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viernes, noviembre 20, 2009

Colima, Navío En Aguas Procelosas

Hoy se cumplen 20 días de gobierno de Mario Anguiano Moreno, menos si consideramos que el lunes 2, el martes 3 y el lunes 16 fueron días inhábiles. Sin embargo, mucha tinta ha corrido y muchísimo se ha hablado del gobierno, de sus actos, de sus características y de sus primeras acciones.

Desde el primer día, la noticia que circuló fue la de la renuncia del secretario de Finanzas. Se confirmó una semana después: renunció para privilegiar su carrera burocrática en Banobras. Entendemos que no lo invitaron a formar parte del gobierno de un día para otro y que esa valoración ya había sido realizada con anterioridad. En fin, primer strike.

Luego fue el asunto de la directora del DIF estatal, quien pasó a ocupar una dirección de área en el mismo organismo. El asunto pasó, en apariencia, sin pena ni gloria, pero mostro la dureza con que se hacían ajustes y contraajustes para responder a presiones determinadas.

Luego, tras la primera semana de trabajo, se vino el asunto de los 940 trabajadores no recontratados, despedidos, marginados o separados de su trabajo, llámele como quiera llamarles, el final es el mismo.

Lo interesantes es que, en este sentido, con excepción del anuncio hecho por la senadora panista Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, los demás legisladores federales colimenses hicieron mutis y salieron por piernas del proscenio, antes de verse obligados a fijar una posición personal.

Más interesantes aún es que ninguno, absolutamente ninguno de los 940 trabajadores no recontratados, salió a hacer una declaración de prensa o un anuncio de que llevaría a cabo tal o cual acción para defender sus derechos. Se ha especulado, pero sólo ha sido eso, que poco más de 100 de estos trabajadores habrían establecido una demanda de tipo laboral. Pero no hay la certidumbre de nada, absolutamente nada.

De manera simultánea y como ventarrones que ya venían desde octubre, se acrecentaron las inconformidades por la asignación de las concesiones de taxi entregadas realizada por Silverio Cavazos Cevallos y, sobre todo, por el misterioso “guardadito” que no se sabe a ciencia cierta si fue de 40 o de 60 concesiones más y que, según denuncia de los aspirantes a obtener una, fueron entregadas al margen de las reglas de operación establecidas para este propósito y, en cambio, se habrían asignado de manera discrecional para favorecer a “clientes y amigos”.

Mario Anguiano ya se reunió con los inconformes y se comprometió a revisar que todos los beneficiados con una concesión hayan cumplido cabalmente los requisitos establecidos. De igual manera, dijo que, en caso de ser necesario, se otorgarían más concesiones.

De igual manera, el asunto de La Boquita se torció de tal manera que, al menos en la opinión publicada y electrónica, el asunto está “podrido” y se ve que más de alguno se llevó las ganancias, aunque esto haya sido a costa, una vez más, de las finanzas públicas.

Tanto el PRD como el PAN han asumido una actitud protagónica en los medios y ya Locho Morán presentó un punto de acuerdo y el asunto podría revisado por el Órgano Superior de Fiscalización de la Cámara de Diputados. Más allá de si esto llega o no a concretarse, hay ya la precepción de que se esconde algo turbio en ese asunto y al gobierno de Mario Anguiano le conviene transparentarlo, porque, en todo caso, su credibilidad crecería.

Pero este mismo jueves, los diputados federales Carlos Cruz del PRI, Leoncio Morán, Pedro Peralta y Yuleni Cortés del PAN e Indira Vizcaíno del PRD, dieron a conocer el monto del presupuesto asignado a Colima para el próximo año.

Según se informó en esa reunión, la diputada Hilda Ceballos no asistió debido su participación en actos relacionados con la Comisión de Grupos Vulnerables.

El asunto del presupuesto para Colima requiere mayor espacio para el análisis y los comentarios, por lo que lo dejaremos para la entrega de la siguiente semana. Sin embargo, vale la pena preguntar lo siguiente: ¿por qué permitieron los diputados federales que se excluyeran de dicho presupuesto los poco más de cuatro mil millones de pesos que estaban destinados para las obras de mejoramiento vial en Manzanillo?

La pregunta es pertinente y oportuna, porque, en una situación de crisis económica como la que se está viviendo, una inversión de esa naturaleza en el puerto habría sido vital para el despegue económico y mover la economía local.

Así, de manera atenta y respetuosa, solicito a Carlos Cruz, Leoncio Morán, Pedro Peralta, Yuleni Cortés, Indira Vizcaíno e Hilda Ceballos, nos informen por qué permitieron una acción tan contraria al bienestar de los colimenses. Solicito argumentos, no adjetivos; razones, no emociones.

Espero que tengan la gentileza y la capacidad para hacerlo pronto y claro.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Los alcaldes suelen soltar rollos, durante su campaña, acerca de la necesidad de contar con una sociedad más crítica, más demandante, más participativa y más exigente del buen desempeño de sus autoridades. Sin embargo, una vez en el cargo, se olvidan de una tarea fundamental que tienen: “construir ciudadanía”

Aunque la construcción de ciudadanía es una tarea social, la autoridad es la más obligada a promoverla y llevarla a cabo, pero no lo hacen porque prácticamente nadie quiete tener ciudadanos exigentes, claridosos, vigilantes, críticos y propositivos.

Presupuestos participativos sería un buen comienzo en este largo caminar.

Espero que en este trienio, por lo menos dos alcaldes, un mísero 20 por ciento, puedan empezar a andar por este camino.

2. Amable lector, lo invito a que, de lunes a viernes, nos sintonice en el 1, 020 de amplitud modulada, am. Esa frecuencia corresponde a la W de Colima, del grupo Radiorama, donde, junto con Luis Medina, conducimos “Lo que se dice”, un programa donde comentamos los temas locales y nacionales de actualidad.

3. Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado. Oscar Wilde

macosta68@gmail.com

agendapolitica@.blogspot.com

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