La opinión pública en nuestro estado, en nuestro
Colima, se entretiene con el circo de las precandidaturas pero no encuentra, en
el aparador donde se exhiben las ambiciones, ideas para encarar el futuro.
A los aspirantes a candidatos se les conoce
por sus chistes, por sus atuendos, por su ingenio en la esgrima con los
periodistas, por sus alianzas de ocasión, por sus vicios, por sus
defectos.
Sin embargo, hay ausencia de sus propuestas y
de las que eventualmente puedan soltar, nada hay que desborde la alberca de los entusiasmos.
Lo que se analiza en la prensa son los actos
triviales de los aspirantes a candidatos, no sus proyectos. El debate público
se convierte de este modo en un trivial engarce de ocurrencias. Uno habla de un
asunto y el otro hace una campaña por el interior del estado, del municipio.
Los aspirantes se sienten, se saben dueños de
la pelota, de la cancha, del árbitro, -todo me lo debe, enfatizan- están
absolutamente seguros de que son el centro de
todas las conversaciones en Colima.
Todos los aspirantes a candidatos nos dicen
que quieren, que aspiran, que buscan, que pretenden, pero nadie nos dice cómo
resolverá los problemas que hoy son los que hunden a al estado de Colima, a los
municipios.
El problema es que los verdaderos temas del
estado se mantienen en la opacidad, se dejan en el vacío, como si fuera
maldición hablar de ellos. Podemos ver en los medios que muchos comentaristas
dedican sus afanes a mencionar a éste o aquel personaje que aspira, que quiere,
que pretende, pero no nos dice cuáles son los asuntos, los problemas que
inquietan a la sociedad del estado, de los municipios. Los verdaderos problemas
de Colima, de los municipios, no están en la discusión pública. Hay un vacío
respecto de ellos.
El análisis de lo que ocurre en Colima, con notables excepciones,
transita de la chabacanería a la melcocha. En algo he contribuido a esta
situación, lo asumo.
Muchos se dedican a hacer notar las relaciones políticas y de afecto
que éste o aquél presuntamente tiene con Videgaray, con Mario Anguiano.
¿Es cierto o es falso que se ha
ensanchado y abismado la brecha que separa a la opulencia de la
miseria?, ¿es cierto o es falso que se
ha concentrado la riqueza y se ha difundido la pobreza?, ¿es cierto o es falso que hay desesperanza, y
que los desesperados claman, impacientes, por una luz en la oscuridad?
Todo eso ¿es cierto o es falso? Si es falso, si no hay tal distancia
entre la opulencia y la miseria, si no existe ansiedad y desilusión, si abundan
el sosiego y la satisfacción, podremos reposar confiados. Estamos a salvo. Nada
alterará nuestro camino ni perturbará nuestro sueño. Veremos el curso apacible
de un nuevo siglo de paz y progreso.
Pero si la denuncia corresponde a la
realidad, aunque esta realidad no se haya construido en la última hora, sino en
una etapa más o menos prolongada, larga y sombría; si todo esto es apenas un
testimonio de lo que ocurre en la vida de la nación, deberemos preocuparnos y
ocuparnos en seguida. Ocuparnos, más de lo muy ocupados que podamos estar.
Tal vez habrá necesidad de moderar o matizar.
Quizás será preciso rectificar, antes de que la gota desborde el vaso.
Por eso es fundamental que convoquemos a un
gran debate sobre lo que pasa en Colima, en sus municipios, del que deben salir
las grandes propuestas de lo que se debe hacer.
El debate nos hará saber si hay que modificar
o hay que perseverar; si hay que hacer una de estas cosas, en todo o en parte;
si hay que hacer ambas en la medida que sugiera la dialéctica; o si no hay que
hacer nada, más que proseguir.
Hablemos, pues, de lo que debemos hacer y de
lo que no debemos hacer.
Convicción y voluntad de tolerancia, pues. No
una tolerancia que desdeña al otro o lo padece, sino una que lo escucha y lo
acepta.
Si el pueblo atrapado en la crisis más grave de su historia moderna
quiere y necesita soluciones suficientes y oportunas, es decir, soluciones de
fondo, los aspirantes a candidatos, los partidos, no pueden cambiarlas por
ponencias; no pueden sustituirlas por discursos; y sobre todo, no pueden y no
deben ignorarlas.
No podemos quedarnos en las anécdotas, ni conformarnos con la
planeación de unas cuantas acciones. Lo que es preciso saber es de dónde
venimos, en dónde nos hallamos y a dónde vamos.
Creo que aún no tenemos todas las respuestas a la mano. Y estoy
seguro, como muchos de ustedes, de que es preciso buscarlas, hallarlas y
enarbolarlas sin tardanza.
Acaso están bajo nuestra mirada, donde se agitan los males y los
bienes de la entidad; donde convocan las carencias y las demandas del pueblo.
Lo importante es que se oigan todas las voces, las de los políticos y
de ellos los aspirantes a candidatos, pero sobre todo las de la sociedad en su
conjunto, para que haya un amplio debate, una gran discusión de ideas, de
propuestas. Todas las voces y todas las propuestas.
Porque es necesaria la
confrontación de las ideas para que queden claras las intenciones de quienes
las profesan.
Eso es vital y a eso debemos llegar.
Tres Comentarios al Margen
1.-La inseguridad en incremento, la tenencia
y la depauperación de las finanzas del gobierno
estatal son los temas recurrentes en los últimos días. La violencia se ha recrudecido y los
asesinatos siguen en incremento. Un día sí y otro también hay muertos,
balaceras, robos, asaltos con violencia y por más que se cambian y afinan las
tácticas y las estrategias, nada positivo se logra.
Por otro lado, el asunto de la tenencia puede
convertirse en un problema social, como
ya ocurrió en Sonora, por citar un caso. Si bien es cierto que el gobierno
estatal está en la inopia, querer esquilmar aún más a los poseedores de
vehículos automotores, puede convertirse en la peor acción que jamás haya
llevado a cabo este gobierno. Y mire usted que hay mucha tela de donde cortar
al respecto.
2.- Hay calumnias frente a las cuales la
inocencia misma se siente desfallecer. Napoleón
3.- Nosotros cometemos en la academia
un gran pecado, dejamos la seducción en manos de los imbéciles. Es decir, no
nos preocupamos por ser encantadores, hacemos creer a los que nos escuchan que
un intelectual, un pensador, una persona inteligente, es
necesariamente aburrida, no es cierto. Somos muy excitantes, son ellos los
aburridos, pero hay que tener el "know how", el arte, hay que saber
encantar. Este sí se aprende, es una tecné, decían los griegos, algo que se
aprende, es lo que enseñaban además los sofistas, tenían escuela para enseñar a
hablar. Se cuenta que Kepler era el peor maestro del universo, era un gran
sabio pero no sabía enseñar, porque el rigor del saber, más algo de encanto, no
nos hace daño. Ikram Antaki
Twitter: @macosta68
2 comentarios:
Miguel:
QUe los que no quieran pagar IVA por sus automóviles, compren modelos que ya no lo paguen. Dos beneficios posibles: los precios bajarían más temprano que tarde, y estos mismos señores podrían comprar automóviles y pagar el IVA sin que les doliera el codo. Porque son los mismos que quieren gravar el consumo, especialmente, los que quieren cobrarnos por enfermarnos y por comer.
tiene sus bemoles la propuesta, porque los modelos más antoguos generan más polución...
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