Los panistas tienen resuelto el problema de su dirigente nacional. En apariencia, Felipe Calderón ya logró controlar lo que parecía una rebelión en la granja. Los opositores al dedazo de Los Pinos han disminuido prácticamente a cero y la unción de César Nava como nuevo dirigente nacional parece asunto resuelto.
No se ven nubarrones en el horizonte intrapartidista, por lo que no se prevén mayores problemas para la integración de la nueva dirigencia nacional panista.
Los principales opositores a la decisión de Felipe Calderón de imponer a su exsecretario particular como dirigente nacional panista, han disminuido sus expresiones públicas al ver qu, como ya ha sido publicado en varios medios, más de las dos terceras partes de los miembros del consejo nacional de ese partido han sido “convencidos” de las bondades de la nueva imposición presidencial.
De esta manera, Fox y sus muchachos se quedan con las manos vacías y en los hechos, Calderón actúa como lo hubiera hecho cualquiera de los expresidentes priístas: si se equivocaban, volvían a mandar. Faltaba más y sobraba menos.
Pero si bien el asunto de la forma podrían tenerlo resuelto los panistas, la verdad es que el asunto de fondo sigue turbulento. No se puede decir que las diferencias vayan a acabar con la toma de protesta a la nueva dirigencia nacional, porque la mera imposición implica el desplazamiento de grupos y fuerzas políticas dentro del PAN.
Es evidente que ha cambio radical en la forma de hacer política de los panistas. Abandonadas las viejas formas, la ambición y la búsqueda del poder político por el poder mismo, han cobrado víctimas y han convertido al PAN en un partido que actúa en sentido contrario a lo que indican sus estatutos y la filosofía que les dio origen.
Al dejar de concebir al ejercicio de la política como un acto ético, los panistas hicieron a un lado los idealismos y se comportaron cual gamberros, con tal de alcanzar y mantener el poder político.
Asesinos, ladrones, ligados a la delincuencia organizada, corruptos, mediocres, así son muchos de los panistas que fueron candidatos a diversos cargos de elección popular. Los nombres fueron dados a conocer por diversos medios de comunicación, aunque algunos de ellos los conocimos directamente los colimenses debido a sus actos y declaraciones públicas. Pocos podrían haber olvidado ya a Dania Puga y Virgilio Mendoza, célebres panistas cuyos actos mostraron su pobreza ética y moral.
Los dirigentes estatales panistas ni siquiera se atrevieron a eliminar de las listas de candidatos plurinominales a quien fue cogida robando productos de belleza en Wal Mart. ¿No quisieron o no pudieron? Como haya sido, lo cierto es que el precio lo pagaron caro y, más aún, todavía pretenden hacer diputada plurinominal a la señora Puga, al reclamar que el Instituto Electoral de Estado de Colima, (IEEC), les asignó menos diputaciones plurinominales de las que les corresponden.
Más allá de lo anecdótico de si la visita de César Nava a Colima logró reunir a las figuras principalísimas del panismo, incluida la nueva delegada de Sedesol, lo importante es que se logró un objetivo importante para Antonio Morales y su grupo: parar a los panistas inconformes con el ¿liderazgo? De Fernando Antero y, sobre todo, con los pobrísimos resultados alcanzados en las elecciones.
Así, los panistas parecen haberse resignado ya al nuevo dedazo presidencial y aceptan a César Nava como el nuevo administrador de las correas de transmisión que servirán para acatar las instrucciones que desde Los Pinos se envíen. No hay diferencia alguna con lo que antes criticaban los panistas.
Pero este éste es hoy el menor de sus problemas. Ya lo verá usted.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Estuvo César Nava en Colima y tras leer el rollito que soltó, saqué de mi archivo lo siguiente: “Conocemos nuestro origen y tenemos certidumbre en nuestro destino; para ello contamos con principios, con tesis, y con un programa político.”
“Ahora se trata de adecuar nuestras estrategias de lucha, y nuestra organización territorial y sectorial, para enfrentar con éxito los retos del porvenir inmediato. Se ha dicho, y lo deseamos reiterar, que requerimos de nuevos procedimientos, nuevas conductas, y también de nuevas actitudes en la lucha política y social de nuestro partido. Es imprescindible, compañeras y compañeros, desechar todas aquellas acciones de simulación o de improvisación.”
“Los tiempos actuales exigen que seamos conscientes de que en la organización, en la previsión política, en la cohesión interna del partido reside nuestra fortaleza para enfrentar con éxito los retos que se nos presentan. Debemos buscar más eficacia en las tareas cotidianas y también en aquellas de gran alcance; y tenemos que ser sumamente cuidadosos para equilibrar los tiempos del partido.”
“Ahora bien, quiero enfatizar la eficacia política. Solamente podremos ser eficaces, y estar a la altura de los tiempos que nos ha tocado vivir, si planeamos mejor nuestro quehacer político, con coherencia y cohesión. Estamos reunidos aquí no para dictar recetarios, que se entienda bien, ni para formular manuales de operación. Estamos aquí para discutir con amplitud, autenticidad y sinceridad, los retos que nuestro partido debe enfrentar. No se trata, por lo tanto, de imponer sobre nuestros comités estatales estructuras rígidas, planeadas desde el centro de la república. No pretendemos, desde un escritorio, planear, recetar, y decirle a un comité estatal cuáles son las acciones que deberá desarrollar en los próximos días o meses.”
Este fue un discurso pronunciado por el dirigente nacional del PRI en 1989. Como se puede ver, son asuntos similares, pero tratados con menos calidad, discursiva por lo menos, por parte de los panistas.
2. Si alguna vez has estado triste sin motivo, es que lo has estado toda tu vida sin saberlo. Emile Ciorán
3. En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto. Marco Tulio, Cicerón.
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