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jueves, febrero 19, 2009

PAN, Imposición En Puerta

El PAN reunió ayer a quienes aspiran a la candidatura a gobernador. Fue una larga sesión de trabajo en la que se debió llegar a acuerdos, pero no se logró ese objetivo, aunque, según versiones de panistas ligados a dos aspirantes, sirvió para dejar claras cuáles son las posiciones de los grupos que ya, de manera definitiva, se han formado.

Por una parte, hay un grupo de aspirantes cuyo propósito original era que el comité nacional impusiera candidato, designara es la palabra idónea; este grupo pasó a una segunda opción: llegar a una final entre los dos aspirantes mejor colocados en las encuestas.

El otro grupo de aspirantes maneja la tesis de que el partido debe realizar una amplia consulta donde los ciudadanos en general, más allá de sus filias o sus fobias partidistas, puedan participar libremente en el proceso de selección del candidato a gobernador.

En esta propuesta, los votos de los panistas, activos o adherentes, tendrían un valor proporcional del 60 por ciento y el de los ciudadanos no panistas representaría el 40 por ciento votante.

La verdad es que el comité nacional realizó esta reunión para tratar de conciliar los intereses y, sobre todo, para probar hasta dónde están dispuestos a llegar algunos aspirantes.

Es evidente que hay una preocupación seria en el PAN por la posible salida de Nabor Ochoa de sus filas si el proceso deviene en una vil imposición. Los panistas saben bien que la fuerza real de Nabor Ochoa no está sólo en Manzanillo, aunque más del 80 por ciento esté concentrada allí. Saben que su defección, o su expulsión, produciría efectos negativos para su partido y lo dejaría con un panorama desolador en Manzanillo, donde podría ser la segunda fuerza electoral y perder todas las posiciones en disputa.

Es cierto que el líder del partido puede imponer su voluntad y hacer candidato a quien quiera, tiene toda la fuerza del aparato y las facultades para lograr sus propósitos, apegado al estatuto. Pero actuar de esa manera sólo empeorará la situación y logrará que ésta se convierta en un serio problema. Germán Martínez es, a imagen y semejanza del presidente de la república, un tipo de mecha corta, de arranques, impulsivo, adjetivador, más que razonador. Lo ha demostrado una y otra vez, y ese parece ser la característica de los últimos cinco presidentes de ese partido, si no lo cree, amable lector, repase usted la lista de quienes lo han presidido en los últimos 15 años: Manuel Espino Barrientos, Luis Felipe Bravo Mena, Felipe Calderón Hinojosa y Carlos Castillo Peraza.

La característica que los une a todos ellos es, precisamente, la mecha corta. Por supuesto, con su estilo personal de dirigir al partido, pero con la mecha corta, cortísima en algunos de ellos.

Esa característica los vuelve buenos peladores callejeros, reaccionan a todo, se molestan por todo, se gritan con cualquiera, se lían a golpes con cualquiera. Esa, reitero, es una característica común, de los últimos cinco presidentes del comité nacional panista, punto. Nada más, pero nada menos.

Pues bien, en el caso particular de Colima y de Germán Martínez, esa característica no le ayuda, no le ha ayudado, a resolver las distintas situaciones, que él ha convertido en problemas, que le ha tocado vivir en el corto lapso que lleva al frente del PAN.

Por supuesto, la presión que tiene Germán Martínez es entendible, porque no ha podido ganar prácticamente nada desde el momento en que fue designado dirigente nacional del PAN por el presidente de la república y luego convalidada la decisión por sus compañeros de partido.

Por otra parte, la manera en que ha ido resolviendo las candidaturas en los estados donde habrá elecciones concurrentes, sobre todo en los seis donde se elegirá gobernador, no ha sido lo más aseado ni se han resuelto de una manera tersa. En los otros cinco estados, las rispideces han predominado, los gritos y sombrerazos han sido el denominador común y la molestia e irritación por las imposiciones que el titular del ejecutivo ha hecho sólo pueden augurar pésimos resultados para el PAN.

En estas circunstancias, con Toñito Morales como cabeza del grupo que pretende, de acuerdo con el CEN panista, que haya elecciones internas, pero sólo entre los dos aspirantes mejor colocados en las encuestas y que sólo participar los panistas activos y adherentes, es decir, una situación donde Toñito y su grupo puedan tener, en todo momento, el control para evitar una sorpresa desagradable.

El otro grupo, encabezado por los diputados Nabor Ochoa y Pedro Peralta, insiste en que lo mejor es hacer una consulta abierta a la sociedad, para involucrar a la mayor cantidad posible de ciudadanos y que de esta manera el candidato a gobernador salga legitimado del proceso de elección y pueda tener una mayor plataforma social en el momento inicial.

En este contexto, en mi opinión, el comité nacional y su líder, el presidente de la república, se ajustarán a lo ya decidido y nada ni nadie los hará cambiar de opinión: irán con dos aspirantes, Leoncio Morán y la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, a una elección interna cerrada, donde la legisladora verá que el apoyo que hasta hoy le ha ofrecido, de palabra, el alcalde de Manzanillo, Virgilio Mendoza, fue sólo eso: una promesa, una más, que el alcalde tampoco habrá cumplido.

Hay tiempo de sobra para saber qué pasará, pero mientras más días pasen, más difícil será llegar a acuerdos satisfactorios para los participantes.

Como lo dije ya hacer tiempo, lo importante en estos procesos es el método.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Los problemas en Monterrey y Reynosa son derivados de la lucha que los gobiernos estatal y federal han emprendido en ambas entidades federativas para combatir el narcotráfico. El manejo de grupos sociales para enfrentarlos contra las autoridades es una táctica nueva en México, pero ya conocida en otros países, Colombia entre ellos.

La lucha contra el narcotráfico en todas sus modalidades es de todos los mexicanos.

2. Expreso a mi amigo Miguel Angel Chávez Valencia, mis sinceras condolencias por la muerte de su señora madre. A él y a toda su familia, les deseo que pronto encuentren resignación ante esta pérdida tan lamentable.

3. ¿Qué importancia puede tener que yo me atormente, que sufra o que piense? Emile Ciorán

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