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lunes, noviembre 23, 2015

Colima: La Seguridad Necesaria




En teoría, la política debe ser un ejercicio ético cotidiano. En teoría sí, pero en la realidad, los servidores públicos,   los legisladores locales y federales; en suma, la mayoría de quienes participan en la función pública están lejanos de apegarse a los valores aceptados por la sociedad, exigidos por la sociedad. Los ejemplos los vemos todos los días.
En Colima estamos inmersos en un nuevo proceso electoral. Por razones atribuibles única y exclusivamente al exgobernador Mario Anguiano Moreno y a algunos de sus colaboradores, se llevará a cabo una elección extraordinaria de gobernador.
Este proceso electoral se llevará a cabo en medio de un ambiente rodeado de violencia, de inseguridad pública. Si bien es cierto que vemos actuar a las autoridades para combatir la inseguridad existente, debemos reconocer que es necesario acometer con grandes recursos el problema de la seguridad pública.
En esto no hay partidismos, sólo ciudadanos  que exigen respuesta.
Proveer a la seguridad pública corresponde a todos los gobernantes y es demanda de toda la sociedad.
Como saben los profesionales del Derecho: la razón fundante del Estado es la seguridad. Los hombres se reúnen para conseguir entre todos lo que ninguno puede obtener por sí mismo: la seguridad que le permita vivir su existencia en paz, con la tranquilidad debida.
Por eso, un Estado que no satisface esta exigencia original,  reniega de su origen y carece de justificación verdadera.
Por supuesto, el Estado no sólo debe proporcionar seguridad, sino también debe establecer las condiciones de la libertad y la justicia.
¿Qué pasó con la seguridad pública en Colima?, por qué ahora tenemos tantos problemas con ella?, ¿por qué es ya un asunto que pasó de mera seguridad pública, a seguridad nacional?
Ha pasado muchas cosas en los últimos 10 años, pero todas tienen que ver con el manejo faccioso de la seguridad, con los aciertos y fracasos en la aplicación de políticas públicas y en la atención de ciertos grupos y hasta de verlo como un mero asunto policial. De armas y balas.
En estos 10 años ha habido una enorme cantidad de recursos humanos, materiales y económicos destinados a combatir la inseguridad. Más personal, más capacitación, más armas, más balas, más enfrentamientos a tiros con las bandas delictivas, pero la verdad es que el dispendio, la corrupción, las traiciones, la falta de coordinación institucional es lo que han caracterizado estos tristes 10 años en materia de combate a la delincuencia en Colima.
Al menos en el discurso, se ha invertido, a lo largo de estos 10 años, en materia de formación de recursos, dotación de equipo y mejoramiento de las condiciones de trabajo, creación de las profesiones destinadas a dar seguridad a los ciudadanos, información oportuna y suficiente, estadística confiable y criminalística moderna.
¿De qué ha servido todo esto?, ¿podemos decir, sin temor a equivocarnos que hoy tenemos mejores condiciones de seguridad que hace 10 años?
Por supuesto, los colimenses tenemos presente que  para mejorar la seguridad de todos los colimenses no bastan la reforma de las leyes, recursos económicos, gendarmes, coordinación entre autoridades y niveles de gobierno, sino que es necesario ir a fondo y se requiere hablar también de trabajo, salario, educación, vivienda, alimento y, sobre todo,  esperanza.
Sí, de esperanza, porque la gente quiere tener esperanza de que es posible volver a vivir en paz. 
La gente, la mayoría de los colimenses, estamos metidos en nuestra lucha cotidiana por sobrevivir. Esa es una verdad innegable. La crisis económica sólo es ligeramente menor a la de inseguridad, pero ésta acrecienta aquélla. El impuesto del miedo es el más grande y doloroso que los colimenses pagamos todos los días.
Por eso me parece necesario que el gobierno estatal que iniciará sus funciones en febrero de 2016, establezca un combate integral al crimen. Porque la miseria, la enfermedad y la ignorancia influyen en las estadísticas del crimen. Porque es sabido que la falta de oportunidades de trabajo que les permita resolver sus problemas básicos,  obliga a buscar alternativas de sustento al margen de la ley.
Hoy, parece haber una luz en el profundo hoyo donde nos hallamos hundidos.
Los colimenses esperamos las propuestas concretas, viables, funcionales, de los aspirantes a gobernarnos.
Estamos a la espera.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Cambiar prácticas de gobierno es lo importante,  dijo Indira Vizcaíno, expresidente municipal de Cuauhtémoc. Más allá de la alternancia de partidos en un gobierno determinado: federal, estatal o municipal, lo importante, dice la perredista Vizcaíno, es modificar los patrones de conducta en beneficio de los gobernados. Pasar del discurso a los hechos. Por eso, dijo en entrevista concedida al portal  afmedios.com, los ciudadanos deben examinar con cuidado a quienes promueven la alternancia como solución a los problemas que padecen los colimenses.
Suscribo.
2. En medio del jolgorio decembrino iniciará la campaña extraordinaria. Las fiestas de la Virgen de Guadalupe estarán en el último tercio, las posadas estarán a punto, luego viene navidad, año nuevo y el día de Reyes. Una campaña muy festejada.
3. Los bravucones se alimentan del hartazgo de sus oyentes. El fanfarrón gana cuando logra sacar de quicio al otro, cuando lo coloca en su terreno al entrar en su propia disputa. La provocación prende cuando el tranquilo se torna iracundo. Jesús Silva Hérzog Márquez





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