Agenda Política
Por Miguel Acosta
Vargas
Guerra sucia, las
mentiras no sirven
Apenas llevamos una semana de campañas federales y ya el ambiente está muy
caliente. Fieles a su estilo, los partidos políticos, las coaliciones, los
candidatos y sus equipos de colaboradores han iniciado esta nueva campaña con
las mismas viejas tácticas, estrategias, acciones y malmas mañas.
Y no son sólo palabras las mías, porque ya una candidata al Senado por el
partido Movimiento Ciudadano, (MC), Griselda Martínez Martínez, fue señalada de
usar recursos públicos humanos, financieros y materiales en beneficio de su
campaña, todo ello publicado en un medio electrónico.
Desconozco la veracidad de los datos aportados en esa nota, pero hay un
hecho cierto: hasta el momento de escribir esta columna, no hay una denuncia
formal en la Junta Local Ejecutiva del INE o en la ubicada en Manzanillo, donde
se demande investigar estos supuestos delitos electorales.
Atacar con mentiras a un candidato y ello se prueba con hechos la falsedad
y mala fe de las acusaciones vertidas, el efecto final es el fortalecimiento de
quien se pretendió vilipendiar o desprestigiar.
Pero hoy, las redes sociales permiten la viralización de mentiras para
crear polémica o sensaciones y emociones de aceptación o rechazo hacia tal o
cual personaje o candidato a un cargo de elección popular.
Sin embargo, cuando alguien hace una publicación o emite una opinión basada
en hechos ciertos, comprobables, muy bien argumentada y detallada, suele pasar
desapercibida y se hubde en el fondo de las redes sociales, llenas de críticas
hechas desde el anonimato y repletas de falsedades y francas mentiras.
Lo hecho en contra de Griselda Martínez es ejemplificativo del nivel de
quienes operan los equipos de contracampaña de partidos y candidatos, los
famosos equipos “de contención”. Si se tiene los datos validados, más vale
poner la denuncia respectiva y dejar los asuntos en manos de las autoridades
correspondientes.
La mejor crítica lanzada contra cualquier candidato a un cargo de elección popular
es la basada, reitero, con hechos ciertos, reales, comprobables.
Lo demás es la misma basura de tácticas de desgaste, cuyo resultado
resulta, en la mayoría de los casos, nulo o mínimo.
Veremos y opinaremos.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Epigmenio Ibarra y su esperpento, resulta una muestra muy clara de las
formas típicas de hacer política de ciertos personajes de vida pública
mexicana. El escarnio, la descalificación del otro, la denigración verbal del
otro, ha sido recurrente en estos seis años. Ahora fue Xóchitl Gálvez la
injuriada por Epigmenio Ibarra, pero la pregunta es ¿quién sigue?
2. Al PRI lo salvará la unidad, por eso se requiere la unidad. Pero no la
unidad del silencio y la indolencia. No la unidad de la resignación. En la
entraña del Partido bulle su propia salvación: está en el enorme caudal de los
militantes y de las ideas.
Ambos son un torrente capaz de enfilarse, bullicioso, poderoso, hacia el porvenir.
Sin embargo, para lograrlo, la unidad debe erigirse sobre nuevas emergencias.
Por lo pronto, la emergencia de la palabra. Debemos rescatar el oficio de
la palabra. Si perdimos esta costumbre, debemos recuperarla. Y con la palabra van
el juicio, la coincidencia y la diferencia. En suma: con ella van la democracia
y la libertad, y en ambas se requiere de disciplina, pero no se toleran la
obediencia y menos la obediencia ciega, perruna.
3. Muéstrate
escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, más incómoda es cuando
tratas de ocultarla. Bertrand Russell
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