas deseado ayer, antes que dejárnoslas quitar por vivir mirando hacia las que soñamos para mañana(...)”. Epicuro
 

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