Después de las reformas hechas
en materia educativa, cuyo rechazo crece entre el magisterio institucional, las
baterías se enfocaron en la reforma fiscal, sobre todo de quienes se agrupan en
torno de Morena y de su líder, Andrés Manuel López Obrador.
La sorpresa fue que Enrique
Peña Nieto y los suyos presentaron una versión diferente a la que esas fuerzas
habían estado anunciando: IVA en alimentos y medicinas y una canasta básica
donde irían las excepciones en ambos rubros.
Ese fue un buen momento para
el ejecutivo federal, pero luego vinieron los rechazos de fuerzas distintas,
distantes y, usualmente hasta encontradas.
Panistas y perredistas se
oponen a la reforma. Por razones distintas, a asuntos diversos, pero hay una
oposición cada vez mayor a puntos concretos de la propuesta del ejecutivo
federal.
Ya en su comparecencia ante
los diputados federales, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, debió dar
marcha atrás y dijo que está dispuesto a revisar el asunto del IVA en
colegiaturas, aunque debió escuchar el rechazo de los perredistas al IVA en
materia de créditos hipotecarios.
De igual manera, hay un
rechazo casi unánime a incrementar al 32 por ciento al Impuesto Sobre la Renta a quienes ganen más de 500 mil
pesos anuales o más. Este es un asunto que golpearía a una cada vez más escasa
clase media, que es la que soportaría, además, el IVA en colegiaturas, en
chicles, en hipotecas y el dos por ciento adicional en el ISR, más la reducción
de los montos deducibles anualmente.
Pero la reforma fiscal, con
minúsculas, va a pegar directamente al bolsillo de los gobiernos estatales,
porque ahora habrá una nueva centralización de pagos al personal en la
Secretaría de Educación Pública y de Salud, en esta última, la situación
llegará a tal nivel que la autoridad central podrá hacer las adquisiciones de
medicamentos para todo el país y entregarlo directamente a las dependencias
estatales, es decir, se trata de quitar a los estados la facultad de adquirir
por su propia cuenta los medicamentos para ese sector.
Volver a la centralización de
las nóminas no está mal, el asunto es que con las dobles negociaciones
existentes hasta hoy, los docentes de una misma categoría pueden tener
diferentes ingresos anuales debido a las prestaciones colaterales negociadas en
cada estado.
En este sentido, los problemas
podrían ser mayores, en apariencia, pero ya no habría nuevas negociaciones con
los gobiernos estatales.
Para el caso de Colima, la
disminución en los recursos que recibiría el estado sería mayor al 50 por
ciento del total que tiene hoy como presupuesto, porque son poco más de cuatro
mil millones de pesos anuales, entre educación y salud, que se destinan, fundamentalmente,
al pagó de nómina.
La reforma fiscal tiene
también su lado amable, pues quita el gravamen a los depósitos en efectivo, que
tanto dañaban a muchos, porque el límite era muy bajo: 15 mil pesos. De igual
manera, se quita el IETU, lo que viene a beneficiar a muchos, muchísimos empresarios;
aunque, por otra parte, éstos se quejan de que al quitar la consolidación se
afecta a las empresas nacientes.
El que se quiten los
privilegios a las grandes empresas para que evadan el pago de impuestos es algo
que se ve bien, que penetra en el cuerpo social como una medida igualitaria y
que “ataca a os ricos”.
De igual manera, que se hable
de que otorgar una pensión universal a las personas de 65 años o más que no
gocen de ninguna prestación similar es una bandera arrebatada a la izquierda, es
una buena acción, aunque pueda tildarse de política asistencialista por los ramplones
de derecha.
Por lo pronto, como dice un
buen amigo mío, habrá que esperar a que los especialistas digan su opinión al
respecto, pero los verdaderas especialistas, los contadores públicos y las
madres de familia, ya la dieron: la reforma afecta más de lo que beneficia al bolsillo
familiar.
Tres Comentarios al Margen
1.- El rechazo a la reforma
educativa crece en todo el país. Lo interesante es que se expande en estados
donde la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, no
tiene presencia real. Tanto en el norte como en el sur del país ha crecido el
rechazo. De igual manera ha ocurrido en el oriente como en el occidente. Parece
como si el SNTE alentara las manifestaciones de rechazo, aunque no formalmente.
Parece como si hubiera dejando “en libertad” a sus agremiados para que den su
opinión al respecto y se planten en las plazas públicas a manifestarlo.
Aunque hay un plazo
relativamente largo para que todo quede como lo marca la ley, parece que en el
SNTE han encontrado un hueco por dónde colarse.
Los gobiernos estatales tienen
ahora el problema en sus manos, pero no la solución.
Vamos a ver los movimientos en
las próximas semanas.
2.- Las obras del tercer
anillo periférico en Colima son el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer con
los recursos en materia de obra pública. En primer término es una carrera que
va de ninguna parte a ninguna parte, que no resuelve un problema de
circulación, que ha costado muchísimo dinero y va a costar aún más, que es
absolutamente innecesaria, prescindible, que convirtió a una vía
intermunicipal, a una calle, prácticamente, en una carretera federal, es decir,
fue en sentido inverso a como normalmente ocurren estas situaciones. ¿Qué
beneficios aporta esta obra?, los daños están más que vistos. Por lo demás, la
cuachalotez, el dispendio y la improvisación están a todo lo que dan. ¿Cuántas
veces han cambiado el pavimento de esta vía?, ¿cuántas? Esta obra fue hecha a
fuerzas en pleno periodo de FECALHIN y su necesidad de hacer obras innecesarias
y costosas.
3.- Desde el amanecer estoy
construyendo esta ciudad, y no veo la hora de terminar. He sido albañil,
escultor, astrónomo. La he desbaratado no sé cuantas veces, la he apuntalado
con mis propios desvaríos. En estos momentos le he puesto una bocina para que
hable. En esta oscuridad no distingo el andamio donde trabajo, y que ya no
siento debajo de mí. No tengo ya fuerzas. Por mis calles corre el viento. Ya es
tiempo de que termine de construir este hombre, de darle aceras y copas, pues
me estoy quedando desierto, sin murallas ni templos. En la ancianidad palpo que
no he superado mi condición de valle, las rocas se desmoronan entre mis
dientes, los montes me cercan, reduciéndome. Al amanecer es posible que no sea
más que una bestia en busca de alguien que destrozar. Oscar Oliva
Twitter: @macosta68
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